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Quique Sánchez Flores es el dueño de su destino en el Sevilla

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Los números, a dos puntos de la Champions en una clasificación virtual, avalan la continuidad del madrileño, que ya cala en la dirección y dependerá de su voluntad

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Quique, relajado, en su primer partido verdaderamente plácido en Nervión. / Juan Carlos Vázquez

Una vez sellada la permanencia en Primera de forma matemática con el rotundo y gozoso triunfo sobre el Granada, el Sevilla tiene cuatro jornadas con nada que decir en la clasificación liguera. El foco, así pues, se vuelve indefectiblemente a la planificación y en concreto hacia el que será el inquilino del banquillo nervionense, tan incómodo en el último año y medio, la próxima temporada. Para empezar no está mal recordar ante la confusión general que Quique Sánchez Flores tiene contrato firmado por el Sevilla hasta junio de 2025. Pero eso no quiere decir nada en el actual contexto, puesto que el documento contractual firmado recoge unas cláusulas de rescisión bastante flexibles para la rescisión unilateral por parte y parte. Cláusula que se endurecerá si el equipo termina entre los diez primeros.

Figurativamente, se habla de forma coloquial de que el madrileño renovaría automáticamente su contrato si termina el décimo. En puridad no es así, aunque valga el símil. No rescindir su contrato, con una indemnización compensatoria más elevada en esas condiciones clasificatorias, sería casi como una renovación del contrato... ¿Y qué hará el comité de dirección del Sevilla? Pues parece que poco a poco se va convenciendo con la realidad de los hechos de que Quique es el entrenador en el que debe confiar el nuevo proyecto. La dirección deportiva, a instancias del comité de dirección, ha tanteado otras posibilidades.

Estaban obligados a ello y una de las funciones del máximo responsable técnico es exponer al club el abanico de opciones. Los sondeos han existido y sólo se retomarán si Quique se cierra en banda y no ve claro el nuevo proyecto, en el que el obligado recorte presupuestario será un factor determinante. No va a tragar con cualquier cosa el técnico madrileño, que asimismo querrá unas mínimas garantías para seguir al frente de un equipo cuya plantilla debe ser profundamente renovada desde ese reajuste.

El técnico madrileño ya pidió en la previa del partido con el Granada aparcar todo lo relativo al futuro. Solicitó afrontar el asunto con las "mentes frías", una vez superadas las tensiones clasificatorias y alejándose de la inmediatez de los resultados. "Pensamos que sólo existe una parte y existe el club y el entrenador", advirtió recordando que él también decide. Esa condición del contrato que varía las condiciones de su rescisión si el Sevilla termina entre los diez primeros impide hablar de que todo está hecho, pese a que la salvación ya está más que garantizada. El Sevilla está a dos puntos del décimo, el Getafe, y no es un reto imposible que, una vez liberado de la tensión, pueda recortarlos.

Los números avalan a Quique Flores y esto podría ser determinante si el Sevilla no se le cae, si de pronto los jugadores se ponen las chanclas después de una temporada de tantísimo sobresalto y tanta tensión. Desde que el 18 de diciembre llegara a Nervión sin tiempo apenas para preparar su debut el día siguiente en Granada (0-3), el equipo de Quique ha disputado 18 partidos ligueros en los que acumula 8 triunfos, 4 empates y 6 derrotas, con un balance de goles de 25-22. Sin contar el partido aplazado de la cuarta jornada -Atlético-Sevilla (1-0)-, entre aquella decimoctava jornada de su debut y la trigésima cuarta acumula 28 puntos, lo que lo situaría en la hipotética clasificación de ese tramo liguero el séptimo, por detrás de Madrid (45), Barcelona (38), Atlético (30), Girona (30), Villarreal (29) y Athletic (29). Estaría en puesto europeo a dos puntos de la Champions.

No sólo los números han variado la percepción del comité de dirección, al margen de que no es fácil encontrar un entrenador que acepte un proyecto espinoso y a la baja. También ha pesado la gestión y la adaptación a la realidad de la plantilla por parte del madrileño, que puede tener la última palabra. Se puede decir que Quique es dueño de su destino y todo dependerá de la idea que le traslade el club. Porque si sigue sumando puntos pese a todos los inconvenientes, ¿con qué excusa le rescindirá el contrato el Sevilla?

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