Koundé-Diego Carlos, adiós a una zaga de época
Sevilla FC
El traspaso de Diego Carlos, en espera del de Koundé, deshace un dúo de centrales memorable tras la posiblemente mejor temporada del brasileño
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La planificación: Lopetegui, ante otra revolución de Monchi
Bono, Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón/Acuña, con Fernando por delante. Ésa es la defensa, los seis hombres, con los que el Sevilla de Julen Lopetegui ha marcado una época que quedará enmarcada en la historia con la sexta Europa League y las tres clasificaciones consecutivas para la Champions, por la vía de la Liga. Es importante recordar este último matiz en el que tanto ha insistido el guipuzcoano, porque hay que recordar que el Sevilla, tras el parón de la pandemia, concluyó el campeonato de Primera División como cuarto antes de conquistar en Alemania su séptimo entorchado continental, la sexta UEFA Europa League. Y esa época queda marcada por una de las mejores parejas de centrales de la historia del club.
La venta de Diego Carlos deshace esa zaga de época. Esto era más que previsible. Así lo indicaban ya tantos las ofertas rechazadas anteriormente como los continuos mensajes desde la cúpula ejecutiva del club de que, después de dos años sin grandes ventas, había que empezar a mirar los números, la cuenta económica. "El Sevilla no puede seguir perdiendo dinero, porque las empresas que pierden dinero van para allá", dijo Monchi ilustrativamente, cuando todo el foco estaba puesto en Koundé como ese salvavidas que reflotase la economía deficitaria del Sevilla tras la pandemia y la inversión continuada, en agosto y enero.
El club despidió al futbolista en el anuncio oficial de su traspaso con este mensaje. "El Sevilla FC quiere agradecer el trabajo al jugador durante todos estos años en Sevilla y le desea la mejor de las suertes en su nueva etapa profesional". Y destacó que desde el primer día se ganó la confianza de Lopetegui, haciéndose un fijo en el equipo mucho antes que Koundé, que tenía por delante a Carriço el primer año.
Diego Carlos cayó de pie en el Sevilla, aunque al final de su primera temporada dejó algunas dudas, con aquellos penaltis en la fase final de la Europa League en Alemania convertidos casi en fetiche porque invitaban a la remontada y el triunfo. Su chilena en la final al Inter queda grabada en la historia del Sevilla. Y se va después de su temporada más madura, de más compromiso, en la que ni siquiera la oferta rechazada del Newcastle afectó a su tremendo rendimiento.
Todo lo contrario, en el derbi liguero ante el Betis, en plena racha de lesiones y bajas por Covid, terminó de meterse en el bolsillo a todo el sevillismo, si es que no se había ganado ya el cariño y la admiración anteriormente. Aquella tarde jugó, poniendo su parapeto ante Borja Iglesias, con una contractura muscular medio tiempo, hasta que aguantó, hasta que vio que podía dejar a sus compañeros defender el 2-0 cobrado en la primera mitad. Y se rompió para varios partidos.
Por esto, pese a que Koundé tardó más en entrar en el once, el brasileño se va sólo con tres partidos oficiales más que el francés: 136 oficiales y seis goles en tres temporadas, con 102 de Liga, 14 de Champions, 10 de UEL, 1 de Supercopa de Europa y 9 de Copa. Y Koundé se quedará en 133 partidos oficiales, porque, tras rechazar el Sevilla dos ofertas por él, este verano ya no lo podrá retener. Ambos dejarán profunda huella, la de una zaga de época que se cimentó sobre esta pareja casi indisociable, Koundé-Diego Carlos, vaya dúo de centrales.
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