La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Sevilla - Barcelona | Nombres propios
Empate con sensaciones encontradas para el Sevilla. El cuadro de Julen Lopetegui no tuvo opción a ejecutar la segunda parte del plan, la que pasaba por crecer en el tramo final por la ingenua expulsión de Koundé por lanzarle un balón a Jordi Alba. Fue la jugada clave del partido para los sevillistas, que salieron perjudicados por el error del francés.
Lopetegui lo utilizó como lateral derecho y en esta ocasión no le vio tan suelto como frente al Atlético, algo que perjudicó en varias posiciones con Fernando y él fuera de sitio. Pero eso no lo es más trascedente sino que le tirara el balón a Jordi Alba por mucho que se sintiera menospreciado. Esa chiquillada es increíble en un pedazo de futbolista como él.
Se está convirtiendo en un futbolista con un tremendo peso dentro del equipo sevillista, pero por una circunstancia o por otra no acaba de jugar en el sitio en el que mejor rinde. La ausencia de Fernando ante el Atlético y su posición más retrasada le impidieron jugar como interior, donde junto a Joan Jordán deben tener mucho poder.
Hay cosas en el fútbol que son complicadas para quien las observa desde fuera y sin estar dentro de las charlas técnicas de los entrenadores. Una de ellas es que Rafa Mir siempre se emparejara con Piqué y perdiera todos los balones aéreos. Sólo una vez se fue a buscar a Eric García y, lógicamente, la pelota fue para el sevillista. ¿Por qué no más veces?
La defensa zonal de las acciones a balón parado debe ser un dogma de fe para Lopetegui y seguro que tendrá sus razones, incluso sus estadísticas para justificar semejante idea. El caso es que jamás la cambia y al Sevilla le cuesta muchos goles. El damnificado fue Fernando, al que Araujo superó en el salto al llegar lanzado.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios