Mendilibar, Suso, Navas... por algo el número de la suerte es el 7

Sevilla-Roma | La contracrónica

Siete pasos, dos de ellos con el Athletic, le han bastado a Mendilibar para entrar con su perfil de autenticidad en la historia

Es el entrenador más veterano en ganar el torneo

La crónica del Sevilla-Roma

Jesús Navas se abraza a José Luis Mendilibar para celebrar el título.
Jesús Navas se abraza a José Luis Mendilibar para celebrar el título. / Antonio Pizarro / Enviado Especial

El siete, número cabalístico por excelencia, ilustra la nueva conquista del Sevilla en Europa, la que consagra definitivamente al equipo de Nervión como protagonista de una de las grandes gestas del deporte mundial en este siglo XXI. ¿O no se puede catalogar así la barbaridad de ganar siete veces, siete, el mismo torneo continental en sólo 17 años?

Casi imposible dar más promoción y prestigio a la ciudad que le presta su nombre. El club atravesó un desierto interminable de 58 años para volver a levantar plata y este equipo, el actual, atravesó tres cuartos de la temporada al borde mismo del desfiladero. Hasta que llegó José Luis Mendilibar.

Siete partidos, sólo siete (incluidos dos con el Athletic), le han bastado al zorro vasco para buscar dónde estaba la llave de la vitrina y abrir su palmarés con una Europa League que, efectivamente, no tiene el prestigio ni la dificultad de la Champions. Que ñpor su forma invita a introducir un paraguas. Pero mejor no. Mejor asirlo y abrirlo cuando el Sevilla se planta en los cuartos de final, por lo que pueda caer.

Mendilibar, cuando se supo campeón, fue de los pocos que no lloró en el majestuoso estadio Ferenc Puskas. Ha sido tan súbito todo, que hasta su sevillismo es embrionario. Siete partidos dirigidos en Europa. Siete. Eso sí que es fútbol directo. Vertical. El antónimo del artificioso y retorcido sampaolismo.

El entrenador trataba de procesar la situación. Seguramente, le pasó por la cabeza una acelerada película de sus partidos de polvareda o de barro (para barro, el de Mourinho...) en el que se fraguó una consideración mucho más firme entre los colegas de profesión que entre la opinión pública.

En vísperas de la final, los jugadores sevillistas coincidían en sus palabras: “Es una persona sin filtro, va de frente”, apuntó Papu Gómez; “merece un reconocimiento grande”, añadió Bono; “nos ha puesto a todos en común”, subrayó Óliver Torres.

Y si la suerte del 7 estalló en esos últimos minutos aún inexplicables en Old Trafford, en cuanto Mendi ha tenido tiempo de que sus ideas hagan capilaridad en las mentes de sus chicos, el Sevilla experimentó la transformación más radical, acaso, desde aquella que modeló Simeone en el Atlético de Madrid a principios de 2012.

El Manchester United, cuyo nombre ya resuena a pura gloria, se rindió al que nunca se rinde en Nervión tras la primera gran lección de un entrenador vasco con aspecto de honradísimo currante, de los que envía el seguro del hogar para arreglarte una moldura de escayola o te obtura una vía de agua. Y eso ha hecho en el Sevilla, tapar un caño que amenazaba con enviar al equipo al lugar donde ha acabado el Espanyol.

Luego le aguantó la mirada a otro gigante europeo, la Juventus, y le dijo que no, que ponerse uno a cero a favor en toda una semifinal europea, por una vez en la historia de la Vecchia Signora, no iba a bastar porque enfrente estaba el Sevilla, el equipo que quiere esta copa como a una hija.

Y para abrochar la cábala, en el séptimo día de partido europeo, lejos de descansar, respondió a la enérgica puesta en escena de la Roma para volver a llevar el agua al molino de su equipo con la entrada de Lamela y, sobre todo, Suso. Tenía que ser el dorsal 7 el que le cambiara el aire al partido. Siete títulos de Europa League. “Parece de coña”. Lo podría decir Mendilibar, el más veterano en ganar este torneo: 62 años, 78 días.

Siete más siete

El que más veces ganó un torneo europeo en el siglo. Con su conquista en Budapest, el Sevilla se distancia como club que más veces ha conquistado un solo torneo en este siglo XXI, al alzar siete veces, nada menos, la preciosa copa de la UEFA Europa League. Javi Navarro (dos veces), Rakitic, Fernando Navarro, Reyes y Jesús Navas habían disfrutado del honor de subir al cielo. De nuevo la subió al cielo Jesús Nanas. Al séptimo cielo. Eindhoven 2006, Glasgow 2007, Turín 2014, Varsovia 2015, Basilea 2016, Colonia 2020, Budapest 2023. Parece una relación de localizaciones de las últimas películas de James Bond. Lo del Sevilla en Europa es de película. De guion disparatado.

otro guiño

El séptimo título internacional de Navas. Empezó con el dorsal 7, aunque ahora porte el número más simbólico del sevillismo, el 16 (6+1=7) de Puerta. Y Jesús Navas, al alzar al cielo la séptima Europa League del Sevilla, añadió también a su doradísimo palmarés su séptimo torneo internacional: dos Copas de la UEFA, las de 2006 y 2007, la Supercopa de Europa de 2007, el Mundial de 2010 con la selección española, la Eurocopa de 2012 y dos ediciones más de la Liga Europa, la de 2020 y la de Budapest. Siete eran los metales de la alquimia: oro, cobre, hierro, estaño, mercurio, plomo... y plata. Con ella se quedan el Sevilla y Jesús Navas, con la plata.

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