La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Krasnodar - Sevilla | El informe técnico
Un partido suele contener a su vez varios partidos, y el de Krasnodar deparó cuatro muy definidos: una primera parte de dominio franco y eficaz del Sevilla bajo el 3-5-2, otro de unos veinte minutos justo tras el descanso en el que los rusos apretaron arriba hasta forzar, con su acumulación de hombres arriba, los errores defensivos de los blancos. Un tercero en el que Julen Lopetegui volvió a asir las riendas de un encuentro desbocado, sin freno, que fue abriendo pasillos interiores por el desorden y el zafarrancho de combate de los anfitriones. Y un cuarto en el que los nervionenses hicieron efectivo un arreón final con Idrissi, En-Nesyri y Munir arriba.
Lopetegui aprovechó otra vez esa nueva regla que permite cinco cambios para hacer dos reajustes que le devolvieron el partido. El primer reajuste llegó en el minuto 61, con Joan Jordán por Óscar Rodríguez, Óliver Torres por Rakitic y un tercero obligado e improvisado, de Rekik por el lesionado Escudero y dentro de un 4-3-3, pues Koundé se abrió antes a la banda. Esa variante sofocó a los rusos, pues Jordán empezó a tocar y descongestionar, mientras que Óliver también sumó más posesión con sus conducciones. El Sevilla respiró.
El segundo reajuste llegó en el minuto 72 con la entrada de Idrissi por Ocampos y En-Nesyri por De Jong. Ambos aprovecharon los pasillos que abrieron los rusos y Munir, tercer punta entonces, marcó.
Ese gol a los cuatro minutos de Rakitic dio serenidad para que el triángulo que formaron Fernando como pivote, más Óscar y el croata como interiores, plantaran sus reales en la zona ancha. Y con ello, Gudelj tiró la línea de tres centrales lejos de Vaclík.
Pero el Krasnodar empezó a aclarar pronto lo del término ruleta rusa y ya en la primera parte acumuló hombres a zona de remate como si de los últimos cinco minutos de partido se tratara. Se abría la puerta a que un rebote, un balón suelto, cayera en un pie ruso cerca de Vaclík. Tras el descanso, el Krasnodar dio un paso más en su temeraria disposición y como el Sevilla, lejos de contragolpear, dudó atrás (Koundé salvó entre los palos tras un error clamoroso de Gudelj), a la segunda llegó el empate.
En cuanto Jordán y Óliver dieron frescura y criterio al entrar por Óscar y Rakitic, esos pasillos que abría el Krasnodar por dentro devolvieron el control al Sevilla.
Ocampos y Escudero, sobre todo el argentino, fueron carrileros más ofensivos que defensivos y Rakitic, por fin, ofició de enganche para aprovechar los espacios que generaba sobre todo Munir con sus caídas a la izquierda.
Ya en el tercer minipartido, a partir del minuto 61 con el triple cambio, Munir volvió a aparecer arriba. Pero fue en el cuarto minipartido, con Idrissi y En-Nesyri explotando los espacios, cuando el madrileño acertó muy al final.
Amplitud de registros y variantes tácticas que bien afloran con los cinco cambios.
Su impericia al contragolpe.
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