Nasri y N'Zonzi, el nuevo eje galo
El paso adelante del medio centro y la libertad del mediapunta le dan a Sampaoli la anhelada profundidad.
La segunda parte ante el Olympique Lyonnais ha sido calificada por muchos, desde el propio entrenador hasta los más variopintos analistas, como la mejor muestra del Sevilla que busca Jorge Sampaoli. A la seguridad defensiva que había ido ganando el equipo en las últimas citas se le unió la anhelada conexión de líneas con el añadido fundamental de la profundidad. Las llegadas al área del Lyon fueron múltiples, en cascada casi, desde la reanudación. Ese aluvión ofensivo debió tener un mayor reflejo en el marcador: el penalti fallado por Vietto, otras dos ocasiones nítidas del argentino, un tiro cruzado de Ben Yedder con Vietto esperando, un pase de la muerte que Iborra mandó fuera con la zurda... No fue así, pero lo que deja claro es que hay una pista muy clara que seguir.
En esa senda que parece haber encontrado Sampaoli hay un factor clave: el nuevo eje que conforman N'Zonzi y Nasri. Cada uno en una labor distinta, la coincidencia sobre el césped de ambos, más aún cuando pisaron los terrenos del campo contrario en donde toma velocidad la fase ofensiva, desarboló al Lyon. Algo debería decirles a sus futbolistas Sampaoli en el descanso para que el comportamiento de éstos, aún con un desconocido Franco Vázquez sobre el césped, fuera tan distinto. El técnico habló de algún retoque de posición y de una mejoría en el comportamiento individual de algunos hombres clave. No quiso dar más pistas del giro táctico. Pero fue bastante obvio que N'Zonzi se soltó las riendas, tomó con fuerza la calle del dorsal 6 y plantó sus reales en donde otrora había un desierto para asentar un oasis de creatividad. Desde la calle del 8 donde en la primera parte actuó Nasri, puso un centro medido pasado a la espalda de la zaga lyonesa que Vietto y Ben Yedder convirtieron en el 1-0.
Para que N'Zonzi se desbridara fue necesario también que Nasri cambiara de banda y tirara del equipo desde el flanco izquierdo ahora. Allí, en la teórica zona del 11, recorrió arriba y abajo su calle, con demarrajes, conducciones, diagonales... hasta ir minando a la zaga del conjunto francés.
El resultado de la irrupción en estos terrenos de ambos jugadores, fuera de sus posiciones naturales, fue la configuración de un nuevo eje que cobró verdadera carta de realidad cuando Iborra sustituyó a Franco Vázquez, para cubrir las espaldas de N'Zonzi y permitir que éste, ya definitivamente, plantase su puesto de mando en paralelo a Nasri. En definitiva, Sampaoli traicionó su propia y dogmática idea de usar únicamente a un medio centro entre la zaga y la línea de tres cuartos para dar consistencia, cohesión y, por fin, profundidad al sistema ofensivo del equipo. Entre otras cosas porque ofreció a su equipo dos faros, dos vías de escape, dos sendas con las que buscar las cosquillas al rival.
Curiosamente, en el primer amistoso de la pretemporada, el Sevilla se situó con un dibujo más parecido al de la segunda parte de ayer. Tampoco hay que desmerecer el trabajo de una primera mitad, con N'Zonzi como único medio centro, como 6 puro (o 5 argentino), en la que el Sevilla marcó un soberbio gol -centro de Escudero, en posición legal, y cabezazo impecable de Ben Yedder-, e incluso usó el juego directo en una gran ocasión: centro de Pareja, dejada de Ben Yedder y remate de Vietto que detuvo Lopes.
Sin embargo, fue en esa segunda mitad, más parecida a la del primer test de pretemporada, en la que el Sevilla se pareció a lo que anuncia y anhela Sampaoli. Cabe recordar que en aquel primer bolo veraniego, si bien el técnico argentino apostó ante River Plate por una zaga de tres, aunque también se alineó de cuatro durante el partido, Kranevitter escoltó como cierre a N'Zonzi, más liberado desde el flanco izquierdo de una medular que completaban Mariano e Iborra, éste más adelantado.
Sin embargo, desde entonces, la evolución de su dibujo ha tendido más a ubicar a un solo medio, dando prioridad a N'Zonzi como propietario de esa posición que, en partidos importantes (las Supercopas, Turín, el derbi...) ha reforzado con otra pieza en la medular. Aun así, pocas veces ha hecho coincidir Sampaoli a Kranevitter con N'Zonzi. Asimismo, casi nunca han coincidido en posiciones adelantadas el medio francés y Nasri. Ante el Lyon, la ubicación de ambos en ese mismo eje ofreció una nueva vertiente, más segura, más fiable, más profunda... El camino está marcado para mejorar el dogma de fe: al ataque.
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