La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
Sevilla FC
El Sevilla (y Monchi) es el único capaz de hacerlo, el único capaz ahora mismo de discutir el negocio que está en el trasfondo de todo esto. Javier Tebas vende LaLiga internacionalmente y los compradores la exigen a la carta, así que los que manejan hacen lo que pueden por contentarlos.., y ya sabemos por dónde van los tiros. Luego está la intrahistoria de un país por lo general futbolísticamente cateto, si se puede admitir el adjetivo. Salvo en un par de ciudades con equipos en Primera División, las peñas madridistas y barcelonistas abundan sobre las locales. El negocio está servido.
El Atlético, peligrosamente ganador de la última Liga (apuesten a que no hay dos seguidas sin que sean para alguno de los de siempre), casi que no cuenta porque la prensa es la misma, por así decirlo, que una de las que fomentan el problema. El Valencia se quedó atrás, el Villarreal nunca fue una alternativa y el Dépor ya no existe (en sentido figurado).
Sólo queda el Sevilla, y sólo queda Monchi. El director deportivo es ahora mismo el peor enemigo para Tebas y para el negocio de LaLiga. Pasó de ser simpático a caer mal en ciertos círculos (no olvidemos que ha rechazado ofertas de los grandes en momentos de crisis deportivas de éstos, del Barcelona públicamente conocido y con Florentino en su manera de actuar con las cartas por debajo la mesa) y que ya ha sacado los pies del plato un par de veces.
“Si después del de De Jong nos anulan también el segundo gol, bajo al
campo y retiro el equipo”
“El penalti a Ocampos es clarísimo; no lo digo yo, lo ha visto todo el mundo; pero da igual, esto no es nuevo”
Y al racial director general deportivo, que en Roma creció en agallas, no le pasan ni una. Si dice que iba a retirar al equipo (hace dos años tras otro mangazo en el Bernabéu ante una pregunta ridícula de Mónica Marchante), una semana de palos desde Madrid; si celebra el derbi con los suyos, otra semana de palos.
Pero Monchi está haciendo lo que nadie ha hecho nunca en este país, enfrentarse a los grandes y poner en duda el poder establecido. Bueno, sí lo hizo también desde Sevilla José María del Nido, que inició una guerra por los repartos de los derechos televisivos con la que lo tacharon de loco y que finalmente vino a beneficiar a todos los clubes españoles.
Lo cierto es que la valentía de Monchi con sus palabras desde el palco del Bernabéu son una importante piedra para acabar con la peligrosa práctica de que se normalice la injusticia arbitral a favor de los grandes en un momento en el que la aplicación del VAR la hace aún más indignante. Si claro fue el penalti de Alaba a Ocampos, viniendo el día después de las manos no pitadas de Piqué en Villarreal convierte todo el tinglado en poco menos que hilarante.
Tengan por seguro que la solución para estos casos será directamente no entrevistar a Monchi por mucho que el de San Fernando pase por al lado del micrófono del operador de cabecera de cada temporada, ahora Movistar, el año que viene el –o los– que gane la subasta. Si el director deportivo se empeña en seguir diciendo las verdades desnudas que no gustan en el fútbol español lo acabarán silenciando. Pero mientras tanto, debería cundir el ejemplo y frases irónicas como las de “bajo y retiro al equipo” o que “mi prima también ha visto un penalti” en el área del Sevilla lo que hacen es un bien al fútbol español.
Porque además, en el trasfondo de todo esto no olvidemos que lo que está es un equipo que les planta cara y que es mejor en los partidos que los que están acostumbrado a serlo sin oposición de nadie.
Están recientes, aparte del penalti no pitado (ni revisado en el VAR) por Sánchez Martínez a Ocampos, el gol anulado a De Jong por Martínez Munuera por un bloqueo legal de Gudelj a Militao o una de las cosas más irrisorias que se han visto en un partido de fútbol, el penalti pitado a favor del Real Madrid por un empujón de James a uno de sus compañeros, Modric (Mateu Lahoz)... Pero la lista es amplísima a lo largo de la historia. Alguno provocó que el propio Monchi bajara al vestuario del árbitro en algún encuentro entre el Sevilla y el Real Madrid en el Sánchez-Pizjuán.
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