El millonario esfuerzo del Sevilla en pro de luchar por la Liga

Sevilla FC

El club prioriza lo deportivo sobre lo económico con los fichajes de Martial y Tecatito y reteniendo a Diego Carlos, en la tercera gran oferta que rechaza en un año

Martial, al conjuro del mago Monchi

El Sevilla enfría al Newcastle, Diego Carlos no se vende

Monchi y Martial sonríen durante su presentación en el Ramón Sánchez-Pizjuán. / Juan Carlos Muñoz

Algo ha cambiado en el Sevilla en los últimos dos años. Sólo los más precavidos o pesimistas se tentarán la ropa y se pondrán en lo peor al ver que el consejo de administración ha variado el modelo de vender para crecer. Después de un esfuerzo continuado en lo económico, también por la incidencia directa de la crisis del Covid, que tuvo su reflejo en el décifit presentado en la última Junta de Accionistas de 41 millones de euros; después de haber caído eliminado de la Champions en su fase de grupo, con el sustancial golpe que supuso al presupuesto, enero ha significado la confirmación de ese giro hacia la valentía. El Sevilla ficha y no vende. El esfuerzo ha sido millonario, tanto por lo invertido como por lo no ingresado.

El lunes 24 de enero, día de San Francisco de Sales, fue un día histórico en este sentido. Por un lado el club concretó prácticamente el acuerdo para fichar a Martial y por otro envió al Newcastle su última respuesta sobre las ofertas recibidas por Diego Carlos. En una doble comunicación con la mayor potencia económica, y actualmente deportiva también, del fútbol, la Premier League inglesa, Monchi fichó a Martial del Manchester United y comunicó la negativa a seguir escuchando ofertas por Diego Carlos, pretendido por los nuevos propietarios árabes del Newcastle.

Martial, pasando el reconocimiento médico el pasado martes. / QuirónSalud

La inversión por los cuatro meses en los que estará compitiendo Martial, un delantero de primer nivel mundial, en el Sevilla supera con creces los cinco millones de euros. A ello hay que sumar la inversión realizada por Tecatito Corona, aunque el mexicano ha firmado hasta 2025 y hay por delante tres años y medio para amortizar los cerca de cinco millones de coste de traspaso más su ficha.

Con todo, esos dos fichajes, tras un déficit del anterior ejercicio de 41 millones, incrementarán notablemente el capítulo de gastos en la plantilla inscribible, pese a las salidas de Idrissi y Óscar, cedidos en Cádiz y Getafe. Porque en el presupuesto, antes de las llegadas de Corona y Martial, ya había una partida de 179,5 millones de euros para la plantilla profesional, el coste más elevado de la historia del club, según el presupuesto –con resultado de cero, es decir, ni superávit ni déficit– de 242,7 millones que presentó José María Cruz en la última y convulsa Junta, en cuyas vísperas José María del Nido había acusado precisamente al actual consejo de estar arruinando al Sevilla.

Y a ese gran coste con el que partía la actual plantilla de cerca de 180 millones hay que sumarle ahora el sobrecoste de dos fichajes sin ventas en enero, pese a que ha habido ofertas, y de mucho peso, para que el club hubiese compensado el capítulo de gastos e ingresos. Sobre todo, el esfuerzo se realiza en Martial, que no tiene más amortización posible que la deportiva: el Sevilla lo apuesta todo en luchar por la Liga y la Liga Europa, cuya final acogerá en mayo el Ramón Sánchez-Pizjuán.

De esta manera el consejo de administración que preside José Castro ha confirmado su firme apuesta por lo deportivo, priorizando el césped claramente sobre lo económico. Porque además hay que recordar que el equipo cayó en la fase de grupos de la Champions, dejando de ingresar de golpe 12,4 millones de euros por la no clasificación para los octavos de final, más la posibilidad de otros 10,6 millones si llegaba a cuartos de final, y eso sin contar el market pool que deja de ingresar. Porque el club volvió a poner el listón muy alto en el capítulo de ingresos por competiciones, cifrando éstos en 83 millones de euros.

Evidentemente, el club tendrá que corregir ese presupuesto de ingresos. Pero el camino elegido no ha sido, por ahora, el de vender para parchear. Y eso que por Diego Carlos, con una última oferta rechazada de unos 35 millones de euros, podría haber tenido un ingreso que habría cubierto el déficit de la Champions más la inversión en Corona y Martial. Pero la de Diego Carlos no es la primera oferta que rechaza el Sevilla pese a que desde el año pasado Cruz ya estaba avisando de que para cuadrar el balance del anterior ejercicio haría falta alguna venta.

En enero de 2021 el comité ejecutivo que preside José Castro, por delante de José María del Nido Carrasco como vicepresidente primero o el propio Cruz, ya rechazó una oferta similar –entre 30 y 35 según las variables– del West Ham por En-Nesyri, que también mostró su clara intención de seguir en Nervión. Y entre julio y agosto llegó la oferta del Chelsea por Koundé, de 55 millones de euros, y también fue rechazada por el comité ejecutivo del Sevilla.

Sumándose esas tres cantidades que, voluntariamente y en una clara apuesta de no debilitar la plantilla, el club ha dejado de ingresar se alcanzaría la cifra de 125 millones de euros. Con cualquiera de las ventas podría haber enjugado el décifit del curso pasado o el previsible déficit del presente. Pero los dirigentes saben que la ocasión deportiva es de oro. La confianza en Lopetegui y en la competitividad del equipo es total. Ahora queda que el balón ruede y entre.

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