Montiel o el valor de la especialidad en el fútbol: ¿aprovechable en el Sevilla?

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El lateral derecho, muy discutido entre la afición del Sevilla, ha sido clave para el título de Argentina con dos lanzamientos de penalti en las tandas ante Países Bajos y Francia

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Montiel engaña a Lloris y marca el cuarto y decisivo penalti de Argentina en la final del Mundial.
Montiel engaña a Lloris y marca el cuarto y decisivo penalti de Argentina en la final del Mundial. / Ronald Wittek / Efe
E. Florido

19 de diciembre 2022 - 10:22

De villano a héroe. Montiel, cuyo codo interceptó un disparo que provocó el penalti del 3-3 de Mbappé y que la final ante Francia llegara a los penaltis -como si el destino le tuviese deparado ser el artífice en la suerte suprem-, sigue siendo visto con recelo entre el sevillismo, pero en Argentina se ha encumbrado por el valor de la especialidad en el fútbol. En su caso, como lanzador de penaltis, una virtud en la que ya destacó en su etapa en el River Plate antes de fichar por el Sevilla.

El lateral derecho del Sevilla, muy discutido entre la afición por su mal rendimiento en la Liga, ha sido un arma más de la selección de Lionel Scaloni, que ya confió en él cuando lo sacó en la segunda parte de la prórroga ante Países Bajos, para que fuera uno de los lanzadores. Como en la final ante Francia, también marcó el suyo en aquella tanda, que terminó también a favor de los argentinos (3-4).

Montiel es un especialista en el lanzamiento de penaltis y esto quizá fuera nuevo para muchos comentaristas del Mundial o cronistas que no siguen la actualidad del Sevilla. El hecho de que ya los lanzara en un club de alcurnia como el River Plate siendo lateral habla por sí mismo de esa especialización que lo ha llevado a encumbrarse como héroe del tercer entorchado mundial de la Albiceleste, junto con Dibu Martínez, Di María, artífice principal de la ventaja argentina, y Messi, claro.

Entre los argentinos ya será recordado siempre como el hombre que tuvo en su bota derecha la posibilidad de darle el tercer título a la selección albiceleste, tras los de Argentina 78 y México 86, y no falló. Montiel engañó a Lloris y lo batió lanzando hacia la derecha del portero, hacia la izquierda según se mira a la portería, con calma y calidad. Es el valor de la especialidad.

En la final también participó Acuña, que salió en el minuto 64 por el hombre que había sido clave hasta ese momento, Di María. El veterano extremo argentino había estado con problemas físicos y se reservó para desfondarse en la final, en la que fue clave para el inicial 2-0 argentino. Acuña, curiosamente, salió como extremo, en el lugar de El Fideo. Entre el sevillismo también será mirado con lupa en su vuelta, pero el éxito le da un plus a un futbolista que se ha hecho imprescindible tras la lesión de Alex Telles. Cambia el panorama.

Quizá el tercer argentino es quien tenga más papeletas para buscar un destino fuera. Papu Gómez fue suplente. Apenas jugó al principio del Mundial y después de haber dejado dudas sobre su estado físico y su implicación hasta que llegó la cita con Argentina. Sin haber sido tan protagonista como Acuña y Montiel en el éxito de la Albiceleste, no goza de ese privilegio de haber cambiado su sino, aunque el título mundial es un valor añadido de mercado y los rumores apuntan a la posibilidad de que recale en una liga en la que la imagen y el marketing pesan mucho: la Major Soccer League estadounidense.

El espaldarazo moral para los tres argentinos del Sevilla es importantísimo. La lupa de un sevillismo inquieto sigue ahí... y a Montiel de poco le valdrá ser un especialista en penaltis en la actual situación en la Liga -Rakitic es el lanzador principal-, aunque lo anímico pesa y su rendimiento tras su hazaña puede subir enteros.

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