La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Sevilla FC
Dos años después de su jubilación, con apenas 67 años, ha muerto en Sevilla Domingo Pérez (Sevilla, 1956). Hijo de Manolito Pérez y nieto de Manuel Pérez, fue el último de una saga histórica de masajistas -ahora fisioterapeutas- del club de Nervión, en cuyo estadio nació y vivió, en la vivienda que tuvo su padre como guarda además de masajista, junto a la puerta 5 de Gol Sur.
El Sevilla está de luto por el fallecimiento de una de esas personas que hacen la historia de un club pese a estar alejadas del foco del césped o el estrellato, aunque en el caso de Domingo su figura trascendió de forma mediática por aquel episodio tan conocido del "pisalo, pisalo" de Bilardo en La Coruña, cuando el fisio sevillista acudió a tratar a un jugador del Deportivo tras un choque con Maradona: "¡Domingo, Domingo, los coloraos son los nuestros!".
Es el episodio más conocido de la vida de un buen hombre, todo afabilidad y buen hacer en su humilde rutina laboral, pese a que por sus manos pasaron estrellas de alcance internacional, del calibre de Polster, Zamorano, Suker, Maradona, Simeone... Y con algunos tuvo una sincera amistad producto de su personalidad más allá de su profesionalidad y su calidad como fisioterapeuta.
Fue masajista desde el mandato de Eugenio Montes Cabeza, que lo ayudó a terminar sus estudios de ATS mientras aprendía el oficio de su padre. Y trató durante cuatro décadas, 40 años nada menos, desde que empezara con aquellos futbolistas que permanecen en el imaginario colectivo de varias generaciones de sevillistas: Blanco, Álvarez, Francisco, Ramón, Montero, Ruda...
"El Sevilla FC desea unirse al dolor de los familiares y amigos de Domingo en estos difíciles momentos, a los que quiere trasladar, desde todos sus estamentos, su más sentido pésame. Descanse en paz", anunció el club en sus medios digitales.
Hace ya años que dejó de tratar a los futbolistas de la primera plantilla, pero siguió en el club, en los escalafones inferiores y el equipo femenino, hasta que se jubiló hace dos años y medio. Tal fue su personalidad que el Sevilla, con motivo de su retiro, le hizo un homenaje en el antepalco, en noviembre de 2021. Allí le entregaron José Castro y José María del Nido Carrasco la insignia de oro del club, acto que lo cogió por sorpresa y que fue refrendado en la Junta de Accionistas.
En este reconocimiento estuvieron presentes veteranos sevillistas de varias épocas: Manolo Cardo, Paco Gallego, Enrique Lora, Sanjosé, Álvarez, Jiménez, Rafa Paz... Algunos de ellos lo conocieron siendo un niño, cuando el masajista era su padre, Manolito Pérez, y vivía en el estadio hasta que su familia abandonó tan singular vivienda. Y otros fueron tratados por sus cuidadosas manos en las camillas de los vestuarios del Sánchez-Pizjuán o la ciudad deportiva, lugares en los que dejó su huella de bonhomía y profesionalidad.
También mantuvo una buena relación con el Betis a través de Vicente Montiel, otro icónico fisioterapeuta con el que compartió oficio, aunque desde los otros colores de la ciudad.
La cuenta tuitera sevillista @PatrimonioSFC avanzó la luctuosa noticia de la muerte de Domingo Pérez, que pudo ser confirmada por este diario y fue ratificada por el club, que envió un muy cariñoso mensaje a sus familiares. Requiescat in pace.
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