Loïc Badé y Ocampos ante la difícil promesa de los fichajes

Sevilla FC

La irrupción salvadora de Ocampos, y la versatilidad que ofrecerá en la parcela ofensiva, se une al buen papel hasta ahora de Loïc Badé, con cuya presencia en el campo el Sevilla se ha mantenido más firme e invicto

Ocampos llegó con la varita del picante

Cala reta a Monchi en Twitter y éste replica: pelillos a la mar

Loïc Badé, en una incursión frente al Cádiz, ensaya el centro ante Sobrino.
Loïc Badé, en una incursión frente al Cádiz, ensaya el centro ante Sobrino. / José Ángel García

La revolución prometida por el comité directivo del Sevilla compuesto por José Castro, José María del Nido Carrasco y Monchi no verá la luz. Sólo por esta promesa incumplida por los tres actores que la proclamaron en voz alta y en distintos foros, tanto públicos como privados, estaba más que justificada la protesta del sevillismo antes del partido ante el Cádiz. Como nos enseñaron nuestras abuelas, lo prometido es deuda. No se debe prometer lo que no se está seguro de poder cumplirse y este Sevilla de hogaño no está en condiciones de levantar la voz de forma tan comprometedora, a no ser que quiera prometer el oro y el moro... De los seis o siete fichajes que iban a llegar, ante las necesidades de la raquítica plantilla, sólo ha habido dos a falta de una semana larga para el cierre. Eso sí, la presentación de ambos ha sido óptima.

El Sevilla no podrá llegar a esa media docena larga de caras nuevas, una cifra que acarrearía un problema por el límite de tres inscripciones nuevas en la Liga Europa. Pero sí parece que puede haber algún fichaje para tapar la precariedad en la defensa, donde Jorge Sampaoli tiene que ir parcheando las graves carencias que arrastra esta plantilla en esa línea, desde antes de las lesiones y los traspasos de Diego Carlos y Koundé. Monchi tenía la idea de tapar esas carencias, la de otro central por la izquierda y la de un mediocampista, antes de que el mercado enfriara ese deseo con sus frías leyes.

En-Nesyri y los cantos de sirenas

De momento, En-Nesyri ha dejado muy claro que no se mueve a ningún lado, ni siquiera ante la suculenta oferta del West Ham en su enésimo contraataque. Y lo del Niza suena a cantos de sirenas hacia un delantero atado al poste de Nervión, como Ulises al mástil de su galera. El Valencia no quiere pagar lo mínimo exigible por la alta ficha de Januzaj, y Gattuso no ayuda diciendo que si hay que pagar que sea por un futbolista con minutos. Y el exceso de fichas que podían ponerse en el mercado, entre éstos de varios lesionados o que salen de lesión como Papu o Delaney, también impide que haya acceso a otros refuerzos, más allá de ese central por la izquierda que podría ser el último de los tres fichajes invernales.

Ante esta realidad, Sampaoli, que cada vez se calla menos su descontento por el incumplimiento de lo prometido, y el sevillismo de paso se pueden dar con un canto en los dientes por la doble buena nueva de que los dos únicos refuerzos sí parecen promesas que se pueden cumplimentar.

Loïc Badé sienta a Nianzou

De entrada, con Loïc Badé en el césped el Sevilla se ha mantenido invicto. En los 270 minutos, repartidos en cuatro partidos, que ha jugado el joven central francés (22 años y ex internacional sub 21) con la camiseta blanquirroja el equipo de Sampaoli ha encajado sólo dos goles. Debutó ante el Getafe jugando los últimos 25 minutos. Y el Sevilla encajó el gol postrero que llevó los nervios al final de Borja Mayoral (2-1) ya con Loïc Badé en el campo. El otro gol que encajó el equipo con su concurso fue el empate de Stuani nada más empezar la segunda parte en el Girona-Sevilla, partido en el que se estrenó como titular, pero Sampaoli lo quitó en el minuto 66. Sin él en el campo, se produjo la dolorosa remontada local (2-1) tras el error que ha apartado a Nianzou del once titular.

Gracias a la irrupción del nuevo refuerzo para la zaga, Sampaoli se ha podido permitir sentar a Nianzou, para lo que cuenta con Gudelj y Fernando como comodines, obviamente, haciendo malabarismos con el posicionamiento en el campo de los centrocampistas. Pero ha logrado asentar la defensa sin la incertidumbre que ocasionaba Nianzou. El Sevilla es más firme con Loïc Badé, parece claro, y esa seguridad se transmite de atrás hacia delante.

Ocampos, un extremo izquierdo

Y arriba, Ocampos devolvió al equipo ese picante que le hacía falta para terminar de decantar los partidos entre tanto amaneramiento academicista de futbolistas técnicos pero ineficaces ante el gol. El regreso de Ocampos sí es una promesa a medio cumplir, pues está por ver cuál será su fondo en partidos largos. Pero al menos ofrece versatilidad en el ataque y la opción de un extremo izquierdo del que carecía hasta ahora Sampaoli, tal y como reconoció en la previa del partido ante el Cádiz, lo que daría otras soluciones ofensivas también. Habrá que ver.

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