Rendimiento inmediato, el reto de Monchi como en 2011 con Medel y Rakitic
Sevilla FC
El director general deportivo casi siempre prefirió utilizar el mercado de invierno en apuestas de futuro para ir adelantando en la adaptación
Remodelar una plantilla que envejeció mal: la promesa más difícil
Con precisión quirúrgica debe actuar el director general deportivo del Sevilla para lograr que una plantilla que no deja de ser brillante en algunos parámetros compita correctamente y logre que, junto a la pericia que se le presupone a un entrenador de primer nivel como Jorge Sampaoli, salga lo antes posible del atolladero en el que se ha metido, incrustado de lleno en los puestos de descenso, algo que hace decenas que el sevillismo no vivía.
Buen conocedor del mercado y sus visicitudes, Monchi siempre sostuvo que en este periodo invernal la ventana de fichajes ofrece unas dificultades muy especiales y que es complicado buscar rendimiento inmediato, algo así como el Santo Grial en esto de la dirección deportiva. Antes bien, el gestor gaditano siempre empleó esta opción que da el mercado fundamentalmente para apuestas de futuro, refuerzos más encaminados a adelantar seis meses el proceso de adaptación (Daniel Alves, Adriano, Fazio...) que a buscar un cambio en el rendimiento colectivo del equipo.
Únicamente la temporada en la que llegaron Gary Medel e Ivan Rakitic en enero de 2011, también en una situación comprometida del equipo como ocurre ahora, los fichajes de invierno sirvieron para tirar expresamente del carro.
Fue una de las pocas temporadas, como ésta, en la que el proyecto nacía viciado y había que cambiar de dirección sustituyendo al inquilino del banquillo a las primeras de cambio. Si en la presente campaña Julen Lopetegui era destituido tras la jornada séptima, en la quinta, tras perder en el Rico Pérez de Alicante ante el Hércules, caía Antonio Álvarez, quien sólo unos meses antes había ganado la Copa del Rey en Barcelona contra el Atlético de Madrid, final que a la que había logrado llegar el Sevilla con Manolo Jiménez.
Los paralelismos son muchos. Lo suplió Gregorio Manzano, quien debutó, casi como Sampaoli, en Dortmund dejando buenas sensaciones (en su caso un triunfo con gol de Cigarini), y el equipo llegaba al invierno no tanto como ahora pero mal clasificado (llegó a estar undécimo muy lejos de Europa). Como esta campaña, también el técnico jiennense y Monchi detectaban un déficit de físico en el centro del campo y para eso llegaba Medel, apodado el Pitbull, especialista en el trabajo sucio, el robo del balón y el perfil adecuado para dar carácter al equipo. ¿Les suena de algo?
El Sevilla actual adolece de falta de ritmo y de un jugador que frene los contraataques del rival, así como resolución ante el gol. Tanto con Lopetegui como con Sampaoli, uno de los puntos negros ha sido las pérdidas de balón y sus consecuencias en un sistema defensivo con pocas piernas para correr hacia atrás.
Monchi no tiene más balas y debe acertar de lleno buscando un rendimiento inmediato como encontró con Rakitic y Gary Medel, que llegaron procedentes del Schalke 04 y del Boca Juniors, el chileno el último día del mercado, el 31 de enero, días después de la llegada del suizo-croata. Los dos ofrecieron lo que se buscaba: rendimiento inmediato.
Rakitic jugó 13 partidos de Liga marcando 5 goles y dando dos asistencias, aunque se perdía el final de Liga tras sufrir la rotura del quinto metatarsiano de su pie en el estadio de los Juegos Mediterráneos ante el Almería. En el caso de Medel, le cambió la faz al equipo dotando de seriedad al centro del campo. El chileno, un jugador con un carácter fuerte capaz de imponer respeto, disputó 15 encuentros de Liga aquella campaña. Este año, por el Mundial, los refuerzos de invierno jugarán algo más.
Ahora, Monchi tiene claro que debe cambiar el chip de lo que ha hecho habitualmente en el mercado de invierno y afinar para mejorar la plantilla, pues el equipo lo necesita. El de San Fernando ha reconocido públicamente errores graves en la planificación inicial de la presente temporada, con lo cual no le vale el modelo de pensar en refuerzos para el futuro, una estrategia que le dio muchos éxitos en el pasado pero que precisa de una estabilidad, tanto social como deportiva en la plantilla, de la que ahora mismo el Sevilla precisamente no disfruta.
Lo que sí es una paradoja es el hecho de que el modelo sea una temporada en la que el acierto fue Rakitic, uno de los que ahora puede ser una solución su salida en invierno.
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