¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Jueces y penes
Sevilla - Cádiz | Nombres propios
Paso atrás de un equipo sevillista completamente hundido en el plano físico y con una incapacidad total por parte de su cuerpo técnico para hallar la solución ante la baja de Fernando en el medio centro. Ni siquiera adelantarse tan pronto fue suficiente para la escuadra de Lopetegui, que fue dominada con claridad por el Cádiz hasta que llegó el golazo de Lucas Pérez y los amarillos también dieron un paso atrás.
Ante la ausencia de Fernando prácticamente durante toda la segunda vuelta, ¿no hubiera sido posible que el francés adelantara su posición para convertirse en el tercer central por delante? Lo mismo Lopetegui lo ha entrenado un millón de veces y no le convence, pero no parece que fuera una mala solución viendo lo que hay.
El delantero marroquí se reconcilió muy pronto con el gol, concretamente en un remate en el minuto 7 en el que saltó por encima de la defensa y ni se sabe muy bien con qué le dio al balón. A partir de ahí fue el único que se pegó carreras hacia atrás, incluso tirándose al suelo para rebañar el balón. El problema es cuando le cae la pelota en sus pies con ventaja, porque se enredaba con ella siempre y parecía que se descoyuntaba hasta caerse solo muchas veces. Y el gol que tuvo en el 88’.
Su partido no fue mucho peor que el de Rakitic, ya que ambos protagonizaron pérdidas peligrosas para los suyos. Las del suizo llegaron en la primera parte y no se tradujeron en goles por diferentes circunstancias y la del catalán lo señaló un poco más. Entregó un balón fácil a Rubén Sobrino, después falta y Lucas Pérez a la escuadra.
El guardameta había sido, una vez más, el salvador de los suyos a medias con Koundé, que también sacó un remate de José Mari que parecía gol. Pero la parada de Bono a Lucas Pérez fue sencillamente espectacular, escalofriante. El remate del delantero gallego era gol seguro y surgió una estirada brutal.
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