Pablo Machín ya es el líder del proyecto
Sevilla FC
El técnico se ha ganado el respeto del sevillismo, que lo considera el artífice de un inicio de Liga para enmarcar
En sólo unos meses, Pablo Machín se ha metido al sevillismo en el bolsillo. Su trabajo, su discurso y, sobre todo, sus resultados lo han convertido ya en el líder absoluto del proyecto futbolístico del Sevilla de la presente temporada de cara al entorno. Tiene el crédito inmaculado y su popularidad ha subido como la espuma gracias en parte a su humildad, su naturalidad, su forma de encarar los contratiempos y su coherencia tanto futbolística como a la hora de elegir los mensajes.
Nadie duda ya que este Sevilla es el Sevilla de Machín, quien hasta para pedir refuerzos es elegante después de lidiar en el primer tramo de temporada con una plantilla con muchas lagunas y muy mermada encima por las lesiones a la que le ha sacado un rendimiento inmejorable. El Sevilla, que ya se fue al anterior parón líder en la tabla, llega segundo a la tercera interrupción de la Liga por los compromisos internacionales después, además, de un ejercicio de fe y constancia sacando adelante un partido complicado y en desventaja ante uno de los mejores equipos hasta el momento del campeonato.
Y es que sus decisiones y su comportamiento han demostrado que el desembarco en el Sevilla no le ha venido grande. Machín ha sabido lidiar con circunstancias imprevistas y supo aguantar la presión cuando desde el exterior, tras dos tropiezos que encendieron las alarmas ante Betis y Getafe, se le llegó a pedir que cambiara su esquema de juego y acoplarlo a los jugadores disponibles dentro de una planificación que con las primeras lesiones empezó a quedar al desnudo. Machín, con buen criterio, mantuvo su idea. Si estaba donde estaba no era por otra cosa que por el modelo de juego, peculiar y distinto a todos, con el que había triunfado en el Girona. Se le pidió que usara cuatro defensas cuando siempre creyó a pies juntillas en una zaga de tres y dejó claro que quien mandaba en el vestuario es el que ostenta el cargo de entrenador.
Todo eso, junto con la variación ofensiva que realizó para dar cabida en su once a un delantero en racha como Ben Yedder, agrandaron su aura de líder, clave para manejar un vestuario como el del Sevilla y para moverse en un club con muchos intereses a su alrededor.
Ello lo ha convertido ya en un técnico a la altura de los mejores. Machín, aparte de instaurar dos veces el récord de la mayor goleada en competición europea, a estas alturas de campeonato ha igualado la mejor temporada de Unai Emery, la 14-15. Con 23 puntos e idéntica combinación de resultados (7 victorias, 2 empates y 3 derrotas), mejora notablemente su diferencia de goles (+11 por +3 del guipuzcoano). Sólo la campaña de Jorge Sampaoli, que completó la mejor primera vuelta de la historia hasta la fecha, supera con un empate más y una derrota menos los registros de las doce jornadas del presente ejercicio.
El técnico castellano, además, demuestra ambición en sus declaraciones, no ha dejado de defender nunca a todos sus futbolistas pese a que algunos han tenido actuaciones para no hacerlo, y en muy poco tiempo ha captado rápido la onda de la idiosincrasia de la ciudad y del sevillismo.
Machín es, sin duda, el líder de un proyecto que en origen nació con el nombre propio de Joaquín Caparrós (también hay que adjudicarle el acierto de la elección) y de José Castro, pero el crédito del utrerano ha sufrido el desgaste de un final de mercado convulso y las carencias de una plantilla que no han impedido a Machín erigirse ya en el líder del proyecto.
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