Mendilibar: el Julio César del Sevilla va de hito en hito
Sevilla FC
El técnico vizcaíno, además del récord de victorias a domicilio en la Liga, que lidera en abril y mayo, ha tenido el mejor arranque histórico superando a Lopetegui o Emery
Se retira Fernando Llorente, artífice de un gol clave en el Sevilla-Juventus de 2015
¿Qué ha hecho José Luis Mendilibar para coger un equipo que amenazaba ruina total y convertirlo en un lustroso edificio que se permite no sólo tutear a gigantes de Europa sino exhibir todas sus virtudes en un escenario como el Juventus Stadium? El entrenador vizcaíno, inesperado e insospechado técnico bombero que se sacó de la manga Monchi cuando Jorge Sampaoli dio síntomas de haber perdido sus famosos papelitos, cayó de pie en Nervión, hasta el punto de acumular un récord tras otro.
El triunfo sobre el Valladolid, con los reservas en el campo salvo Badé o Rakitic, principalmente, debido a lo que se viene encima este jueves, con una final europea en juego ante la Juventus, supuso el mejor registro liguero del Sevilla a domicilio en la historia. Y con goles de futbolistas que casi no contaban, como Rafa Mir, Papu o Tecatito Corona. Ahí es nada. Pero es que además, Mendilibar ha logrado desde su llegada que el equipo nervionense haya sido el mejor de abril y lo que va de mayo, por delante de Atlético de Madrid y Barcelona en ese periodo desde su triunfo en Cádiz el 1 de abril.
Allí comenzó su primavera el Sevilla de Mendilibar, que ha firmado el mejor arranque de un entrenador en la historia reciente del club, y puede que en toda la historia. Otro récord para el viejo zorro vizcaíno. El dato es curioso, sobre todo teniendo en cuenta el estado de nervios y la desazón que anidaban en el club y el vestuario cuando Monchi echó manos del técnico de Zaldívar de 62 años en una apuesta arriesgadísima, pues sus dos anteriores aventuras fueron bajar a Segunda con el Eibar al que subió a Primera y ser destituido por el el Alavés, ante la imposibilidad de enderezar un rumbo que daría con los babazarros también en Segunda.
Vino, vio y venció, como el general romano
Pero Mendilibar, como la famosa frase de Julio César ante el Senado -veni, vidi, vici- tras su victoria en la batalla de Zela, en plena guerra civil, vino, vio y venció. Desde el primer día, jugándose caer a puesto de descenso con su visita al Cádiz, rival directísimo que amenazaba a un Sevilla que llegaba de caer derrotado en Getafe, otro directísimo rival.
Entonces, y pese que luego empataría ante el Celta el Viernes Santo en casa (2-2) tras jugar más de una hora con uno menos por la expulsión de Pape Gueye, inició una serie que se continuaría con el empate en Old Trafford (2-2) y las victorias en Valencia (0-2), ante el Manchester United (3-0), Villarreal (2-1), Athletic (0-1) -en medio el tropiezo ante el Girona (0-2, única derrota)-, Espanyol (3-2), el empate con gol fuera de tiempo en Turín (1-1) y el triunfo en Valladolid (0-3).
Mejor que Julen, Unai, Juande...
En sus primeros once partidos, Mendilibar ha logrado nada menos que siete victorias, tres empates y una sola derrota. ¡Habiendo cogido el equipo a dos puntos del descenso! De esta forma supera los mejores inicios de otros entrenadores precedentes que lograron la cima del éxito en el Sevilla, como Julen Lopetegui, que tuvo un comienzo de 11 partidos, nueve de Liga y dos de Liga Europa, en la 19-20 y tras una larga pretemporada con un balance de siete triunfos, un empate y tres derrotas, si bien dos de ellas fueron ante el Madrid en casa (0-1) y en el Camp Nou (4-0).
Unai Emery también fue fichado como apagafuegos, sin pretemporada, en el ecuador de la 12-13. Míchel fue destituido tras perder en Valencia (2-0) el último partido de la primera vuelta y el de Fuenterrabia debutó en Copa empatando en Zaragoza (0-0). Inició así una serie de 11 partidos, siete de Liga y cuatro de Copa, en los que sumó cinco triunfos, tres empates y tres derrotas, una de éstas en las semifinales de la Copa ante el Atlético.
Y Juande Ramos, el otro técnico con el que tocó plata internacional este Sevilla que ahora se encuentra ante las puertas de otra final europea, tras hacer una larga pretemporada también, tuvo un comienzo muy irregular, hasta el punto de que en la jornada sexta, el 2 de octubre, el público de Nervión se le echó encima cuando perdía ante el Espanyol (1-1 final). Juande, en sus primeros 11 partidos, nueve de Liga y dos de UEFA, sumó cinco victorias, cuatro empates y dos derrotas. Enderezó el rumbo ganando en Mestalla tras la bronca ante el Espanyol.
La gestión y los mensajes al vestuario
El triunfo en Valladolid, además, ilustra perfectamente sobre cómo ha sabido gestionar el grupo humano que puso el Sevilla en sus manos el pasado 21 de marzo, durante el parón liguero tras la derrota en Getafe que acabó con Sampaoli.
Mendilibar ha sabido ir tocando el amor propio de los futbolistas para ir picándolos y subiéndolos al barco, aunque estuvieran sin jugar por lesión o por mejor rendimiento de sus compañeros de posición. Así, les dio toques en público a Rafa Mir, acosejándole constantemente que busque la espalda de la defensa, a Suso, a quien le dijo que para jugar más había que correr más, o en última instancia a Pape Gueye, cuando le dijo con toda la frescura del mundo que era "algo blandito". También reconoció que sus futbolistas habían rendido muy bien pese a que alguno se saltó la disciplina yendo a la Feria...
Ahí se ha visto su mano de técnico veterano que ha cogido la que siempre ha dicho que es su plantilla de más calidad. Desde el principio. Porque Mendilibar, en su franqueza, también sabe darle a cada uno lo suyo y reconocer que los futbolistas del Sevilla tienen una calidad técnica que les permite aprovechar muy bien sus situaciones y ocasiones de gol. Lo dijo tras su triunfo en Valladolid. "Parece que les dimos un meneo y no es así. En el fútbol acierta el que gana y nosotros acertamos".
Así huye de engolamientos, de artificios y de ensoberbecimientos. Natural y fresco, ante la Juventus de Massimiliano Allegri el Julio César del Sevilla afronta ahora su gran reto: buscar su primera final europea. Casi nada para un debutante.
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