Nadie se quiere ir del Sevilla
Sevilla FC
Varios Jugadores a los que el club les ha comunicado que no cuenta con ellos son reticentes a salir o a hacerlo perdiendo dinero de sus altos contratos
El primer fichaje del nuevo Sevilla: Chidera Ejuke
Pronunciaba un reconocido agente de futbolistas en sus círculos privados una frase que viene, de alguna manera, como anillo al dedo para esta situación. Partiendo de la base de que un agente FIFA debe mirar siempre primero por los intereses del futbolista y éste, por el bienestar de su familia, no le faltaba razón a esta persona de este gremio tan necesario en el fútbol.
“Del Real Madrid siempre hay tiempo de salir…”, sentenciaba. La frase iba destinada a aquellos jugadores eternos suplentes en el, para muchos, mejor equipo del mundo. Y que ante la duda de aceptar una oferta de otro club siempre hay que tener claro dónde está uno antes de dar el paso. Por sueldo, por prestigio… ¿qué podía ser mejor que estar en el Bernabéu en la nómina de jugadores del primer equipo aunque sea para calentar banquillo? El mejor ejemplo podía ser Mariano Díaz. No llegó ni a los 30 partidos en 5 temporadas. Ya hemos visto el desenlace.
En el Sevilla, que trata de forzar situaciones y que no vacila a la hora de airear las inmundicias del profesional que no se pliegue a sus intereses, se olvidan a menudo de los derechos del trabajador. Nadie quiere dejar el Sánchez-Pizjuán. Pero los mismos gestores han querido airear durante años la situación de privilegio del club, al que se ha vestido como “el Real Madrid de los otros”, el rey de la Europa League y otros calificativos, sin dejar de merecerlos.
¿Qué pasa ahora? Pues que, hablando vulgarmente y en un lenguaje que todos entienden… “ni con agua caliente”, nadie quiere marcharse del Sevilla. En muy pocos clubes se perciben los sueldos que se han dado aquí y, como del Real Madrid, siempre hay tiempo para salir del Sevilla. Y si un jugador lo hace, la referencia de partida es la soldada que en su día le firmaron. En muchos casos fue Monchi, sí, pero, ojo, que en los contratos figuraban las firmas de presidente y vicepresidente como una de los requisitos que exige la Liga.
El caso es que el Sevilla le ha comunicado a un puñado de integrantes de la plantilla con contrato en vigor que deberían buscarse equipo porque no cuenta con ellos. Y son más de los deseados. Ya Rafa Mir y Januzaj la segunda parte de la campaña pasada no eran convocados por norma, aunque entrenar, entrenaban con el grupo porque el club caería en la vulnerabilidad de los derechos del trabajador si los aparta o los obliga a ejercitarse al margen.
Ambos tuvieron sus más y sus menos con Víctor Orta al acabar el mercado de invierno, en el que ninguno de los dos salieron pese a que el murciano lo intentó con el Valencia, aunque el director deportivo les afeó que rechazara otras ofertas que no le convencieron. Del belga recientemente se ha publicado que estaría dispuesto a salir siempre que se le respeten las cantidades que cobra. ¿Dónde está la noticia?, cabe preguntarse.
En esa posición, más arriba o más abajo, se mueven otros, prácticamente todos los que tienen contrato en vigor: Joan Jordán, Marcao, Dmitrovic, aparte de Mir y Januzaj, saben de boca de la dirección deportiva que no cuentan, pero quieren mantener sus privilegios económicos. Algunos clubes se han interesado, pero sólo si el Sevilla corre con un porcentaje alto de sus fichas, pues no si no les es imposible. También se le ha dicho lo mismo a Suso, desoyendo incluso la disposición del gaditano a bajarse el salario para poder quedarse. Con Nianzou, otro con un gran sueldo, han cambiado los pareceres, pero no hay nada seguro. Como con Acuña, para quien lo ideal sería una oferta. Son demasiados.
Y por último están los cedidos, otro problema. Contratos altos para la nueva realidad económica del Sevilla: Delaney, Augustinsson y Montiel. Y también Gattoni...
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