"Propuestas hay muchas, pero para ganar hay que meter goles"
Sevilla FC | Entrevista a Pablo Machín
El entrenador del segundo de la Liga promete "romperse la cabeza" y sacar el máximo de su equipo para seguir ahí arriba "sin crearse presión"
–El titular de una entrevista suya era "llegué al Girona con una mano delante y otra detrás". Cómo cambian los tiempos, ¿no?
–Los titulares fuera de contexto llaman la atención. Cuando yo llegué al Girona era una oportunidad envenenada. Iban últimos, a nueve puntos de la salvación a falta de 13 jornadas y fue un reto personal quitarme ese sambenito de entrenador de la casa en el Numancia, sin experiencia. Quería demostrarme a mí mismo que valía. La forma era ir a un equipo derrotado y cambiar la dinámica. Estaban en ley concursal. Tuve que ir con lo puesto, ellos me pagaban la casa, me pagaban la luz, el internet, me daban de comer y tenía un sueldo muy justo. Por eso era lo de la mano delante y otra detrás. Ahí me llegó la oportunidad del Sevilla y afortunadamente han cambiado mucho las cosas.
–¿Qué ha aprendido desde que ha llegado al Sevilla?
–He sido un entrenador que intentaba aprovechar mucho lo que tenía alrededor, por mi inquietud y por mi predisposición. He podido empaparme de muchos entrenadores, y tuve el banco de prueba de las categorías inferiores del Numancia. He sido autodidacta en ese aspecto, he tenido que ir aprendiendo un poco del ensayo y error. El fútbol profesional te exige otras cosas, el gran cambio es la exigencia y la mayor diferencia es que hay que una semana atípica a la hora de trabajar. Son tres partidos por semana y tienes que dosificar mucho más las cargas, hacer unos entrenamientos diferentes y todo lo que tú quieres transmitir quizás sea en la pretemporada.
–Se estará sorprendiendo del rendimiento del Sevilla. ¿Es lícito ilusionar al hincha con la Liga?
–El fútbol es pasión, la pasión la ponen los aficionados y para que esa pasión exista tienen que tener ilusión. Trabajamos para eso, para que salgan del estadio como el otro día, en algún vídeo que me mandaron salieron cantando. Eso es gratificante, que los aficionados se sientan orgullosos cuando acabe el partido. Es más fácil que se sientan así ganando, por supuesto, pero tras un partido como el otro día la mayoría se sentiría igualmente orgullosa de ver que lo intentamos hasta el final, de la predisposición del equipo, del trabajo. Todo eso está ahí y eso es lo que ilusiona a la afición. Después está la clasificación. Vamos segundos, pero muy cerquita tanto del primero como del séptimo. Pelear la Liga es algo que históricamente pertenece a dos o tres equipos, el Sevilla no suele estar ahí, pero nuestra labor es, sin crearnos presión, ir peleando por sumar todos los puntos para ver cuando falte poco dónde estamos situados y por qué peleamos.
–Hay quien recuerda la temporada 2006-07, en la que el Sevilla priorizó la UEFA y la Copa...
–Hablar de eso ahora no tiene mucho sentido. Podría decir cualquier cosa, pero después estarán las circunstancias. Quizás lleguemos a una eliminatoria de la UEFA y estemos súper necesitados y tenga que poner a los mejores y después no los pueda poner en la Liga por lo que sea. La idea inicial es priorizar todo, ganar cada partido, pero todo es francamente difícil y veremos hasta dónde podemos exprimir a los jugadores.
–¿Qué futbolista encarna su idea del fútbol?
–En cada equipo hay alguien que puede ser el entrenador en el campo. Aquí en el Sevilla doy tres nombres. Carriço, en la defensa, Banega, en el centro del campo, y Sarabia en el enlace con la delantera, han entendido desde el primer momento lo que yo quiero. Pero cualquiera lo sabe. De otros equipos, por ejemplo, Álex Granell. Crecimos los dos muy a la par y reúne todo lo que para mí es importante. No sólo lo que se ve en el campo sino todo lo que hay detrás, el entrenamiento invisible, la alimentación, la forma de cambiar tu tipología para rendir más. Es un futbolista modelo.
–En pleno debate sobre la estética del fútbol siempre se viene a la cabeza una frase suya en The Tactical Room: "Jugar bien es jugar a lo que tú quieres: tu idea de juego, tu propuesta"...
–El fútbol es tan grande que admite todo. Hay muchas propuestas, pero para ganar tienes que meter goles. Hay quien piensa que es mejor ganar metiendo más goles que el rival, otros que es mejor ganar por la mínima y dejando tu portería a cero. El entrenador no debe ir con una idea prefijada y sí sacar rendimiento a los jugadores que tenga. Después debe idear un modelo de juego para que los futbolistas tengan un contexto adecuado para que rindan. Tan válido es un juego de transiciones y eficaz en las situaciones que determinan el juego como los que piensan en aparecer en el área a través de la posesión. Otros pensarán que es mejor defenderse y aprovechar los espacios. Pero sigo pensando lo que dije en ese titular.
–Paradójicamente, el modelo de toque, el Barcelona, ha creado un departamento para cuantificar la generación de espacios...
–El fútbol es aprovechar esos espacios y para aprovecharlos hay que generarlos primero. Se puede hacer de varias formas, estando cerca de tu portería o cerca del área rival. Si tienes menos espacios, necesitarás más calidad, pero también un menor esfuerzo físico, porque tendrás más claridad. Estar lejos requiere mucha energía y eso acumula cansancio, que va relacionado con la falta de eficacia. Cada equipo busca sus armas. El Barça lleva mucho tiempo trabajando de esa manera, en la base también, pero cada equipo tiene su idiosincrasia.
–En los primeros partidos su Sevilla creó bastantes espacios con la basculación del contrario, luego introdujo otras herramientas.
–Es cierto, una de nuestras virtudes es tener el campo muy ancho, porque te permite generar muchos espacios. Juegas con un prisma de 68 metros, el ancho del campo, y para contrarrestar las basculaciones de los equipos el cambio de orientación largo te permite superar muchas líneas. Por dentro tenemos jugadores determinantes y los tenemos que aprovechar. Los primeros automatismos eran cambios de orientación, vamos adquiriendo otros para ser menos previsibles.
–Ha sido evidente el cambio de dibujo, pero ¿fue por las bajas o por la necesidad de meter a Ben Yedder en esa doble punta?
–Un poco de todo. Si se echa la vista atrás, en el Girona siempre me ha gustado jugar con dos delanteros, incluso con dos nueves de referencia. En Segunda División se jugaba de otra manera. Nosotros procurábamos llegar muchas veces al área, por eso teníamos los carrileros que meten muchos centros y necesitábamos nueves rematadores y cuando no los teníamos había que adaptarse y no cerrarse a una única manera de jugar. Ésa es la labor siempre de un entrenador y trato de hacerlo aquí. Si tienes buenos futbolistas en un buen estado de forma, te tienes que romper la cabeza para ponerlos, para generarles un contexto en el que puedan rendir. Los futbolistas buenos normalmente son los que deciden los partidos y si los tienes no te puedes permitir el lujo de no contar con ellos.
–¿Su Sevilla ha llegado al punto de jugar a lo que quiere y que el rival se adapte? Celta y Huesca cambiaron a defensa de tres.
–El Espanyol también hizo algunas variantes para hacernos daño, es la riqueza del fútbol y dice mucho de la capacidad de los entrenadores de Primera División. He visto por fases a un Sevilla que se parece mucho a mi ideal de juego, pero no me puedo cerrar sólo a un ideal, hay que exigirles a los futbolistas y yo me tengo que exigir para buscar mejoras. Uno de los partidos que más me sorprendió fue el primero contra el Rayo. Hicimos un juego de posición espectacular, que todos los automatismos trabajados se dieron y ahí hasta me asusté. Pensé que son tan buenos no sólo técnicamente sino también tácticamente. Y también pensé que me iba a tener que romper la cabeza para reinventarme. Por fases y en determinados partidos sí que he visto un Sevilla que me encanta, a ver si continuamos con esta línea de buen rendimiento, pero también exigirnos para sobreponernos a épocas en las que no estemos tan acertados y tener otras variantes. Me gusta darles una idea a los jugadores para que se sientan cómodos, y si ellos ven alguna cosa para variar que lo digan. El jugador va a rendir más si cree, si de verdad se da cuenta de que eso lo va a favorecer para ganar los partidos. Siempre hay que seguir insistiendo, lavar la cabeza de la gente y hacerles creer.
–¿Se adaptó Ben Yedder a su idea o fue al contrario?
–Siempre he querido que Ben Yedder estuviera en el Sevilla, pero para darle más al Sevilla que lo que le había dado. Era un jugador un poco anárquico, un poco introvertido, que se dedicaba a merodear el área, pero que luego sí tenía esa intuición para el gol. A mí me gusta una mentalidad más colectiva, todos atacamos, todos defendemos, todos sufrimos y todos nos alegramos. A Ben Yedder no le voy a exigir que corra lo mismo que corre Jesús, pero tiene que jugar más colectivamente y ayudar, saltar con los defensas, chocar, robar balones... y eso es lo que yo le exigía un poco. Pero es que Ben Yedder desde el primer día que me senté aquí con él fue receptivo y entendió que yo confiaba en él, pero que creía que podía dar un poco más. Los dos nos hemos adaptado un poco, él ha demostrado que quiere y yo he demostrado que le correspondo. Cuando le doy la oportunidad él responde y hay que seguir así.
–Con Ben Yedder lo ha logrado, pero con otros no y se vio en Akhisar que le entregaron la camiseta. ¿Lo ve como un reto?
–Los primeros que quieren ganar y hacerlo bien son los futbolistas. No tengo ni la menor queja, no puedo recriminarles mucho ni en los entrenamientos ni en los partidos en lo referente a su actitud. Lo están haciendo siempre y otra cosa es estar más o menos acertado.
–Quizá les falte nivel a algunos.
–¿El nivel? Tiene que ver con la calidad, con el estado anímico, con el estado de forma. No creo que ningún jugador que el Sevilla quiera fichar no tenga el nivel para estar en Primera División. Que ahora puedan estar en épocas más bajas, puede ser, pero mi labor es sacar el máximo rendimiento a los jugadores que tengo. Si dijera que uno no sirve o que no cuento con determinado jugador estaría restando posibilidades y si queremos llegar a lo más lejos posible en tres competiciones, necesitamos el apoyo de todos, una plantilla amplia y comprometida, como ahora.
–Le falta coger un megáfono y pregonar sus deseos para crecer, ¿cree que esta vez le satisfarán todas las peticiones?
–Hay que ser honestos, honrados y sinceros. Cualquier entrenador está abierto a que se refuerce el equipo y a contar con los mejores jugadores. Los aficionados lo quieren, el director deportivo lo quiere, el presidente lo quiere... Ahora bien, ¿esa posibilidad existe o no? Para mí, hoy, mis futbolistas son los mejores, son los que me están haciendo ganar y rendir a un altísimo nivel, pero no cabe duda de que hay determinadas carencias, que ya había en la planificación del verano y que las circunstancias hacen que se vayan corroborando. Tenemos que estar abiertos a poder encontrar algo que sea siempre mejor que lo que tenemos, o que creamos que lo va a mejorar o que lo va a complementar. Si eso llega, perfecto, en teoría tendremos más mimbres. Pero eso no garantizaría nada.
–¿Qué puede faltar?, ¿un central veloz, un relevo de Banega, un delantero centro...?
–Hemos estado bastante condicionados por las lesiones. Algunas se han cebado con la defensa, también en el centro del campo, en la banda izquierda tuvimos la lesión de Escudero, que es muy importante para nosotros, dos partidos sin los dos delanteros que venían jugando más... Siempre se puede mejorar la plantilla en cuanto a características diferentes, aunque es cierto que tenemos que ver qué rendimiento nos pueden dar jugadores que hasta ahora no hemos podido ver. Ésa es una labor del entrenador y yo también me exijo para intentar que futbolistas que no han llegado todavía a ese nivel lo hagan.
–¿Qué quiere exactamente?
–Al final del mercado se intentó complementar la plantilla, no se logró y preferimos ver el rendimiento de la plantilla y en diciembre ver si podíamos encontrar eso que necesitamos. Sobre todo futbolistas polivalentes, que es lo mejor, y si son jugadores de características muy concretas, para una posición muy determinada, como el delantero centro, nueve, referencia, rematador. Uno puede ser Andre Silva y el resto de delanteros que tenemos no lo son. Pero también digo que es muy difícil encontrarlo, el nivel del Sevilla requiere un delantero top y hay muchos equipos buscándolo.
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