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Del renacer de Suso a la indolencia insufrible de Rafa Mir

Rayo Vallecano-Sevilla | Nombres propios

Pape Gueye tuvo una primera parte poderosa, pero fue decayendo entre tantos nuevos acompañantes, mientras que Nianzou esta vez estuvo muy serio

La crónica del Rayo Vallecano-Sevilla

Suso celebra con fuerza su gol con Gueye. / Chema Moya | Efe

Empate con cierto mérito del equipo sevillista en su visita a uno de los equipos que está luchando por jugar en competiciones europeas, aunque siempre quede el mal sabor de no haber sabido conservar el gol de ventaja que tenía la escuadra de Sampaoli en el marcador.

Suso | Se siente futbolista y eso hace un par de meses era quimérico

Suso controla un balón ante Trejo. / Europa Press

El zurdo gaditano ya es uno más de la plantilla de Jorge Sampaoli y cuando sale como titular ya no es que no desentone, es que puede llegar a ser una de las mejores piezas de todo el entramado. Eso, que era prácticamente una quimera hace un par de meses cuando parecía gordo y fuera de forma como un verdadero ex futbolista, es uno de los aspectos que han mejorado con el argentino en el banquillo. Marcó con fortuna, pero estuvo incisivo en sus toques y hasta robó balones.

Gueye | Primera parte de lo más poderosa para decaer con tantos acompañantes

Gueye le roba un balón con sus largas piernas a Isi. / Chema Moya | Efe

El medio centro senegalés tuvo una primera mitad poderosa, de lo más prometedora de nuevo. Sus largas piernas le permitían robar balones en zonas de riesgos para los rivales y eso lo aprovechaba para salir a la contra con su zancada. Fue decayendo y también le afectaron los acompañantes, sobre todo el caso de Montiel.

Nianzou | Esta vez no se le puede reprochar nada, valiente incluso

Nianzou intenta un recorte ante Camello. / Chema Moya | Efe

Con Badé lesionado era el único central puro que estaba a disposición de Sampaoli, pero su desempeño en un campo complicado para los zagueros como Vallecas fue más que correcto. No concedió nada por su zona e incluso estuvo valiente para irse al ataque. Por ejemplo, en la última jugada si Lamela le devuelve la pared.

Rafa Mir | No se trata de fútbol, lo peor es su indolencia

Rafa Mir trata de aguantar un balón ante Catena. / Europa Press

Nueva oportunidad y no como defensa central, como había apuntado Sampaoli en las vísperas con un tono irónico, sino en su posición de delantero centro y esta vez acompañado por Ocampos como segundo delantero. Pero no aporta nada de nada ni con el balón ni sin él. Pura indolencia y fuera al descanso.

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