Precoz suspensión por amarillas de Isco en el Sevilla en comparación con el Madrid

Isco causará baja en el Sevilla en el derbi por sanción, aunque algunos ni siquiera lo echarán de menos por su irregular rendimiento. Pero el mero hecho de que un futbolista de corte técnico y de talento como el malagueño haya visto ya cinco amarillas en su undécimo encuentro liguero como sevillista habla por sí mismo de la situación de caos en la que están instalados los nervionenses.

Esta precoz suspensión por acumulación de amonestaciones que privará a Isco de jugar el derbi, con lo que ello significa siendo el fichaje que despertó tanta ilusión en muchos sevillistas -en otros, no tanto- puede ser leída también como un hecho que constata la impotencia de los futbolistas del Sevilla, con un centro del campo muchas veces superados por el rival de turno.

Es paradójica esta precocidad -cinco amarillas en 11 partidos- con lo que tardó en ser suspendido por primera vez en el Real Madrid. Alguno también interpretará que el rasero de los árbitros es distinto con los grandes y en particular con el Madrid, máxime antes de la vigilancia del VAR, que sigue teniendo su lado controvertido.

Lo cierto, sea por una razón o por otra, es que en el Real Madrid apenas vio una amarilla en la primera temporada (la 13-14) y llegó hasta 7 amarillas en su segunda campaña en Chamartín. Isco fue suspendido por acumulación en la segunda temporada como madridista, en la vigésima sexta jornada, es decir, en el partido número 24 de Liga de aquella temporada 14-15.

Curiosamente, fue la segunda vez que Isco era baja por sanción, ya que en su segunda visita a La Rosaleda, donde despuntó con Pellegrini antes de dar el salto al Madrid, fue expulsado en el triunfo de los blancos sobre el Málaga (1-2), por doble amarilla, que vio en los minutos 71 y 86, sin que afectara al marcador.

Además, Isco tuvo una tercera suspensión en la Liga como madridista, en la temporada 15-16. Fue tras la roja directa que vio el 21 de noviembre de 2015, en el Santiago Bernabéu, por una patada desproporcionada a Neymar en el minuto 85, fruto de la impotencia, por el 0-4 que le había endosado ya el Barcelona al Real Madrid. Le cayeron dos partidos de suspensión.