Sampaoli, vuelta de tuerca a la posesión: el portero, un jugador de campo más
Sevilla FC
El modelo del entrenador que sustituye a Lopetegui representa una vía continuista a lo ya iniciado por Monchi. El toque es el eje aunque con más osadía y más riesgo
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El modelo futbolístico de Jorge Sampaoli, sustituto de Julen Lopetegui en el banquillo del Sevilla, va a suponer una vía continuista dentro del estilo que ha marcado el guipuzcoano. Entrenadores con otra concepción del juego y del espacio, como Marcelino, se dice que han dicho no a la oferta presentada por los dirigentes sevillistas seguramente al hacer un análisis -tampoco hace falta que muy exhaustivo- de la plantilla, por otra parte confeccionada por Monchi según el modelo del entrenador que ha triunfado en Nervión durante estos tres últimos años.
Sampaoli comparte muchos de los conceptos que ha abrazado Lopetegui durante su carrera como entrenador y que ha impuesto en el Sevilla, un modelo marcado por la posesión con gusto, la presión muy arriba para recuperar cerca de la portería rival y un constante cambio de posiciones entre interiores y extremos para dejar los pasillos al lateral y crear llegadas a través de combinaciones circulares y continuos cambios de espacio de los jugadores.
El de Casilda, lógicamente, le va a dar su sello a esto, pero quizá Monchi se haya decantado por esta opción por ser, de los entrenadores que estaban libres, el que más se ajusta a este concepto de juego que es el que puede ofrecer esta plantilla y que es al que el propio director deportivo quiso girar cuando Emery cumplió su ciclo y apostó por el propio Sampaoli y, a su vuelta de Roma, por Lopetegui. Por medio, el paréntesis (con bandazos sin ton ni son en algunos casos) de sus sucesores Arias y Caparrós, es decir Berizzo, Montella, Machín y el propio utrerano: nada que ver uno con el siguiente.
Una cosa sí hay que aclarar, si esa parte del sevillismo que se quejaba al ganar partidos con sufrimiento no cambia el talante, que se vaya preparando para vivir emociones fuertes y tenga a mano la pastillita de debajo de la lengua. Los riesgos van a aumentar. Es una de las señas de identidad de Sampaoli, que lo que va a hacer en el Sevilla es darle una vuelta de tuerca a ese juego de posesión que empleaba Lopetegui con dos claves muy importantes: una mayor osadía, a menudo bordeando la temeridad, y también más verticalidad, puesto que buscará más desmarques al espacio que en apoyo, entre otras cosas porque hay que olvidarse un poco de la imagen del Sampaoli que vivimos en Nervión en la temporada 16-17, en la que la influencia de Juanma Lillo en el fútbol de ataque fue mucha y puede decirse que ralentizó el juego ofensivo a unos niveles que, por ejemplo, en el Marsella, el último equipo del de Casilda, no se han visto.
Generalmente, los informes técnicos son preferibles iniciarlos por la fase defensiva, por cómo es el inicio defensivo de un equipo desde arriba, desde el comportamiento de los puntas en la salida de balón del contrario. Pero tratándose de Sampaoli y viniendo de donde venimos de un juego netamente de posición y posesión, empezaremos por la construcción y por la fase de iniciación.
Vayamos olvidándonos ya de los encorsetamientos de si utiliza un esquema tal o un esquema cual. Si defensa de tres o defensa de cuatro. Si 3-4-3 o 4-3-3. Sampaoli recurre indistintamente a uno o a otro según el partido e incluso en el mismo encuentro nos va a despistar si no sabemos ver situaciones de juego. Mejor dejar eso para no liarse y no liar a los demás. Lo que hay que quedarse es con el estilo. Porque además, un entrenador cuando llega a un equipo tiene que crear un modelo a través de su estilo (no es lo mismo) y según los jugadores que se encuentre en la plantilla o pueda ir adaptándolos a sus diferentes roles.
En el Marsella ha sido habitual que juegue con defensa de cuatro, aparentemente, pero que va fluctuando. ¿Por qué? Porque se convierte en una defensa de tres con la ayuda del pivote, Kamara, y también del portero. Tanto Pau López como Mandanda salen del área y, sobre todo el ex bético, se convierten en un jugador de campo más, un tercer central entre Saliba y Caleta-Car para sacar el balón que no se limita a tocar con ellos, sino que puede meter un balón en vertical a Kamará o a uno de los interiores o que, más interesante, es capaz de atraer a un rival en la presión para eliminarlo. El equipo habrá avanzado unos veinte metros y tendrá por delante nueve jugadores de campo del rival y no diez (a veces hasta ocho en un solo movimiento del portero). Ahora bien, preparénse para calmar los pulsos
En el Sevilla habrá que ver cómo gestiona esto y ver la altura a la que llega Bono en sus subidas. El marroquí tiene un juego con los pies vamos a dejarlo en aseado, pero no se le puede pedir que arriesgue tantísimo como a Sampaoli le gustaría. Quizá sea un simple apoyo fuera del área. Por ejemplo en el Marsella Mandanda tomaba menos decisiones arriesgadas que Pau López. No obstante, también hay otro tipo de salidas más convencionales, con los centrales abiertos o la vía directa también (por qué no), el golpeo en largo del portero, ya sea desde fuera del área o al poner el balón en juego.
Los laterales ya estarán muy avanzados y los extremos, como Lopetegui, también por regla general con tendencia a jugar a pierna cambiada, Payet en la izquierda y el turco Under en la derecha. Eso sí, más abiertos que con Lopetegui. Si en algo se diferencian los modelos de ambos entrenadores es que si el vasco busca el ataque desde fuera hacia dentro, el argentino explota más el juego interior para salir hacia las bandas y con más verticalidad.
Disponía Sampaoli en Francia un centro del campo físico y es aquí donde puede tener problemas en el Sevilla. La piedra angular estaba en Kamara, jugador por el que el Sevilla llegó a hacer una oferta, que es la que pivota entre los centrales saliendo y entrando. A veces puede parecer una defensa de tres, sobre todo en fase defensiva o también para recibir y crear superioridad numérica para sacar el balón si no lo hace el portero (la llamada salida lavolpiana), pero rápidamente vuelve al centro del campo para sumar en la construcción del juego en campo rival, como hacía a veces Lopetegui con Gudelj. Esa labor en el Sevilla va a depender del estado físico de Fernando, un jugador que hace bien el balance defensivo pero que depende de su estado físico. Como interiores también metía músculo Sampaoli porque además usaba jugadores que rompían líneas como Gueye o Gerson y que aparecían al espacio, un perfil de futbolista que en la plantilla actual del Sevilla no hay.
Hay que ver dónde encaja Sampaoli a futbolistas tipo Isco u Óliver Torres. Es probable que opte por más acumulación de hombres por dentro, para lo que quizá se acerque más a la defensa de tres, aunque eso no le termina de gustar porque pierde a un jugador para atacar. Con dos centrales gana un futbolista arriba (por eso sale el portero del área a hacer esa función clave para hacer 3vs2 si el rival presiona con dos puntas).
Es habitual en Sampaoli ver a los centrales rompiendo, saliendo en conducción y llegar hasta el borde del área (en el Marsella Caleta-Car), de forma parecida a como hacía Koundé, aunque perfilado en la derecha. Ya en el Sevilla con defensa de tres éstos se situaban casi como laterales, dejando a uno solo en vigilancia que hacía un par o bien con una basculación con el otro central o bien con la cobertura del pivote de cierre. Más pastillas debajo de la lengua…
Explotar los espacios
Si bien el balón al pie era una moneda de curso común en el Sevilla de Sampaoli que más bien era de Lillo, (Franco Vázquez, Nasri, Ganso y cuando se pudiera la ruptura en carrera de Correa…), la pelota corría con más velocidad en el Marsella. No sólo por bajo, sino también con trayectorias aéreas. Pases verticales de los interiores al desmarque al intervalo (entre centrales) del punta, de uno de los extremos o del otro interior. También en basculaciones, tras las que suelen aparecer los laterales con espacio para atacar en zona opuesta…
Por regla general, Sampaoli le pide al punta movilidad frente a la idea de Julen más de fijar y orientar la presión sin balón y venir en apoyo de los extremos e interiores en ataques de posición. En el Sevilla tuvo al hombre perfecto con Ben Yedder, en el Marsella solía jugar Milik, un jugador más estático, aunque le pide que se salga hacia afuera para atraer al par y generar el espacio a la entrada de otro jugador, un extremo o un interior con llegada. También en Francia Bakambu le daba ambos cosas, movilidad y velocidad al desmarque y remate.
Defender hacia delante y muy arriba
También hay diferencias en el inicio defensivo de ambos modelos. Ha sido habitual estos años en el Sevilla una presión muy intensa con mucha altura y, sobre todo, una presión tras pérdida muy eficaz. Sampaoli, aunque también la ejecuta dependiendo de situaciones y de partidos, prefiere hacer más una presencia activa, con orden y valiente, pero sin dar pie a que sus jugadores acaben siendo eliminados por una salida limpia de la presión. Eso sí, en los reinicios sí hay una presión más intensa y más coordinada desde atrás.
En fase defensiva ya la defensa se estructura en una línea de cinco y, eso sí, se sitúa bastante adelantada para protegerse de un ataque estático del rival. El pivote ya se incrusta entre los centrales y los laterales se colocan a la misma altura para cerrar espacios y sobre todo, evitar el pase interior. La defensa está adelantada y hay confianza en la carrera hacia atrás (además con el apoyo de un portero que está a menudo fuera del área), pero los riesgos se corren.
Son continuas las situaciones en las que el rival coge la espalda de la defensa, que si el contrario está saliendo se sitúa bordeando la línea de medio campo. Incluso en situaciones de presión cuando el contrario ha logrado salir de esa primera línea de presión, y ha eliminado una primera oleada, el equipo se protege tirando la línea muy arriba para cerrar opciones de pase y achicar el espacio.
Se producen situaciones comprometidas, como ésta en el campo del Lorient, pero se asumen esos riesgos. La pregunta está en si la plantilla del Sevilla, que ha demostrado que sufre muchísimo en transiciones y con jugadores poco físicos y no sobrados de velocidad eso puede generar problemas de difícil solución.
Defensa de la estrategia
Sampaoli suele elegir el sistema de defensa de ABP más estandarizado, el mixto, es decir, varios hombres con marcas individuales y algunos yendo a la zona y liberados. En concreto usa dos en zona (lo más común, uno en zona corta y otro en zona media en el área pequeña. Lopetegui, precisamente había cambiado esta temporada a este tipo de estructura defensiva, ya que en sus anteriores temporadas defendía córners y faltas laterales en zona pura (salvo un par de vigilancias) a los más poderosos del rival y había recibido bastantes goles. La defensa zonal, al no responsabilizarse un jugador en una marca concreta, suele ser complicada de ejecutar si no está muy bien trabajada.
Sampaoli en el Marsella solía poner a Milik (el delantero) en zona corta y a un central para cubrir la zona media.
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