Pitos en pretemporada, ¿qué le pasa a la afición del Sevilla?

Sevilla FC

Ante el Cádiz en el trofeo Antonio Puerta sorprendió la impaciencia de una grada con fama de ir a muerte con su equipo

El hijo de Antonio Puerta, junto al árbitro y los capitanes en el Sevilla-Cádiz.
El hijo de Antonio Puerta, junto al árbitro y los capitanes en el Sevilla-Cádiz. / Juan José Úbeda / Efe
J. A.

07 de agosto 2022 - 21:03

Un cambio en la sociedad en general, en la que las prisas, la falta de educación, la exigencia mamada desde la cuna que se abren paso ante la mesura, el disfrute y los buenos modales... junto con lo que el propio club ha potenciado dando a entender que el Sevilla podía aspirar a grandes cotas muy por encima de sus posibilidades, más la mezcla de la locura de las redes sociales y la nueva generación del periodismo que contagia a la vieja..., todo hace que se haya formado la tormenta perfecta.

El sevillismo demostró en el Trofeo Antonio Puerta que se ha instalado en una locura sin sentido hasta el punto en que pitar al equipo en periodo de pruebas como es un simple partido amistoso de pretemporada se haya tornado lo más normal. Con apenas 22.000 sevillistas en la grada, muchos se preguntaban que si el trofeo se ideó como una fiesta del fútbol para recordar a la leyenda que cayó fulminada por un ataque al corazón vestido de futbolista cerca de la línea de fondo de Gol Sur, cómo es posible que se convirtiera en una excusa para la protesta, sea por lo que sea: por el juego del equipo, por la falta de fichajes, por la gestión o la imagen del presidente, por la subida de los precios del abono o por el deplorable estado de los asientos del Sánchez-Pizjuán, originariamente blancos –desde que se retiraron los de hierro–, que desde la llegada de Loarte se pintaron de rojo para imitar a San Mamés.

Para el Sevilla y sus intereses deportivos se puede claramente volver en contra eso de la exigencia mal entendida. Mientras los profesionales de puertas hacia afuera elogian el empuje de una grada que muchas veces está en otra onda distinta a la negatividad que se mueve en las redes sociales pero que al final contamina, en la intimidad del vestuario también comentan que agradecerían más apoyo y menos predisposición al silbido. Antes lo sufrían jugadores como De Jong y ahora claramente otros como En-Nesyri o empieza a padecerlo Joan Jordán.

La afición del Sevilla fue siempre destacada y temida por los rivales, por las condiciones de acústica del Sánchez-Pizjuán y, sobre todo, por la entrega y el carácter especial de su idiosincrasia, pero en los últimos años entre los rivales ya está presente que es una hinchada que tan pronto anima a muerte como rápidamente pierde la paciencia y se puede volver contra su equipo. Aunque sea en un amistoso contra el Cádiz... Ojo.

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