Rakitic: “No se trata de la edad, se trata de ayudar; y o sirves o no sirves”
Entrevista
El centrocampista suizo-croata pide relativizar los debates vacíos en el fútbol y se ve en uno de sus picos más altos de forma
El capitán del Sevilla afirma que el equipo va a más y recuerda que los refuerzos, como él en 2011, deben sumar de inmediato
–Convendrá que la última victoria tuvo sabor a liberación.
–Fue muy importante. Se va cogiendo confianza y te refuerza en el convencimiento de que lo que estamos haciendo es muy bueno, que la idea funciona y que tenemos que seguir ahí, con el míster y con lo que propone. Si somos capaces de ir controlando más tiempo los partidos, llevar el peso, corregir algunos pequeños detalles todavía, creceremos más. Con eso, puliendo y sin bajar la cabeza e insistiendo, vamos a ir hacia arriba.
–¿Tan fuerte es el convencimiento ahí dentro?
–Venimos de una racha importante, de resolver los partidos en la Copa del Rey de una manera muy importante, que en los últimos años nos costaba muchísimo. También en los partidos amistosos que tuvimos durante el Mundial- Todo eso nos ha servido para ir cogiendo confianza, automatismos… y eso al final es lo que nos tenemos que marcar de aquí en adelante en los partidos.
–Como capitán, ¿qué trata de inculcar en el vestuario en esta situación? Se habla de la plantilla veterana, pero quizá eso pueda venir mejor en circunstancias de máxima presión que un equipo más joven.
–Yo entiendo que en general se hable de la edad, si uno es muy joven, si uno es muy viejo... pero creo que al final o sirves o no sirves. Como yo, que tengo 34, o los chicos que van subiendo del Sevilla Atlético… lo importante es que todos vayamos sumando. Es importante saber el rol de cada uno. Tenemos que ir muy a tope en ese sentido de que necesitamos de todos y no importa la edad. Tenemos que ir a tope, el que sirva para adelante y el que no, muchísimas gracias y adiós. La clave está en coger una confianza importante, tenemos que coger una dinámica de saber qué hacer con balón y cómo colocarnos en defensa. Creo que eso nos ha costado muchísimo en los últimos meses, pero ya sale bastante mejor. Todavía hay que pulir muchas cosas, por supuesto, pero con más tranquilidad y más confianza nos va a dar muchas cosas.
–¿Se siente más protegido ahora el equipo con las líneas más juntas y sin presionar tan arriba como con Lopetegui?
–Más que estar arriba o abajo, creo que se trata de ser conscientes de lo que tenemos que mejorar y ahí había muchísimas cosas. No sirve de nada si tres jugadores salen arriba a tope a robarla y cinco se repliegan hacia atrás o dos se abren mucho. Lo importante es si hacemos una cosa, hacerlo todos juntos. Si decidimos jugarla desde atrás, pues la jugamos desde atrás. Y si no sale en dos jugadas a la tercera saldrá. Pero no ya a la tercera cambiar porque no sale y entrar en esa dinámica de a lo mejor tener miedo. Hay que confiar en lo que tengo que hacer. El míster tiene un plan para cada partido y tenemos que confiar en ese plan. Los partidos que estamos haciendo nos están dando confianza para coger ese ritmo. Entiendo que a veces haya desconfianza de la gente porque quiere ver que fluye todo todavía mejor, pero hay que ganárselo. Estoy convencido de que vamos por un muy, muy buen camino y eso es lo que dije el otro día, que hay que marcar un antes y un después. Estar convencidos de que podemos hacerlo.
–¿Cómo tienen que ser los refuerzos? Usted llegó junto a Medel en una situación muy parecida, en invierno, y con cambio de entrenador. Hay que diferenciar en este mercado cuando el jugador debe ser de rendimiento inmediato o de cara al futuro.
–Por eso lo que decía antes. Yo llegué muy, muy joven. Pero era llegar e intentar sumar. No ir viendo poco a poco. Por eso digo que aquí no hay o jóvenes o mayores, o si conoce la Liga o no la conoce… Es estar convencidos de que cuando lleguen nos van a poder ayudar. Yo en mi caso en su momento, llegué, sentí una confianza increíble del míster, de Gregorio Manzano y del equipo aunque yo no era de la Liga, sino que era un rubio desconocido que venía de Alemania… pero sentía eso, que el equipo me necesitaba. Pronto cogimos un sentimiento uno del otro que iba de maravilla. Por eso, cuando llega alguien, si el nombre es más o menos importante o si tiene 20 ó 32 años no importa, sino que cuando llegue, que esté preparado. Por supuesto que siempre piensas que va a estar preparado porque si no no lo ficharías, pero tiene que empezar a funcionar del tirón. No tenemos tiempo de enseñarle la ciudad deportiva, de enseñarle la ciudad, de hablarle de la historia… Es llegar y a los dos días empezar a jugar. En mi caso yo llegué un sábado y el martes era el primer partido. Yo tuve la suerte de tener esa confianza de que iba todo muy bien. La gente que llegue ahora, la confianza de nosotros por supuesto la va a tener, pero tiene que llegar directamente a tope.
–Personalmente, ¿cómo se encuentra? Cuando uno sale de un club como el Barça, hay quien dicen que, por la filosofía diferente que tiene, debe aprender a jugar al fútbol que juega el resto.
–Sí. Es un poquito como cuando llegué al Barça. Tuve que cambiar muchas cosas. Después de 6 años y más de 300 partidos es como volver a hacer otras cosas que igual en el Barça no se hacían de una determinada manera. Pero es normal, el fútbol que se hace en el Barça era distinto al que tuve que adecuarme al venir a Sevilla con Lopetegui en su momento. Era totalmente diferente, no tenía nada que ver. Y para mí no era fácil. Yo ahora mismo me encuentro muy, muy, muy bien, tengo la confianza del míster, del equipo, de mis compañeros, que me ven como un capitán y eso es muy importante y ahora también veo que soy capaz de llegar mucho más arriba, también de ayudar atrás y eso es muy importante. Creo que el equipo también me necesita en ese sentido, en estar a tope, y por eso creo que el parón me vino muy bien.
–¿Como que cada año va a más?
–El cambio de Lopetegui a Sampaoli se notó y son cambios bastante importantes. También otro tema es que hay que competir cada tres días y eso a veces tampoco es fácil. Ahora me siento de maravilla y cada vez que tiro para adelante me siento mucho mejor y, sinceramente, creo que estoy en un buen momento ahora mismo.
–Hemos visto el Mundial, lo hemos visto con rivales europeos que han llegado estos años al Sánchez-Pizjuán… ¿El fútbol se está volviendo más físico?
–Bueno, yo diría que más que físico, hay muchísima organización. Antes te encontrabas rivales muy abiertos, muy estirados… y eso ya casi no hay, no lo ves. Los equipos o te aprietan muy bien arriba o se juntan bien, buscan su zona de confort. Por ahí veo que entonces el fútbol empieza a verse como más dinámico. No es que el jugador en vez de hacer un sprint a 30 por hora lo haga a 33. No es eso, es que hay muchísima organización, muchísima preparación. Todo eso hace que los partidos terminen cayendo de un lado u otro por detalles. No es como antes, que había partidos de 6-1, 7-0… Eso ya pasa muy puntualmente. Los equipos pequeños son capaces de complicarte bien la vida.
–¿Cómo le han sentado algunas críticas en cuanto a una supuesta falta de ritmo con respecto a su anterior etapa o a lo que necesita el fútbol actual?
–No (sonríe), si yo el otro día (ante el Getafe) hasta hice el pico más alto de velocidad. Eso al final es como uno mismo se siente. Por eso digo, ahora veo que sí que me están saliendo más las cosas, quizá porque me veo más seguro, con más confianza. Y no es porque antes corriera 3 ó 4 kilómetros a la hora más rápido, sino que todos tenemos que ir en la misma dirección y eso me viene bien tanto a mí como al equipo.
–Y cuando las cosas no salen, en una liga tan igualada, están como dijo antes los detalles. El juego a balón parado es uno de esos aspectos y su golpeo a la cabeza de Acuña era medio gol.
–Bueno, es importante. Es un juego que a mí me gusta mucho. Por la altura, por los jugadores que tenemos que van bien de cabeza... voy a tratar de aportar lo que necesita el equipo. Desde pequeño el golpeo es una parte que siempre he trabajado mucho. Creo que hay que darle mucho cariño a esa situación. Me gusta trabajarlo, me gusta analizarlo. Me encantó que el otro día saliera. Con estos detalles se abre un partido. Habíamos hecho muchísimas cosas buenas hasta ahí pero no lo habíamos abierto y con esa situación favorable lo conseguimos ganar. Es una parte importante de mi juego.
–Otra alegría con Croacia en el Mundial. ¿Sintió nostalgia?
–He hablado muchísimo con ellos y con medios de mi país y es lo que les decía, sobre todo no meterles presión por lo ocurrido en competiciones anteriores. Todo se compara allí con la generación del 98, de Suker, Boban y todo eso. Creo que era momento de que ellos hicieran su historia, como nosotros hicimos también en Rusia 2018. Al final, cuando un equipo como Croacia, que es un muy competitivo, va cogiendo confianza y ritmo y todo, es un equipo muy difícil de superar. Creo que al final ha merecido la medalla en un Mundial muy duro y competitivo con selecciones que han salido como Marruecos. Para mí era claro que iba a haber muchas sorpresas y al final pasó. Es un poco lo que hablaba antes, los equipos se trabajan mucho. No se trata de ser más fuertes o más rápidos, sino que están muy bien organizados y trabajados. Todos cuidan mucho los detalles.
–Y en cualquier equipo de categoría. Se ha visto en la Copa.
–Hemos visto que el Intercity casi echa al Barça. ¿Y cómo? Pues estando bien organizados. El Ceuta ha eliminado a otro equipo de Primera. Es así, todo se trabaja.
–¿Cómo ven a Monchi en un mes en el que todas las miradas están en él y cuando él mismo ha reconocido sus errores?
–Con confianza, creo que, como todos tenemos que centrarnos en entrenar bien, estar a tope y tener confianza por supuesto en él y en el club. Nosotros tenemos que trabajar bien para que él sienta esa confianza en el grupo y en la gente. Ir a tope y poner al Sevilla donde tiene que estar.
–¿Han sido injustas algunas críticas hacia él? Por las celebraciones, por ejemplo.
–Los que lo conocemos sabemos cómo es. Él lo vive y yo me miro un poco en el espejo cuando lo veo. Quiero al Sevilla igual que él y al club lo tienes como parte de tu vida, lo sufres mucho, te alegras mucho y no más que el otro, no es eso. Simplemente te importa. Lo quieres tanto que cuando celebras una victoria del equipo de tu corazón o de tu vida que hay que entenderlo. Es un sentimiento.
–Aunque me va a decir que el grupo está muy aislado de eso, ¿afecta la situación social y la guerra entre Castro y Del Nido? Usted conoce a los dos.
–Yo no sé cómo lo ven los demás, por ejemplo, el que llegó este verano. Puede que para ellos sea un poquito difícil, pero bueno, al final nosotros tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, entrenar, trabajar, preparar los partidos y salir de abajo. Ojalá que se aclare por el bien del Sevilla. Todo lo que sea bueno para el club lo apoyaremos.
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