Monchi: la paz que deja y las dudas que abre

Sevilla FC

El de San Fernando consigue lo que quería (su decisión no tenía vuelta atrás) y los gestores del Sevilla tienen un problema menos de los muchos que ha de afrontar

La afición, que no entendía nada, empieza a asimilar que llega una nueva era

La prensa turca coloca a Monchi su primer fichaje para el Aston Villa: Zaniolo

Monchi sonríe en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán.
Monchi sonríe en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán. / Antonio Pizarro
Jesús Alba

15 de junio 2023 - 17:27

El Sevilla y Monchi separan definitivamente sus caminos. No volverá. Al menos con estos gestores, con los que el director deportivo sale por segunda vez del que considera el club de sus amores, el que le ha dado todo.

Deja paz la marcha del de San Fernando después de una semana de discusiones, malas caras, traiciones según algunos y una fría negociación en la que han tenido que intervenir ejecutivos de habla inglesa y abogados de diverso pelaje. Y también deja muchas preguntas. Un “y ahora qué” que se responde en muchos casos con una sencilla frase: "ahora nada, el Sevilla sigue adelante".

Lo primero es quién será su sustituto cuando el Sevilla anuncie su salida a cambio de 3,1 millones de euros, una cantidad que paga el Aston Villa y que ya le recortará de su salario en los cuatro años que parece que va a firmar en Birmingham. Es probable que el club esté esperando, aparte de que se cierren y se firmen todos los documentos, a anunciar ambas noticias a la vez: la marcha de Monchi y el nombre de su sustituto.

Un firme candidato es Fernando Navarro, una solución de la casa y propuesta por el propio Monchi, que lo rescató del mundo de la representación cuando regresó de su paréntesis en la Roma en 2019. Pero no es el único. Están Víctor Orta, libre pero con ofertas, y está Braulio Vázquez, a quien liberarlo del Osasuna cuesta 150.000 euros, una pringá para lo que el Sevilla está acostumbrando a pagar por casi todo.

El protagonista, con este final, consigue lo que quería. No estaba a gusto y no tenía marcha atrás. O se iba a la Premier o se iba a su casa, pero seguir no. En el club también descansan y la afición, que no entendía nada, empieza a asimilarlo todo y a mirar hacia delante. Adiós y muchas gracias.

Atrás queda un personaje que se convirtió en un dios. O un dios que se convirtió en un personaje. El mito puede que acabara devorando al hombre, un hombre con una personalidad digamos que algo compleja. Carne de altibajos anímicos, pero con un don y una varita mágica, aunque no siempre apuntara bien. Eso sí, si afinaba el tiro… los millones brotaban al cabo de un solo año de amortización.

La lista de aciertos y la cuantía de las plusvalías obtenidas es inagotable: Daniel Alves, Baptista, Rakitic, Keyta, Lenglet, Adriano, Renato, Luis Fabiano, Kanouté, Bacca, Gameiro, Koundé, Diego Carlos…

Se va Monchi, el artífice de los todos los éxitos del Sevilla moderno, del que comenzó a crecer cuando a Del Nido le dio el punto de vender a José Antonio Reyes en enero de 2003. Desde entonces todo fue subir como la espuma, con los 27 millones que dejó Sergio Ramos como otro gran empujón, sustituido además por un Dragutinovic al que no había visto (reconocido por el propio Monchi).

11 títulos, 21 finales

Bajo su dirección el Sevilla sumó 11 títulos (8 de ellos europeos y 3 nacionales) y disputó 21 finales, tomó el mando de la dirección deportiva en el año 2000, en Segunda División en una apuesta de un viejo y sabio lobo, Roberto Alés, logrando el ascenso ese mismo año y rozando al siguiente la clasificación para competición europea. Fue en 2006 cuando logró el primer gran éxito conquistando la Copa de la UEFA en Eindhoven, título que repitió un año después en Glasgow y sumando 5 títulos en un año y medio (las dos UEFA, la Supercopa de Europa, la Copa del Rey y la Supercopa de España).

Después, en 2010 llegaría otra Copa del Rey y partir de 2014 llegaría la trilogía de Unai Emery, tres títulos consecutivos de Europa League, que volvería a conquistar con Lopetegui en 2020 en plena pandemia y, por último, la gran sorpresa con Mendilibar en la presente campaña, la que marcó en gran medida su marcha. Una planificación deficiente en verano, con injerencias según ha ido contanto sotto voce el interesado, y una rectificación a tiempo que acabó con el equipo en un autobús descapotable.

Ahora habrá que ver si esos secretos los cuenta en su despedida o se los lleva para Birmingham, que se queda con un trozo muy grande de la historia del Sevilla.

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