La planificación del Sevilla: bien rematada al final y con un lunar en la portería

Sevilla FC

La llegada sobre el cierre de Soumaré y las de Mariano y Sergio Ramos ya fuera de plazo dejan un grupo en manos de Mendilibar con todas las líneas reforzadas y un gasto de 33,4 millones

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José Castro y Víctor Orta, en la presentación del meta Nyland y el atacante Lukebakio.
José Castro y Víctor Orta, en la presentación del meta Nyland y el atacante Lukebakio. / Afp7 / Europa Press

El balón será el que ponga la nota a la primera planificación de Víctor Orta al frente del Sevilla. Todos los balances que se hagan ahora, entre el cierre del mercado y el reinicio de la competición, será agua de borrajas cuando la pelota dicte su inapelable sentencia. Pero no está de sobra realizar algunas puntualizaciones para ir dándole a la visión de la gestión del director deportivo madrileño el contexto y el juicio subjetivo de cada uno más ecuánime posible.

Víctor Orta avisó en su presentación como relevo de Monchi que iba a ser un mercado muy ralentizado al principio y acelerado en las dos últimas semanas de agosto. Máxime ante una plantilla con tantísimo lastre. Y hay que decir que, en el caso del Sevilla, el acelerón final fue tan a fondo que incluso rebasó el límite de las doce de la noche del 1 de septiembre. Ya metidos en el 2 de septiembre, el propio Orta anunció el fichaje de Mariano en LaLiga TV.

Cuatro futbolistas libres, uno a bajo coste, otro cedido

Luego, el domingo 3 de septiembre llegó la negociación exprés con Sergio Ramos, ante las dudas de un inicio liguero preocupante junto con la cronificación de las lesiones de Marcao y Nianzou y y las dudas en Gattoni o Kike Salas. Todo estos aspectos fueron admitidos como argumentos en la justificación que hizo José María del Nido Carrasco, ideólogo principal del giro final en la planificación, para explicar por qué ahora sí el Sevilla procuraba el regreso de su controvertido canterano. El del camero fue el quinto fichaje sin coste de traspaso. Llegó libre al igual que el meta Nyland, el lateral izquierdo Pedrosa, y el delantero Mariano, mientras que Soumaré llega cedido por una temporada con opción de compra.

Los otros cuatro fichajes, hasta completar los nueve refuerzos sí han tenido coste. Aún con Monchi al frente el Sevilla pagó por Gattoni 1,4 millones de euros –para dejarlo cedido en el San Lorenzo hasta su incorporación en julio–, 12 millones por Badé; y ya con Orta 10 millones de euros por Sow y 10 por Lukebakio.

El cuarto equipo de España en inversión

En total, el Sevilla ha invertido, nóminas aparte, un montante de 33,4 millones de euros y ha vendido por 26,5 millones, por lo que tiene un balance negativo de -6,9 millones de euros. Se ha convertido así en el cuarto equipo español en inversión, tras el Real Madrid (129,5 millones, con un balance de -122,5 millones), el Almería (52 millones; -8,9 millones); y Atlético de Madrid (33,7 millones; +57,3 millones).

Además, ha dado de baja, sin contar a los futbolistas que no tenían ficha con el primer equipo (Iván Romero, José Ángel Carmona o Luismi Cruz) a diez futbolistas de su primera plantilla -al margen del traspaso de Bono-, de los que cuatro se desvincularon (Rony Lopes, Tecatito, Idrissi y Papu Gómez) acarreando un gasto en las rescisiones; tres fueron cedidos y deben reincorporarse a la disciplina la próxima temporada (Augustinsson, Delaney y Óscar Rodríguez) y dos fueron traspasados (Rekik dejó unos dos millones de euros y Bono, unos 22 millones). Y luego está el caso de Montiel, cedido al Nottingham Forets pero con una esperanzadora opción de compra de fácil cumplimiento de 10 millones de euros.

El director deportivo sacó pecho y dio sus argumentos sobre su política de rescisiones mejor que de cesiones: salen más a cuenta económicamente, porque con los préstamos rara vez el equipo al que va el jugador paga más del 60% de la ficha y al año siguiente vuelve. Y también habló en su balance, ya con Mariano pero sin Sergio Ramos aún, de que se había reforzado todas las líneas.

Nyland por Bono, el lunar está bien definido

Aquí es donde aparece el principal lunar de la planificación, porque si bien es cierto que con un portero (Nyland), cuatro defensas (Badé, Gattoni, Pedrosa y Sergio Ramos), dos mediocampistas (Soumaré y Sow) y dos atacantes (Lukebakio y Mariano) el Sevilla ha fichado para todo lo largo y ancho del campo, incorporando también a Juanlu como décimo fichaje, no es menos cierto que hablar de reforzar la portería en el trueque Bono-Nyland es cuando menos muy temerario. Porque el noruego lleva el marchamo de suplente grabado a fuego en su trayectoria curricular de clubes, más allá de que sea un fijo con Noruega. No cabe la comparación.

Las tres grandes apuestas de Orta son Soumaré, Sow y Lukebakio. Y los dos refuerzos llegados pasado el plazo, Mariano y Sergio Ramos -consideraciones sentimentales al margen-, son dos apuestas de cero riesgo económico y de una posible amortización deportiva muy importante. El delantero necesita reivindicarse tras cinco años en el ostracismo. Y el central no sólo refuerza el equipo con su capacidad físico-técnica y su liderazgo, sino que, como le solicitó Pablo Alfaro, debe ser un guía espiritual para los jóvenes centrales del Sevilla.

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