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Sevilla FC - Krasnodar | La previa
Una semana después, los temores del sevillista metabolizaron en certezas tras el hundimiento en Bilbao. Su admirado equipo, el mismo que acabó el cuarto empatado a puntos con el Atlético de Madrid la pasada Liga y que dejó en la cuneta a Roma, Wolves, Manchester United e Inter en Alemania para alzar la sexta Liga Europa, ha gripado su motor en el frente que procura el pan de casa, el prioritario, la Liga.
Hace siete días, se trataba de salir a tumba abierta a por el Stade Rennais, sentenciar el litigio por la vía rápida y ahorrar fuerzas para la batalla que anunciaban Raúl García y compañía en San Mamés. Y los sevillistas salieron, efectivamente, a tumba abierta. Pero, 23 remates después, sólo le hicieron un gol a los franceses y no pudieron levantar el pie hasta el pitido final. Y en Bilbao, entre el escaso gol del Sevilla, su fútbol autocomplaciente cuando se ve superior y las erróneas teclas que tocó Lopetegui para refrescar, el Athletic remontó.
La acumulación de esfuerzos no puede ser excusa para la plantilla del cuarto presupuesto del fútbol español a estas alturas de la temporada, pero si Julen Loperegui o algún jugador puede quejarse del escaso descanso estival que disfrutaron, nadie puede decirle lo contrario. “Para nosotros es como si no hubiese acabado la temporada”, confesó Munir en una entrevista a Eduardo Florido ayer en esta misma sección. Y es que el paréntesis de dos semanas que va a tener el Sevilla, como todos los equipos, tras la jornada de este fin de semana es un tiempo similar a las vacaciones de los campeones en Colonia.
Fue clave para la suerte del Sevilla en la pasada Liga su adaptación a jugar dos partidos cada semana para consumir las once jornadas que quedaban. Pero cuando entró en danza el segundo calendario improvisado por la Covid-19, el de los torneos europeos, de forma indirecta se empezó a jugar esta temporada. Y si la Real Sociedad, por poner un ejemplo, fue de los que más acusó el parón del confinamiento, ahora bien que aprovecha el hecho de haber visto Champions y Liga Europa desde la tele y empezar la pretemporada con las piernas más frescas. Y quien dice Real Sociedad, dice Villarreal.
Más a favor aún lo tienen otros que ahora sólo juegan una vez a la semana, como el Getafe.
Ese hándicap lo va a acarrear el Sevilla esta temporada trufada de trampas: LaLiga pudo ponerle el partido del fin de semana el domingo, antes del parón, pero ni por esas y otra celada más en su pulso ante un Osasuna que tiene al Sevilla enfocado desde el sábado.
Ese factor puede condicionar la alineación de hoy. Aunque no tanto como las tres derrotas ligueras, que lo llevan a ver ya a la Real a diez puntos de desventaja y al Villarreal a ocho (ambos con dos partidos más), y a siete al Atlético con las mismas jornadas disputadas.
Súmenle a ello que el Krasnodar, que vive en la mitad de la tabla de su liga con las mismas victorias que derrotas, aterrizó en Sevilla ciertamente mermado por la Covid-19. Y el decorado que nos queda lleva a mirar el tan traído y llevado fondo de armario. No sería extraño que el once de hoy tenga menos jugadores habitualmente titulares que el del sábado.
Y ahora, los problemas para Lopetegui. El primero, que un hombre habitual para él, Suso, sigue sin estar disponible. Ni él, ni Sergi Gómez, ni el inédito Idrissi. Hay dos jugadores importantísimos que vienen renqueando las últimas semanas y que pueden romperse de un momento a otro, Jesús Navas y Lucas Ocampos. Esta noche puede ser una buena ocasión para que descansen, ya que además la próxima semana se embarcan con sus selecciones otra vez. Koundé puede abrirse al lateral para que actúe como central Gudelj o incluso Rekik, otro inédito.
La casi testimonial aportación de varios de los refuerzos de esta temporada, Óscar Rodríguez entre ellos, es otro de los factores que están influyendo en el inesperado jardín en el que de repente se ha metido el Sevilla. Ganar hoy ayudará a desbrozarlo cuando vuelvan la Champions... y una Liga con más trampas que una película de James Bond.
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