La ventana
Luis Carlos Peris
La Navidad como pata de un trípode
Sevilla FC
La situación se tranquilizó con el desarrollo de la competición, pero donde hubo un hoguera quedan rescoldos y el Sevilla sabe que no podrá retener por mucho tiempo a Jules Koundé porque aún está muy, muy lejos –pese al gran crecimiento experimentado– de la capacidad de los grandes del fútbol mundial, de la Premier League, por ejemplo. Aunque en Inglaterra no hace falta que sea uno de los clubes de campanillas el que, a poco que se ponga, pueda llevarse a cualquier jugador de la liga española que no esté en el vestuario de uno de los grandes.
Koundé ha acudido de nuevo a una convocatoria de la selección absoluta de Francia, flamante ganadora de la Liga de Naciones ante España –cuya final la jugó completa el sevillista– y vigente campeona del mundo, y estas cosas siempre suelen ser así. Una semana de convivencia con las estrellas de los mejores clubes conlleva muchas comparaciones en el día a día y mientras los gestores del Sevilla no paran de regodearse del éxito de retener al futbolista y haber rechazado una oferta de 50 millones de euros por él, éste aún tiene fresco el disgusto que se llevó tras tener la promesa del club y un preacuerdo por cinco temporadas, que no hay que olvidar que derivó incluso en un amago de rebeldía al negarse a viajar con el equipo a Elche en un partido de las primeras jornadas de Liga.
El jugador no olvida que ya han sido dos las veces que la Premier ha ido de verdad a por él. Una el Manchester City de Guardiola, hace dos veranos, con 55 millones encima de la mesa, y otra sólo hace unos meses con el intento del Chelsea que, probablemente, no hubiera fracasado de haber aceptado Zouma ser moneda de cambio como parte del negocio.
En el Sevilla están condenados a cruzar los dedos cada vez que uno de estos mastodontes del fútbol flaquea en defensa y ahora es el Manchester United el que tiene problemas y el que ha pensado en Koundé pese a que su apuesta en verano fue pagar 50 millones por Varane. Según el diario As, Solskjaer anda desesperado y ha pedido seguir de cerca al sevillista y sondear cuánto costaría su fichaje. Un equipo que tiene a Cristiano Ronaldo en sus filas no puede permitirse el lujo de estar fuera de los puestos de Champions y de la zona europea por los problemas en defensa.
El Manchester United, sexto en la Premier a nueve puntos del líder, precisamente el Chelsea, ha recibido 17 goles en 11 partidos y la pareja que forman Maguire y Varane está más que discutida, sobre todo el capitán e internacional inglés. Hasta el punto de que Solskjaer ha cambiado a defensa de tres (también tiene en la plantilla a Lindelof y Baily). Los red devils han sufrido en Old Trafford derrotas muy dolorosas, como un 0-5 ante el Liverpool y, la última, esta semana un 0-2 frente al City, amén de un 4-2 en casa del Leicester.
El peligro está en que el Sevilla ha gastado dos balas muy valiosas y no tiene ya fuerza moral para decirle por tercera vez a Koundé que debe quedarse a cumplir su contrato por mucho que pueda decirse que éste no lo firmó con una pistola en el pecho. Las circunstancias y las situaciones cambian y la joven pero pujante estrella que llegó a Nervión procedente del Girondins se ha convertido en mucho más, en un jugador que comparte vestuario y que tiene protagonismo en el equipo que es el campeón mundial y de Europa en la versión de la recién creada Liga de Naciones.
Lo más que puede hacer el Sevilla es tener el gesto de tratar de retocar su contrato (es una quimera ampliarlo) y mejorar su ficha hasta colocarlo como el jugador mejor pagado de la plantilla, por encima de Rakitic, pero ni eso. Como es lógico, Koundé ahora mismo no tiene en mente una renovación con el Sevilla. Al menos durante esta semana y parte de la próxima está en otras cosas, como compartir habitación, comidas, entrenamientos y tiempos muertos con superestrellas que triplican su ficha en el Sánchez-Pizjuán.
Francia juega este sábado ante Kazajistán en el Parque de los Príncipes de París, el estadio del PSG, y el martes siguiente ante Finlandia en Helsinki. En el Sevilla, mientras, suspiran por que traiga la cabeza, al menos, en el mismo sitio que cuando se fue.
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