Marcar en campo contrario, el objetivo soñado
Desde mi córner
Fiabilidad en defensa y velocidad arriba son las premisas para que la Cartuja se haga realidad
Fecha clave en el calendario sevillista, con una cita que camina montada en la ilusión esperanzada por un buen resultado en el primer asalto. Va el Sevilla con la Cartuja en el entrecejo y la obsesión de hacer gol para que la noche se le empine al coloso que está esperando. Un gol en la jaula de Ter Stegen es el objetivo que obsesiona a Lopetegui y su tropa, pues haber dejado a cero la puerta propia en Nervión es el mejor salvoconducto para esta noche.
Noche de cuchillos largos es que lo que aguarda emboscada en el fastuoso coliseo de la Riera Blanca, en plena línea fronteriza que lo separa de Hospitalet. Los goles de Koundé y Rakitic en el primer round es el equipaje que el Sevilla porta para una empresa que encierra, nada más y nada menos, el objetivo supremo de estar en la finalísima copera en la Cartuja. ¿Y cuáles los fundamentos, ventaja aparte de aquellos goles en la noche nervionense de sólo hace tres semanas?
Pues a nadie se le escapa que la firmeza defensiva es una de las claves por mucho que esa fiabilidad la hayan puesto en cuarentena Haaland y Messi recientemente. El edificio tiene demostrada consistencia como para no pensar en debacle alguna y luego está conseguir el objetivo soñado, que es hacer gol en campo ajeno. Un gol esta noche sería un impulso extraordinario con vistas a ir visando el billete de la final y un muro complicado para el Fútbol Club Messi.
Parece que la consigna será cerrar espacios atrás y salir en velocidad delante, con el papel de En-Nesyri presumiéndose fundamental para sacarle provecho a esa especie de guerrilla urbana que el Sevilla ha de programar para el éxito de la empresa. Son premisas fundamentales para salir con bien del trance, pero es que el Sevilla tiene archidemostrado que esos valores los tiene bien asimilados. Luego, a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga. No va más.
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