La clave es el equilibrio

Sevilla FC

Afinar un balance defensivo elogiable con los problemas que se acumularon se antoja como la llave para el gran salto

Pablo Machín ha de buscar el equilibrio defensivo para volver a toserle a los grandes.
Pablo Machín ha de buscar el equilibrio defensivo para volver a toserle a los grandes. / Victor Rodríguez
Jesús Alba

23 de octubre 2018 - 04:54

Digamos que Pablo Machín, con todas las dificultades que ha tenido que superar, logró afinar la balanza y colocar la burbuja entre las dos rayitas en el nivel, entendiendo esto último como el instrumento que se utiliza en albañilería. Eso lo llevó a estar donde estuvo durante dos semanas y a sumar los puntos que hoy tiene el Sevilla en la clasificación. Pero en el Camp Nou la herramienta falló, si bien también es cierto que el escenario –la magnitud de la obra, siguiendo el símil de la construcción– hacía muy complicada la ejecución perfecta.

El secreto de este Sevilla que tanto ha llamado la atención en el primer tramo de temporada ha sido su tremendo arsenal ofensivo. Eso, junto con que el equipo comenzó antes que el resto a competir y que las bajas obligaron a una serie de futbolistas a jugar siempre y a elevar con ello el tono físico, llevó al equipo de Machín a estar en un punto superior al resto.

El soriano articuló los mecanismos para que, con mayoría de jugadores ofensivos, hubiera una buena respuesta defensiva, pero ese apaño tenía un durísimo examen en el Camp Nou y fue lo que no permitió al Sevilla competir de verdad y como sus aficionados ansiaban ante el Barça en la noche en que tenía que defender el liderato.

Ahora, sin dejar de mirar alto, el Sevilla debe tratar de afinar ese equilibrio si quiere de verdad hablar de tú a tú a los grandes, porque ha quedado demostrado que a cualquier contratiempo los problemas vuelven a surgir. En Barcelona bastó que se concatenaran tres detalles para que el sistema defensivo flaqueara. Uno, que Banega no tuvo un buen día. Las pérdidas de balón, los errores propios, son mucho más letales que un déficit defensivo, pues supone perder el balón en fase ofensiva. Dos, que Kjaer llegara a la cita muy cascado físicamente. El danés ya tuvo serios problemas en Krasnodar (incluso estuvo a punto de no jugar) antes de marcharse con su selección, con la que no terminó además el último partido. Tres, el nivel competitivo de Carriço baja enteros cuando sube el potencial y el ritmo del rival.

Ahora, Machín espera que la recuperación de varios lesionados vuelva a equilibrar los balances en los planos ofensivo y defensivo. Fundamentalmente Mercado, pero también Amadou han de aportar más consistencia en espera de que Gonalons –el hombre en el que más esperanzas hay puestas en cuanto a su capacidad para poner el freno con más físico en la medular– pueda sumar en la segunda mitad de la Liga.

El Sevilla debe reactivar un sistema defensivo que sigue recibiendo goles originados por dentro, como el 1-0 del Barça sin apenas romper a sudar, y que tiene la función de hacer lucir el tremendo poderío que hay en el ataque.

3,6 disparos por cada gol.

El Sevilla es el lider de LaLiga en efectividad ante el marco contrario.

En este sentido, una estadística publicada ayer por la cuenta @Futbolavanzado demuestra que la delantera del Sevilla es la mejor de LaLiga en efectividad en relación a disparos efectuados y goles anotados. De hecho, la que forman Ben Yedder, Andre Silva y Muriel (el estudio también incluye al colombiano, autor de un gol en el Camp Nou), es la única delantera que necesita menos de cuatro tiros a puerta para marcar un gol. Con un tanto cada 3,6 intentos, el ataque nervionense está a años luz del de los grandes en efectividad. Pese a que el Barcelona mejoró sus registros el sábado, la estadística dice que necesita 7,1 disparos para marcar, mientras que Real Madrid y Atlético están mucho peor (10,7 y 12). Sólo el Girona gracias al buen momento de Stuani (4 tiros por gol) y el Alavés (4,6) se acercan al Sevilla en este balance.

Machín ha conseguido cuadrar el puzle para que, con jugadores de clara naturaleza ofensiva, el trabajo defensivo no derrumbe el edificio, pero milagros tampoco puede hacer. La reconversión de los dos mediapuntas iniciales, Franco Vázquez y Sarabia, en interiores cortos en defensa que se estiran en ataque fue clave para que la máquina funcionase, pero sobre todo para que la pólvora luciera en todo su esplendor. Una pena afearlo atrás.

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