La magna
Sevilla - Atlético de Madrid: Isaac es el estandarte... qué irracional es el fútbol
El Sevilla debe contagiarse del entusiasmo y la energía del lebrijano, clavo ardiendo al que se agarra la zaherida cuarta plantilla más cara de la Liga para tumbar al Atlético de Madrid
La lucha de Quique contra una herencia envenenada
Quique se cansa de esperar a Rafa Mir y no lo convoca
El fútbol se nutre de su tremenda carga irracional. Los instintos emergen sobre el raciocinio cuando echa a rodar la pelota y los silogismos lógicos se quedan cojos ante los factores inesperados, las contingencias inherentes a un deporte en el que el azar también tiene su peso, y las conclusiones muchas veces distan de lo que las proposiciones previas disponían. Es lo que espera el sevillista que acudirá hoy al Ramón Sánchez-Pizjuán agarrado al hilo de esperanza que le ha ofrecido, como de la nada, un zagal de 23 años de Lebrija, Isaac Romero.
El delantero de esa tierra de alfares es el estandarte de este Sevilla que se alegra ya de los triunfos del eterno rival, como el que protagonizó el Betis en Cádiz mientras el Teatro Falla alzaba el telón de la gran final del Carnaval. Que esa es otra, la continua falta de respeto de los teleoperadores que estiran su parrilla para exprimir la teta de la vaca televisiva pisoteando tradiciones milenarias, tal y como hicieron el Viernes Santo del año pasado con el Sevilla-Celta, ni más ni menos. Digresión sociológica y televisiva hecha, a Isaac le ha venido como el agua a los dedos del alfarero el regreso de En-Nesyri de la Copa de África.
Con el arranque veloz del marroquí y la potencia y la pugna del lebrijano, el Sevilla está moldeando un nuevo modelo. Sólo falta que cuaje en el horno el boceto de Vallecas, aunque el rival que tendrá enfrente hoy puede hacer añicos el cántaro de las ilusiones . “El juego al pie me irrita", dijo por dos veces Quique en la previa del partido, en la que se congratuló de la simbiosis entre Isaac y En-Nesyri.
Claro que el Atlético de Simeone, máxime tras el trabajo que le costó doblegar al Sevilla en la Copa a favor de querencia, planteará su habitual campo de minas en el que los espacios son apenas vericuetos imposibles por el que percutir con energía, dinamismo y paciencia, en espera del resquicio. Los conceptos de dinamismo y energía, claves para dar continuidad a los mecanismos colectivos, fueron otras de las redundantes palabras del madrileño en su comparecencia previa. Justo quizá lo que echa en falta en Rafa Mir, al que descartó pese a las siete bajas, dos en ataque, por lesión y a la ausencia también de Alejo Véliz por encontrarse el delantero argentino en la fase de readaptación tras dejar atrás la distensión de rodilla con la que llegó procedente del Tottenham.
Hasta cuatro futbolistas del Sevilla Atlético tuvo que citar Quique, entre éstos al desequilibrante Idumbo, privando de ellos a Jesús Galván para el derbi con el Betis Deportivo de la matinal del domingo en el estadio Jesús Navas, por el cúmulo de bajas, a las que se sumaron tras el alivio triunfal de Vallecas Marcao y Agoumé.
La baja del central se palia con el regreso de Sergio Ramos, pero la zaga continúa coja por las lesiones de Kike Salas, Nianzou y Gudelj. Tendrá que paliarla improvisando con un jugador fuera de su posición de nuevo. En Vallecas fue Acuña, y también jugó ahí Hormigo en el tramo final. No es partido para exponer al polivalente defensor sevillano de 20 años, con lo que podría repetir el veterano campeón del mundo con Ocampos flanqueándolo a la izquierda. En la medular, Soumaré volverá a ejercer de ancla, con la duda de quién acompañará a Sow por delante. Todo apunta a Óliver Torres, en espera de que Hannibal convenza a Quique...
El Atlético no es el Rayo y no sólo no concederá tantos espacios sino que empujará con mucho más brío y calidad cuando tenga la pelota. Ahí saldrá a relucir el talento de Griezmann para encontrar espacios entre líneas desde su posición de falso punta. Y si no, pues Simeone siempre puede tirar del plan B, como hizo en la Copa, tirando de Memphis y Correa para que le solventaran la papeleta. El contraste con el banquillo sevillista es abismal. Pero ahí viene lo irracional del fútbol, tan irracional como que un chaval de Lebrija sea el estandarte de este desvalido Sevilla.
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