Nervión en La Cartuja
Un estudio proyecta la adecuación para fútbol y para el Sevilla de un recinto moderno que tendría un aforo de 70.000 localidades
Sevilla/En pleno debate sobre el aforo limitado del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y con el Sevilla Fútbol Club con un proyecto de ampliación de las gradas en 4.400 asientos presentado ya incluso en la Gerencia de Urbanismo, un estudio de delineantes ha presupuestado lo que costaría adecuar el Estadio de la Cartuja para convertirlo en un recinto exclusivamente para el fútbol al estilo de la actuación llevada a cabo en el Wanda Metropolitano (antiguo estadio de La Peineta) por los arquitectos sevillanos Cruz y Ortíz, quienes precisamente diseñaron el recinto cartujano que actualmente no tiene uso deportivo. En una entrevista en este diario hace unos meses, expresaron su opinión sobre que, adaptado para el fútbol, "sería un gran estadio".
Atienza Design, en un trabajo incluido en un máster de diseño gráfico, ha exportado el modelo del Atlético en un estudio que prevé una profunda actuación sobre un recinto que, siendo moderno, se ha quedado obsoleto, pues su inauguración data de 1999. Pero, principalmente, el proyecto se basa en adecuarlo para fútbol y hacerlo cómodo para el espectador.
Como en el Wanda, la primera actuación sería la eliminación de las pistas de atletismo (el gran inconveniente para el fútbol de los estadios diseñados para este deporte) con un descenso pronunciado del terreno de juego, lo que permitiría mejorar "considerablemente el ángulo de visión de todos los sectores". Esta actuación daría lugar a una grada baja, con lo que el recinto ganaría capacidad para 20.000 espectadores. En total, el aforo del nuevo estadio sería de 70.000 personas, además de 48 palcos vip, habida cuenta de que la idea también prevé una redistribución de los asientos en todo el estadio para aumentar el espacio de los mismos y de los pasillos. Con ello, los autores del proyecto aclaran que las gradas que están actualmente construidas reducirían su capacidad de 60.000 que tiene ahora a 50.000. Los asientos actuales, color ocre, se sustituirían con nuevos asientos abatibles de color rojo intenso.
El estudio también incluye en el presupuesto la ampliación de la cubierta para tapar la nueva grada que sustituiría las pistas de atletismo, una actuación "basada en la maniobra llevada a cabo en el estadio de San Mamés". Igualmente, la construcción del graderío más bajo permitiría dotar al recinto de vestuarios nuevos equipados con las últimas tecnologías y "un espectacular túnel de acceso al terreno de juego". También la contrucción de las oficinas y un nuevo museo para ser la nueva sede social del Sevilla FC.
Otros de los asuntos que el estudio no ha pasado por alto y que siempre ha hecho que muchos sevillistas sean reticentes al traslado del club a La Cartuja son los accesos al recinto y la oferta de ocio alrededor del mismo. Está previsto (habría que involucrar al Ayuntamiento) "un plan municipal con el rediseñado de la conexión SE-30 y SE-020", así como "servicios especiales de transporte público".
Apelando al nombre elegido para el proyecto, Complejo Deportivo y Comercial Ciudad de Sevilla, la idea sería sumar la construcción de un recinto de ocio con locales de moda, variada oferta gastronómica, tiendas oficiales y un enorme Gym&Spa que supondría una fuente de ingresos para el club. Con el reclamo de la proximidad del parque del Alamillo, ello ayudaría al Ayuntamiento en su deseo de integrar este espacio en el tejido social y comercial de la ciudad.
El equipamiento del recinto se completaría con un enorme parking subterráneo de 10.000 plazas (2.500 por cada grada) que se sumarían a otras 20.000 plazas en superficie. Las primeras podrían ser reservadas por los socios para los días de partido.
El estudio resume que por "las condiciones de diseño, confort y servicios han llevado a la UEFA a calificar este estadio con la máximo distinción, categoría 4" que lo habilitaría para albergar finales.
Con un detallado presupuesto imaginario de todas y cada una de las actuaciones, se estima un máximo de 145,2 millones de euros de gasto y un mínimo de 124 para la obra total, incluido la zona comercial, el parking subterráneo y la reestructuración de accesos. La actuación sobre el estadio, sin el aparcamiento bajo el recinto, serían sólo 14 millones. Lógicamente, ello conllevaría abandonar el Sánchez-Pizjuán, cuya venta estiman los técnicos en unos 160. A cambio, el Sevilla tendría un estadio moderno y con gran capacidad para solucionar uno de sus actuales problemas por la capacidad actual del Ramón Sánchez-Pizjuán (42.700): no poder vender más abonos a un precio más bajos, facilitar a los sevillistas que acudan en familia, con niños, ni poder obtener buenos ingresos por ventas de entradas para público en partidos importantes.
22 Comentarios