Quique Flores: "Cuando te tira 15 veces el Cádiz en casa está todo dicho"
Sevilla-Cádiz
"O elegimos competir y seguir o elegimos que se acabó la temporada cuando logramos un objetivo que no es real para el Sevilla", dice muy molesto el madrileño
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Quique Sánchez Flores mostró su tremendo enfado en la sala de prensa de Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla perdió frente al Cádiz dando una imagen paupérrima que se suma a la que ofreció en Villarreal. Frente a un vulgar Cádiz que parecía incapaz de marcar, concedió múltiples ocasiones. "Si en Villarreal te tiran 18 veces y en casa con el Cádiz te rematan 15 está todo dicho", dijo muy molesto.
En su análisis del encuentro, el madrileño entendió que el Sevilla empezó bien y se fue yendo poco a poco del partido, olvidando la cohesión colectiva y con futbolistas queriendo hacer la guerra por su cuenta.
"Los primeros 20 ó 25 minutos estuvimos bien, jugando en el campo contrario, con buena circulación de la pelota, que nos hacía anchos en la posesión. Jugamos bien y pudimos circular hacia los lados. Encontramos facilidad en los centros laterales, ganamos las segundas jugadas que nos caían...", comenzó analizando.
La ocasión que ya debió marcar el Cádiz
Pero luego se descompuso el Sevilla. "A partir de ahí abrimos jugadas ofensivas de ellos por desorganización defensiva. Y debimos haber encajado el gol de Chris (Ramos) que falla ante el portero", dijo sobre la última jugada de la primera parte".
"A partir de ahí vino una vorágine de indecisiones, de imprecisiones, de desorden y de perder o renunciar a todo lo que nos ha hecho fuertes. Sin orden, sin cohesión, no somos capaces de competir. Desde la individualidad no somos capaces de competir. Sin ese orden ni esa cohesión ni daba ni dará para competir. Y tenemos que competir porque quedan dos partidos", dijo con gesto más que contrariado.
Con todo, rechazó que estuviera enfadado con la actitud, al cuestionársele si fue por falta de ella o por falta de intensidad. "No estoy enfadado ni decepcionado ni debo estarlo por falta de intensidad. Ha habido un tramo cuatro meses muy exigente, pero teníamos dos opciones para el final de temporada: o elegimos competir y seguir o elegimos que se acabó la temporada cuando logramos un objetivo que no era real para el Sevilla (la permanencia)".
Sí puso el acento en que no puede conceder desordenarse el equipo hasta renunciar a una respuesta colectiva sólida y a una defensa consistente. "En Villarreal no entramos en el partido y en este entramos bien, pero nos hemos ido yendo. Hemos pensado que individualmente somos mejores que colectivamente, que la guerra hecha por cada uno era mejor. Y no. Esto es fútbol, hay que ocupar los terrenos que te tocan y cuando te vas a defensa tienes que ir a defender, todos juntos. Y, si no, nos vamos al equipo que me encontré hace cinco meses. Y ese equipo es indescifrable".
Las pésimas estadísticas en contra
Entonces, ¿cree que su equipo ya ha bajado los brazos y que está en chanclas? "Esto dependía de nosotros, de ver si nos podíamos soltar en las últimas jornadas. Lo hicimos muy bien con el Granada, competimos en el campo del Betis. Y entre que hemos perdido a cinco jugadores importantísimos que metían competitividad y que hemos bajado nosotros... Da igual cómo te llames, da igual la camiseta. En el momento en que te debilitas, te superan. En los diez últimos partidos antes del Villarreal, el que más nos tiró fue el Real Madrid, con 11 remates. Pero cuando te tiran 18 veces (el Villarreal hizo 25 remates) o el Cádiz en casa te tira 15 veces todo dicho. Poco más se puede decir.
La emoción de Jesús Navas
Por último fue preguntado por Jesús Navas, al que cambió por notarlo cansado al igual que hizo con Ocampos y con Acuña. El palaciego abandonó el campo entre lágrimas y siguió llorando en el banquillo. ¿Es por algo en concreto, la imagen, una lesión...? "Es por los 500 partidos en Liga, es por una emoción muy grande, él siente el Sevilla como nadie. Seguro que ha sufrido desde que el equipo se ha puesto raro. Y cuando te sacan y estás en esas situación tan emocional y cumples 500 partidos de Liga te puedes hastas derrumbar. Jesús es una cosa tremenda, un chico ordenado, un chico que pregunta... Es una cosa de jugador", dijo elogiándolo.
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