El peor inicio liguero en casa de la historia del Sevilla: cero victorias en Nervión

El Sevilla está viviendo una situación histórica por inédita. Llegado a la jornada duodécima, el equipo nervionense no ha ganado ni un partido en su otrora fortín del Sánchez-Pizjuán, donde ya ha jugado seis partidos ligueros como local. Es más que paradójico que esto le suceda al club que tiene el cuarto presupuesto de España, en espera de la revisión de cuentas en la Junta General de Accionistas tras la eliminación de la Champions: en la jornada duodécima es decimoséptimo con 10 puntos y sólo con tres sumados en casa por tres empates.

Jamás había estado seis partidos de Liga jugados en casa el Sevilla sin haber ganado ni uno. Jamás, que se dice pronto en un club que viene de su mejor etapa histórica y después de tres clasificaciones consecutivas para la Champions. Tal es el desaguisado que hay formado en Nervión.

Precisamente esta jornada duodécima, al haber jugado en casa, el actual Sevilla supera en lo negativo a aquel Sevilla de José María González de Caldas en la presidencia y José Antonio Camacho en el banquillo. Aquel equipo se presentó en el Sánchez-Pizjuán ante 50.000 aficionados con una fiesta muy hollywoodiense. La Liga empezaba a copiar los modelos de marketing de los yankis. Con fichajes de relumbrón como Prosinecki, Almeyda -el fichaje más alto hasta entonces, con los 1.200 millones de pesetas pagados al River Plate-, Onésimo, Tsartas...

Todavía no había llegado Bebeto como guinda de aquella gran inversión a mediados de noviembre cuando el Sevilla logró su primer triunfo en casa en la undécima jornada liguera, el sexto partido ante su todavía ilusionada gente. Luego pasó lo que pasó: fue un desastre de temporada y el equipo cayó a Segunda División por tercera vez, por primera vez desde el descenso en la temporada 72-73.

El 3 de noviembre de 1996 aquel Sevilla ganó su primer partido en Nervión, con Monchi de portero, al Athletic Club por 4-2 (doblete de Rafa Paz, uno de Salva y otro de Tevenet), en medio de un miniciclo victorioso de tres triunfos que fue un oasis en el desierto de frustraciones. Ni Bebeto, de vuelta ya tras su paso por el Deportivo y su regreso a Brasil, arregló aquello: apenas jugó cinco encuentros en aquella Liga desastrosa.

En comparación, aquella temporada el Sevilla hizo una mayor inversión en fichajes que en la actual, aunque no tenía el cuarto presupuesto ni una trayectoria deportiva y económica como la actual, ni muchísimo menos. De hecho en la temporada anterior, 95-96, se había salvado del descenso con aquel triunfo postrero sobre el Salamanca que necesitó del viaje exprés desde Croacia de Suker, citado por su selección, para marcar tres goles y despedirse en loor de multitudes y como salvador antes de fichar por el Real Madrid.

Hay que irse muy atrás, hasta los albores de la competición, para encontrar un inicio tan negativo. En la temporada 35-36, la temporada previa a la Guerra Civil, el Sevilla, vigente campeón de la Copa de España de 1935, empezó muy mal en el viejo Nervión. Aun así, ganó 2-1 al Madrid -sin el título de real por el marco legal de la República-. Era la jornada quinta, el tercer partido en casa; aunque ya no ganaría otro hasta la jornada decimoquinta, octava cita en Nervión, al imponerse al Barcelona (2-1 también). Aquel equipo quedó décimo de doce equipos. Se salvó, aunque el campeonato se suspendió tres años por la guerra.

Tal es la actual situación inédita, en la que el Sevilla apenas ha sumado tres puntos de los 18 disputados al calor de su gente en esta Liga y a esto hay que sumar las dos humillantes derrotas en la Champions, donde sí ganó al menos al Copenhague (3-0) para garantizarse su pase a la Europa League. Pero quién piensa en estas circunstancias en la Europa League...