Reloj parado en el cambio de hora
Sevilla FC-Valencia CF | Uno a uno jugadores
Caparrós y Marcelino plantean un duelo con el mismo modelo futbolístico que lucen desde hace lustros.
La asimetría buscada con Banega genera situaciones de 2 vs 1 contra Jesús Navas.
En el día en que toda España le ganaba una hora al día, el reloj futbolístico del Sánchez-Pizjuán parecía permanecer parado no horas, ni días, sino años y lustros. Dos propuestas que da la sensación que poco pueden evolucionar y que ya la afición sevillista conoció de primera mano. Caparrós y Marcelino plantearon un espectáculo como sólo con ellos podía salir. En el caso del astur, la evolución de su modelo desde que salió de Nervión ha ido hacia el perfeccionamiento de una idea que, gustará o no, es clara, funcionaba y funciona. Analizar qué puede dar de sí la propuesta del utrerano es lo que debe preocupar en Sevilla y en la pizarra que Monchi se haga en su cabeza para el futuro.
El partido 501 en Primera del veterano técnico quizá tampoco diste mucho del primero, de aquel Sevilla de principios de siglo que hizo raya con una estructura que no ha cambiado y con la intensidad en cada duelo como primer mandamiento.
El Sevilla no encontró más argumentos para hincarle el diente a la versión mejorada del Valencia de Marcelino y, por si fuera poco, fue gastando balas en replantear un punto de partida a todas luces erróneo con la elección de hacer coincidir en la misma banda a Jesús Navas y a Banega. La supuesta asimetría que iba a propiciar la presencia del argentino en esa parcela originó el desequilibrio táctico que, si las cuentas no fallan, debía estar empatado si chocan dos esquemas 1-4-4-2 puros. Si Banega se metía para dentro para crear, Gayá y Guedes se podían comer al palaciego. Y si se quedaba, el argentino estaba más que cantado que iba a tener que esprintar en defensa, lo que no es precisamente lo que le conviene a una musculatura muy cargada por la acumulación de minutos (3.600 ya). Que hiciera un penalti defendiendo fuera de su zona era lo más normal del mundo. Y así sucedió.
Defensa
Más allá de esa descompensación en la derecha (en la izquierda la generaba tener un central poco dinámico para hacer de lateral por mucho que con Austria lo haga), la ejecución de los repliegues fue muy deficiente a pesar de tener enfrente al mejor contragolpeador de la Liga. Ni tener siempre a un stopper como Gonalons –en el tramo final ya era discutible– frenó esa sangría que en la primera parte fue una constante y que en la segunda, aunque más aisladamente, hizo daño al sistema defensivo.
Ataque
El músculo y el talento históricamente no se llevan bien en el fútbol. El jugador que aúna las dos cosas está llamado a estar en otros clubes y el cambio de piezas Amadou-Banega no deja bien parado a su ideólogo. En la segunda mitad volvieron las piezas a un lugar más lógico, pero Gonalons seguía cubriendo las espaldas del rosarino, que con Machín jugaba por delante de los centrales. De esta forma había un jugador menos de ataque en una estructura demasiado dependiente de la capacidad de derborde de Promes, Navas y después Bryan y sin mecanismos para generar superioridad y aparición del hombre libre (desdoblamientos, paredes, tercer hombre...).
Virtudes
La fe de la segunda parte.
Talón de Aquiles
Pocas herramientas tácticas.
Uno por uno
Javi Díaz No se puede valorar su debut más allá de que con los pies estuvo inseguro y que no estuvo ni cerca de parar el penalti. El balón de Gameiro lo pudo rozar, pero no desviarlo.
Jesús Navas No se le puede pedir todo. Le hacían dos contra uno Guedes y Gayà y así y todo tenía fuerzas para subir y centrar a veces bien y a veces mal.
Mercado Tenía bien atado a Rodrigo antes de lesionarse.
Carriço Gameiro lo sacaba constantemente de sitio y en arrancadas lo dejaba clavado.
Wöber No tiene físico ni estructura ósea para ser lateral.
Banega Una de las pocas cosas que funcionaban en este Sevilla. Caparrós lo llevó a la banda y ahí arrascó Marcelino.
Gonalons No es la panacea. Tiene oficio, usa el cuerpo, pero estuvo lento de movimientos.
Amadou Por fuerza, rompía líneas sin balón, pero cuando éste le caía a los pies era pérdida segura. En Primera en esos terrenos la calidad es obligatoria.
Promes Junto a Ben Yedder el mejor hombre de los locales, pero extrañamente lo cambiaron.
Munir Primera parte interesante, pero muy, muy perdido luego.
Ben Yedder Sus movimientos generan peligro, pero es uno de los jugadores que han perdido con el cambio de sistema.
Sergi Gómez Incómodo.
Franco Vázquez En banda, tampoco.
Bryan Gil Él no es la solución y le daban el balón para que se buscara solo los espacios.
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