Regalos sevillistas que borran todo plan... o no
Informe técnico Sevilla - Salzburgo
Cometer tres penaltis en la primera media hora y una autoexpulsión en el minuto 50 no bastó para tumbar a un Sevilla que incluso acabó el partido mejor con la movilidad de sus revulsivos
El Sevilla parecía empeñado en perder, pero estuvo al final más cerca de ganar que un rival, este Salzburgo vigoroso pero blando e ingenuo, que difícilmente va a encontrar más dádivas en un partido. Que el de enfrente te regale tres penaltis en media hora larga y que, no conforme con ello, un jugador de ellos se autoexpulse en el minuto 50 no entra en partido cabal. Pero es que lo que sucedió en la jornada inaugural de esta Champions en el Ramón Sánchez-Pizjuán distó mucho de ser cabal. Tampoco ayudó el extrañísimo arbitraje a reconducirlo todo por la templanza y la lógica. Esa cadena de favores sevillistas hizo estallar en mil fragmentos el plan inicial de Julen Lopetegui. Pero al final, los caprichosos derroteros del desbocado juego llevaron a los blancos a estar más cerca de ganar que de perder aun actuando 46 minutos (desde el 50 al 96) en inferioridad numérica.
Defensa
Volvía Koundé al eje de la zaga y con ello el cuarteto preferido, al menos de momento, por Lopetegui. Tres factores le agitaron pronto el trabajo a los cuatro: el arrojo táctico del Salzburgo, valiente, brioso, apretando todo lo arriba que pudo, el primero; el segundo, la propia debilidad de piernas de los sevillistas en la zona ancha, sobre todo en los casos de Suso y Joan Jordán, quienes, como ya mostraron en Elche, no tienen ahora mismo la mínima chispa para pugnar en las pequeñas batallas que tanto tienen que ver en que los partidos se vuelquen hacia una portería u otra; el tercer factor fue la apabullante movilidad y potencia de Adeyemi, un diablillo de 19 años que trajo en jaque a todo el entramado defensivo.
La debilidad en la medular fue aflorando tras unos primeros 10 minutos muy buenos desde el costado de Acuña y elPapu. Diego Carlos midió mal en el eléctrico recorte de la primera pena máxima, poco después Jesús Navas superó el regalo del brasileño empujando de forma innecesaria a Adeyemi cuando el balón se encaminaba a la línea de fondo y, el triple tirabuzón invertido lo hizo Bono saliendo a lo loco y arrollando al internacional alemán.
Lopetegui prescindió de Suso y Jordán para meter vatios: Delaney y Ocampos, pero En-Nesyri se pasó de listo. Ya con diez, el danés estuvo más pendiente de ayudar a Fernando. Y el empuje de Ocampos, Lamela y Rafa Mir cargó de tareas defensivas al Salzburgo, evitando su arreón final.
Ataque
De salida, Lopetegui tiró del Papu para que engarzara juego por dentro o diera profundidad en la izquierda con sus paredes y triangulaciones con Acuña. Y empezó haciéndolo. Pero la debilidad defensiva de la banda contraria y los problemas en el repliegue sevillista pesaron más.
Las sucesivas entradas de Ocampos, Lamela y Rafa Mir dieron al Sevilla otro perfil con el balón, más explosividad al espacio, y como el Salzburgo estaba expuesto, los blancos hicieron daño. Acuña empezó a aparecer de nuevo.
Virtudes
Carácter y recursos para improvisar un nuevo plan.
Talón de Aquiles
Hasta cuatro regalos dio al rival. Y en Champions.
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