Rusia en la mente

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N'Zonzi se motiva con la complicada opción de ir al Mundial.

"Es algo que está en un rincón de la cabeza", afirma.

N'Zonzi, ejercitándose la semana pasada, antes de viajar a Francia para unirse a la selección. / Antonio Pizarro
Eduardo Florido

08 de noviembre 2017 - 05:38

Sevilla/Steven N'Zonzi está viviendo unos días de ensueño en Clairefontaine. El medio centro sevillista disfruta de un ambiente de distensión con la crema de una de las selecciones favoritas ante el próximo Mundial de Rusia, y de la compañía de referencias futbolísticas de primerísimo nivel: Mbappe, Griezmann, Matuidi, Martial, Coman, Giroud... Con Francia ya clasificada, los amistosos ante Gales y Alemania son la ocasión para probar el calibre del combinado de Didier Deschamps, sin el estrés competitivo, el puro goce de jugar. Y N'Zonzi espera con calma su debut con la absoluta, después de haberlo hecho, años atrás, con la sub 21. Lógicamente en su mente está la cita de Rusia, pero el jugador tiene claro como el agua que da nombre al lugar de concentración de los bleus que es una misión complicadísima.

Después de un verano raro, en el que se especuló muchísimo sobre una salida del Sevilla, N'Zonzi ya es otro. Ya metido de lleno en la dinámica del equipo de Berizzo, la llamada de Deschamps puede suponer un aldabonazo anímico para el jugador. En la prestigiosa academia que es sede de la selección francesa, N'Zonzi recibe los parabienes del recién llegado. Reparte sonrisas y autógrafos y recibe cariño y agasajo. La atención a los medios galos también es un fielato que debe pasar el nuevo. "Como para todos los jugadores franceses, esto es lo mejor. Hay un grupo con muy buenos jugadores -reconoce el sevillista-. Es algo en lo que realmente no pensé antes, uno se enfoca en lo que hace en su club y si ocurre la llamada de la selección, todo es positivo, todo es felicidad".

El mediocampista comentó para los medios de la Federación Francesa de Fútbol las sensaciones tras su primer día completo en Clairefontaine. "Estuve entrenando ayer, la sesión fue ligera pero salió muy bien. La primera noche en el castillo también, era mi primer día y no sabía ni por dónde andaba, pero todo fue bien, fui muy bien recibido", asumía el jugador, quien obviamente fue preguntado sobre la posibilidad de ir al Mundial, una opción que ve lejana, pero está ahí.

N'Zonzi es realista y sabe que Deschamps lo ha llamado para probarlo en los amistosos, dado que Kante está lesionado. Es una forma de reconocer su progresión. El futbolista incluso ya habla de la selección como algo propio, aun con cautela. "Desde el momento en que entramos en este grupo, el objetivo personal y colectivo ya se ha alcanzado, porque el equipo se ha clasificado. Pero como objetivo personal, jugar un Mundial es la cima, es el sueño de todos, no sólo mío, sino de todos los futbolistas; creo que es algo que puede estar en un rincón de la cabeza".

Llegar a la selección a los 28 años no es lo ideal, pero nunca es tarde si la dicha es buena... "¿Mi edad? Cada uno hace su viaje, no encontré el tiempo. Podía jugar, podía progresar en mi club y no estaba impaciente desde el momento en que había una competencia fuerte en mi puesto. Hay tantos buenos jugadores en el medio que no podía estar frustrado". Matuidi, Kante, Rabiot, Tolisso... Quizá si hubiera dado antes el salto de Inglaterra a un club como el Sevilla... Pero N'Zonzi no cambiaría ni un paso de su camino, ni siquiera haber rechazado a la selección de Congo en 2015. "No lo había pensado demasiado. Llegué a Sevilla, quería centrarme en dar pasos en mi club". Ahora, ese pausado camino, esa paciencia da sus frutos y N'Zonzi, en el Sevilla, tendrá la motivación de ir a Rusia en junio...

De la cena de los novatos al nuevo traje oficial

En el chateau de Clairefontaine, la prestigiosa academia a 50 kilómetros de París que es sede de la selección de Francia, N'Zonzi llama la atención primero que nada por su envergadura, esos 1,96 metros que no le impiden desarrollar el fútbol con calidad, con clase. El lunes fue recibido en la cena del equipo con las atenciones propias a los novatos, tras el entrenamiento. Recibido por Didier Deschamps en el bucólico complejo de la campiña francesa, conoció que lucirá el dorsal 24 y tuvo tiempo de firmar autógrafos, de sentirse una estrella más del combinado bleu. Y uno de los actos al que tuvo que someterse con ilusión fue la compostura de su nuevo traje oficial con el sastre oficial de la selección gala. El martes, en su segundo día, tocó la atención a la prensa y su mensaje realista.

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