Las claves
Pilar Cernuda
Noviembre, un mes inquietante para el sanchismo
Sevilla FC | Nombres propios
Jules Koundé es un futbolista especial, rara vez puede pasar desapercibido por un partido, entre otras cosas porque se trata de un proyecto de central excepcional y se percibe tanto en sus aciertos, la mayoría, como en algunos errores que le afectan a su mentalidad. El sevillista supo reponerse, como Ocampos también aceptó la responsabilidad del penalti, incluso de repetirlo para meterlo con un excelente golpeo con el interior.
Es un futbolista con mucho sentimiento y con una autocrítica aguda, tanto que cualquier error individual es asumido por él como tal y lo puede hundir en el plano anímico. Falló en Bilbao en una salida puntual y eso le afectó ante el Krasnodar y estuvo a punto de hacerlo en la primera jugada contra el Osasuna, en la que dudó y casi se mete en un lío. Pero es tan bueno que salió de él y eso lo hizo crecer para volver a ser Koundé, un defensa espectacular como central, lateral o de lo que lo pongan.
Se les llena la boca a los entrenadores cuando hablan en público de que “esto es un equipo y aquí nadie es indispensable”. Sin embargo, a la hora de la verdad muy pocos arriesgan, porque es increíble que Jesús Navas siga jugando tan mermado, dado que eso se nota en su rendimiento. Hasta que reviente del todo...
El Osasuna, como siempre, presionaba las dos líneas de pase a los centrales con Enric Gallego y Budimir, que no paran de correr jamás, pero el guardameta marroquí es increíble con el manejo de la pelota con los pies. No se pone nervioso jamás, ni cuando tiene al rival casi pegado, otea el horizonte y balón para el compañero.
Basta con repasar gráficamente la secuencia previa al lanzamiento del penalti para entender algunas cosas sobre su carácter. Su rostro era de una angustia total, sobre todo tras el primer error, pero eso contrasta con el momento del golpeo que se ve en la foto principal. Mirada al frente, interior fuerte y a festejar.
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