Nervión, algo más que un juez

Sevilla FC

El Sevilla se reencuentra con su afición, ya con la idea de que hay que luchar por la permanencia, con ánimos de apoyar al equipo y dudas sobre el 'juicio' a José Castro

Segundo entrenamiento de Loïc Badé, que podría ser convocado ante el Getafe

Imagen del entrenamiento en el estadio el pasado jueves, ante 18.732 espectadores.
Imagen del entrenamiento en el estadio el pasado jueves, ante 18.732 espectadores. / José Ángel García

Dos meses después, el Sevilla se reencuentra con su afición en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Nada menos que 60 días habrán transcurrido desde el frustrante Sevilla-Real Sociedad (el pasado 9 de noviembre), partido condicionado por las expulsiones de Rakitic y Nianzou en un perfecto paradigma de la situación desesperada del equipo, y el Sevilla-Getafe de este domingo a las 18:30. Nervión vuelve a aparecer como el asidero no sólo ya para el cuerpo técnico y la plantilla de profesionales, sino para la cúpula ejecutiva del club, que está más en el ojo del huracán que nunca por la situación deportiva y por la deriva institucional reflejada en la Junta de Accionistas con que cerró el año el Sevilla.

Se trata, por tanto, de una cita que llega con unas peculiaridades como para estar atentos a las distintas reacciones que puede tener el respetable, ese colectivo que conforman una mayoría de abonados y un más indefinido conjunto de aficionados más o menos fieles. El jueves a mediodía ya hubo un primer reencuentro de equipo y afición. Fue con motivo del entrenamiento de puertas abiertas en el estadio, donde se cieron cita 18.754 aficionados, que dieron buena muestra de que el sevillismo no ha abandonado al equipo ni al club en estos momentos de zozobra, ni muchísimo menos.

Esa sesión en horario infantil, horas antes de la Cabalgata de los Reyes Magos, tuvo mucho de fiesta. Con muchos niños y aficionados de desigual pelaje, no era el momento de cuestionar nada relativo a la planificación deportiva, la deriva institucional o la guerra de acciones. Fue un acto más de las fiestas navideñas que ya concluyeron. Lo del domingo será distinto. Apagadas ya las dichosas lucecitas y habiendo ya despedido la ciudad a los Reyes Magos, vuelve la dura realidad de la rutina deportiva, esa que dicta que el Sevilla está en la decimoctava posición y recibe este domingo a un rival directo, el Getafe de Quique Sánchez Flores, que lo antecede en la clasificación con cinco puntos más, 17 por 12, desde la envidiable posición decimocuarta...

Es decir, con algo más que tres puntos en juego, el sevillismo tiene que elevar su voz para apoyar al equipo, como parece que hará de forma mayoritaria según se pudo apreciar el jueves –la animación de Gol Norte era casi la de un partido oficial–. Y también hay quien espera que, ahora sí, haya un plebiscito sobre la forma en que José Castro se ha aferrado al sillón presidencial, sobre claves técnicas y jurídicas, pese a que los accionistas no le aprobaron ni las cuentas ni la gestión, lo que ha provocado una situación inédita y de resolución más que incierta, ante las amenazas de José María del Nido de volver a intentar impugnar la Junta de Accionistas, hecho que ya intentó hace un año cuando presentó una querella por lo criminal por presunto delito societario del actual presidente, denuncia que fue archivada.

Hay de fondo una línea de comunión que, en las presentes circunstancias, es hasta grata: el sevillismo ya se ha hecho a la idea de que la meta no puede ser otra que la permanencia. Y con el sevillismo movilizado en pro de una meta concreta, de un objetivo común, tiene bastante ganado el equipo, por lo que significa esa movilización colectiva. Así, incluso ese esperado por algunos plebiscito sobre Castro pasa a un segundo plano para la generalidad del aficionado de a pie, mucho más preocupado por la posibilidad de que lo que parece un accidente puntual, el pésimo inicio de temporada y la nefasta planificación, dé pie a un drama de incalculables consecuencias, el descenso de categoría.

Nervión aparece ahí como algo más que un juez, porque además el del Getafe es el primero de tres partidos en enero ante rivales directos: luego llegarán el Cádiz y el Elche... Enero, con su cruda rutina, debe zamarrear los ánimos del sevillismo.

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