La Real Sociedad, un espejo convexo

El Sevilla de Diego Alonso, navegando aún en un mar de incertidumbre y bajo un cielo de nubarrones, tendrá un examen vital cuando pase el parón por las selecciones en una dura visita a la Real Sociedad, el club que ha pasado en dos años de ser un rival directo a un enemigo al que se ve de lejos. La entidad donostiarra ha llevado a cabo un plan estratégico para crecer económica y deportivamente que ha dado sus frutos. De pujar –recuerden– por llevarse a Pablo Sarabia en 2018, aprovechando la salida de Monchi (finalmente fue al PSG), a asentarse como equipo Champions y a presentar este próximo mes de diciembre el presupuesto más alto de su historia, 150,67 millones de euros, según se ha conocido esta misma semana, 22 millones más que en la temporada pasada.

El informe de auditoría refleja un superávit de 5,7 millones de euros y aseguran en San Sebastián que su dirección deportiva va a disponer de 20 millones para gastar en fichajes este invierno.

En el Sevilla del presupuesto nada se sabe. Del Nido Carrasco citaba una cifra en julio que más que acercarse a una realidad es un deseo. Dijo en los medios del club que el objetivo era llegar a los 300 millones. Pero eso es una quimera ahora mismo. La temporada pasada se cuadró en 242 y en la presente su propio padre se quejaba en la entrevista en la Cadena Cope hace dos días de que en las reuniones del consejo no se ha dado ningún dato y nadie sabe nada del presupuesto anual a menos de un mes de la próxima Junta.

Puede tener mucho que ver la hecatombe que se vislumbra en el concepto de previsiones por ingresos en competiciones europeas. Mucho se le ha afeado a los que han hecho las cuentas en los últimos años presupuestar la llegada del equipo a octavos de final de la Champions y ese vender la piel del oso antes de cazarlo se tradujo en pérdidas que hoy han aumentado la deuda en una cifra que empieza a preocupar. El Sevilla, tras la última derrota ante el Arsenal, tiene casi imposible quedar entre los dos primeros del grupo y lo que empieza a peligrar seriamente es el jump down a la Europa League que ha sido la tabla de salvación en los últimos ejercicios. Y, por cierto, será el último año que la UEFA dará esta bola extra.

En el plano deportivo, el adelantamiento de la Real Sociedad al Sevilla ha sido sonado. Con la confianza en un entrenador y sin mover un varal pese al soplo de los vientos, los donostiarras han superado a los sevillistas en nada menos que en 32 puntos en menos de un año y medio, una temporada y 13 jornadas (12 para los blancos). Los 22 puntos de diferencia de la pasada campaña (la Real fue cuarta con 71 puntos y el Sevilla, duodécimo con 49) y los 10 de la presente (22 de los txuri-urdin y 12 de los blancos), dan una muestra de las diferencias a favor de los blanquiazules, que ahora mismo luchan por la cuarta plaza en la Liga y están ya clasificados para los octavos de final de la Champions.

Lejos –o no tan lejos– queda la supremacía del Sevilla sobre un club al que casi sigue doblando su presupuesto. En la campaña 21-22, con Julen Lopetegui en el banquillo sevillista, el gato al agua se lo llevaban los blancos en la pelea por la Champions. El Sevilla fue cuarto con 8 puntos por encima de una Real Sociedad que, siendo sexta, se tuvo que conformar con el premio de la Europa League.

La estabilidad, la confianza ciega en el proyecto sin dejarse llevar por los nervios o presiones externas, le han dado la razón a la Real.