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Monchi se convierte en la reina del ajedrez

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El Sevilla aprovecha el despido de Machín como entrenador para remover su organigrama deportivo con el isleño al frente de todo

Caparrós se hace cargo de la plantilla para tratar de enderezar el rumbo en la Liga y devolverla arriba

Monchi, en una imagen del Frosinone-Roma de hace algunas semanas. / Federico Proietti / Efe

Monchi se convirtió ayer en la pieza clave del ajedrez sevillista. En un día en el que la noticia era la destitución de Pablo Machín como entrenador para que Joaquín Caparrós se autonombrase en su puesto al frente de la primera plantilla, los focos giraron hacia el tercer protagonista. El isleño volverá a su casa menos de dos años después de su partida y se convertirá en el director deportivo de la entidad después de que se cerrarse el acuerdo correspondiente entre todas las partes para que así fuese.

Las negociaciones con Monchi no son algo nuevo. Ya hubo un intento hace un año por el deseo de ambas partes de que se diese esa circunstancia, pero no se llegó a finiquitar la cuestión y el ejecutivo gaditano siguió en su puesto en la Roma. Lógicamente, después de su destitución en la entidad italiana volvía a abrirse esa puerta y José Castro y sus ejecutivos se pusieron manos a la obra para llegar al acuerdo para un retorno deseado por muchos seguidores de la entidad nervionense.

La mañana de ayer, después del mazazo que supuso la eliminación del Sevilla en la Liga Europa por parte del Slavia de Praga, iba a acelerarlo todo. Caparrós ya había apuntado en diferentes reuniones del consejo que la salida de Machín era lo más conveniente para que el equipo siguiera peleando por los objetivos que se habían marcado al principio de la temporada, que eran pugnar hasta el final por entrar en la Liga de Campeones como meta más ambiciosa y estar en la Liga Europa como opción más secundaria y tal vez más realista con el potencial de la plantilla y el nivel económico del club.

Caparrós censuraba a Machín por su empecinamiento en mantener su sistema y decía que la plantilla daba para más

Caparrós argumentaba que el empecinamiento de Machín en mantener su sistema de tres centrales estaba mermando el potencial deportivo. Y el utrerano iba más allá al apuntar que la plantilla tenía un potencial muy alto, insistiendo con otras palabras de puertas adentro en que el grupo de futbolistas estaba al nivel de los mejores de la Liga. Más o menos lo mismo que volvió a reiterar durante la rueda de prensa celebrada al mediodía de ayer en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Sin embargo, en el consejo de administración del Sevilla no estaban muy de acuerdo con el punto de vista expresado por Caparrós y sí tenían confianza en los métodos de Machín. Tanto es así que varias votaciones se dilucidaron a favor de la continuidad del técnico soriano a la espera de que la curva de resultados volviera a orientarse hacia el lado positivo. Hasta que llegó el gol de Frydrych en el minuto 119 en el Eden Arena de Praga. Desde ese momento, con Rog por Ben Yedder y todo el Sevilla aculado en su área defendiendo tan mal como lo ha venido haciendo en el presente curso, la sentencia ya se había dictado y Machín dejaría de ser el entrenador del Sevilla.

La duda era si la inminencia del partido contra el Espanyol le otorgaría alguna jornada más de margen al soriano, sobre todo teniendo en cuenta que después habría un parón por las selecciones. Pero no, Caparrós insistió en su punto de vista técnico y ya acabó el apoyo para Machín.

Caparrós puso sobre la mesa una terna de entrenadores españoles en paro, pero su nulo glamour no invitaba a esa apuesta

A partir de ahí, las soluciones ofrecidas por Caparrós, tres entrenadores españoles como opciones sin apenas nombre para satisfacer a la masa de aficionados, sólo podían conducir a que fuera el utrerano el que se encargara de dirigir al equipo durante las 11 jornadas que restan hasta el final de la Liga Santander.

El problema es que esta noticia no era bien vista por los ejecutivos nervionenses, empezando por Castro, pues se interpretaba que todo era un parche y que era necesario un plan de choque más ambicioso a medio y largo plazo para que el club volviera a recuperar la estabilidad en la parcela deportiva. Lógicamente, el nombre estaba de nuevo en el paro y era necesario que el Sevilla actuara con celeridad para repatriarlo y que volviera a ser el alma máter de toda la parcela deportiva de la entidad.

Ramón Rodríguez Verdejo había sido despedido hace escasos diez días en la Roma y tenía una oferta tentadora para hacerse cargo del Arsenal. Pero el isleño, aunque le apeteciera ese reto profesional, también quería cambiar en el aspecto personal. La aventura lejos de España le había satisfecho en lo referente al conocimiento de otros fútbol, pero él siente que su sitio está en Sevilla y que es ahí donde mejor puede desarrollar su trabajo para manejar a un club de fútbol.

Todos los caminos conducían a un mismo punto: Monchi como director deportivo y Caparrós como entrenador hasta el final de campaña

Todos los caminos, por tanto, debían conducir a un mismo punto de unión. Monchi tenía que volver al Sevilla, Caparrós se hacía cargo de la plantilla y dejaba el hueco en la dirección deportiva para que después de las 11 jornadas que restan ya se tomen las decisiones correspondientes para la ubicación del utrerano en el organigrama del club. El rompecabezas estaba resuelto.

En la mañana del viernes se precipitaron los acontecimientos. La negociación con Monchi se aceleró hasta el punto de alcanzarse un acuerdo que quedó absolutamente finiquitado. Machín fue destituido como entrenador y el puesto era para Caparrós, acompañado en el cargo por sus dos peones de confianza en la dirección deportiva, Carlos Marchena y Paco Gallardo, además de Antonio Álvarez y otra serie de técnicos. Algunos de ellos, incluso, han trabajado a las órdenes de Machín, como el preparador físico, Juanjo del Ojo, y otros miembros de analítica.

Monchi será el nuevo director deportivo del Sevilla en la próxima semana y eso era algo ya evidente después de oír las palabras de Castro en la rueda de prensa. “Lo he visto muy receptivo. Necesitamos un director deportivo para ya, nuestras conversaciones van bien y van bien para pronto”, apuntaba el presidente, que no ocultó que las negociaciones con Monchi ya tienen algunos días.

Adiós, pues, Machín, hola a Caparrós y Monchi, la vida sigue en ese ajedrez que responde por Sevilla Fútbol Club.

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