Oportunísima reivindicación de Sergio Rico
El meta, tras no ser citado por Lopetegui, contribuyó decisivamente a sumar un punto ante un rival directo.
El fútbol da y quita cuando menos se lo espera uno. Es una de las ventajas, o desventajas, que tiene la continua exposición a la opinión de tanta gente. Y es lo que le ha pasado a Sergio Rico en menos de 60 horas. El viernes a mediodía, el guardameta sevillano se tragaba el sapo de verse fuera de la primera convocatoria de Julen Lopetegui, un ex portero que, a diferencia de Vicente del Bosque, no ha visto en él las virtudes suficientes para seguir yendo a la selección. Coincidía este palo, el anuncio de la nueva era en la selección sin su presencia, con el aterrizaje de un guardameta veterano, internacional por Italia, como Sirigu, para competirle el puesto. Y, cosas del fútbol, Sergio Rico realizó una de sus mejores reivindicaciones en El Madrigal en la alta noche del domingo, 60 horas después.
Ante el Villarreal, Sergio Rico hizo lo que debe hacer un portero, parar. La presión adelantada del equipo de Fran Escribá privó al meta hispalense de verse en el nuevo trance de tener que jugar con los pies, precisamente la faceta que había despertado más dudas desde la llegada de Jorge Sampaoli. En cambio, realizó cuatro paradas de mucho mérito, en disparos muy malintencionados que llevaban veneno, con rapidez de reflejos, tirándose con determinación y agilidad para despejar los disparos de Bruno, en un temprano paradón en la primera mitad, y de Santos Borré, Trigueros (éste tiro seco a la media vuelta lo desvió a la escuadra) y de nuevo Santos Borré, en el último paradón de una fase en la que el Sevilla no sabía como sacudirse la presión del Villarreal.
En ese periodo de la reanudación, entre los minutos 56 y 66, Sergio Rico elevó su voz para decir que tiene mucho que sumar. Concretamente, salvó un punto ante un rival directo, un Villarreal que supo jugarle al Sevilla como a Sampaoli le hubiese gustado jugarle a Escribá. De paso, el meta de 23 años salvó a su entrenador del primer tropiezo liguero y del inevitable aluvión de críticas y dudas sobre su cacareada filosofía ofensiva. Cosas del fútbol.
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