Un desafío a la pócima mágica

Sevilla FC

La falta de descanso de Jesús Navas pone en duda la indestructibilidad del palaciego, que lo ha jugado todo hasta su lesión y que está a 9 días de cumplir 35 años

Jesús Navas. pendiente de pruebas para ver el alcance de su lesión

Jesús Navas, sustituido en la selección por Héctor Bellerín

Jesús Navas y Rakitic, en la ciudad deportiva del Sevilla.
Jesús Navas y Rakitic, en la ciudad deportiva del Sevilla. / Raúl Caro / Efe
Jesús Alba

12 de noviembre 2020 - 07:37

A nueve días de cumplir 35 años, Jesús Navas se encuentra en un parón obligado que, por suerte para el Sevilla –y para él–, ha coincidido con una ventana de partidos internacionales. El palaciego se pierde agrandar su palmarés en la selección, pero a la larga se alegrará porque ello significará un plus más en el futuro.

Todo el mundo se maravilla de la extraordinaria capacidad de recuperación del jugador palaciego, pero el físico –también el de Jesús Navas– tiene un límite.

La repetición continua de esfuerzos ha llevado al capitán sevillista a una situación que se veía venir. Jesús Navas ya era seria duda desde la víspera del partido ante el Granada, pues incluso fue ausencia en el entrenamiento previo. Todo ha sido una consecuencia de la fatiga muscular que el jugador arrastra desde el mes de agosto. Ya en algunos partidos de la fase final de la Europa League conquistada en Colonia Jesús Navas acabó con sobrecarga, lo que se agravó con el intenso inicio de temporada que tuvo el Sevilla, con una cita extenuante ante el Bayern Múnich y un arranque liguero en el que el palaciego no tuvo ningún descanso.

Lo normal hubiera sido que en el torneo liguero Lopetegui le hubiera dado algún respiro, pero no fue así. Quizá la baja por Covid-19 de Koundé trastocó los planes del entrenador guipuzcoano, que no pudo utilizar ese comodín como lateral derecho igual que hizo en numerosas ocasiones la temporada pasada.

¿Y la alternativa normal de Aleix Vidal? Quizá aquí también hay que utilizar la lógica para entenderlo. El catalán entró el último día en la lista de inscritos en la Liga por la única razón de que Monchi no le pudo encontrar un club para una cesión y un traspaso y el entrenador lo aceptó. De ahí a que lo ponga a competir a las primeras de cambio...

El resultado fue que Navas, seria duda ante el Granada, jugó y acabó el partido y siguió jugándolo todo. Ante el Chelsea acabó también el duelo con el aductor muy cargado y siguió jugando pese a tener molestias y estar continuamente entre algodones.

Al final, la musculatura del ex campeón del mundo dijo basta y ahora sí parece más irremediable que Lopetegui tenga que reestructurar la defensa, aunque todo dependerá de la categoría de la lesión, algo que tendrá que determinarse tras las pruebas médicas anunciadas por el club, cuyos resultados se sabrán, pero de forma tibia. Si no tiene rotura, el presente parón liguero jugará a su favor y, conociendo al protagonista, aquí no habrá pasado nada, pero si la hay el canterano tendrá que parar.

Muchos bromean sobre sus poderes extraordinarios o sobre si una pócima mágica es el secreto para mantenerse siempre a ese nivel físico, pero la falta de descanso al no tener un sustituto en la plantilla es un desafío al presunto brebaje milagroso.

Uno de sus compañeros, otro veterano como Fernando, se refería ayer mismo en Radio Sevilla al extraordinario físico del palaciego. “No me sorprende, es un hombre especial. Es muy difícil mantener ese nivel de juego, juega todos los partidos y está siempre igual, con una enorme intensidad. No tiene explicación, habría que ver qué tiene en el cuerpo. Con 35 años, jugar más de 50 partidos... Voy a preguntarle qué ha hecho para eso”, expresó el centrocampista brasileño, otro jugador que suspira por esa pócima mágica que, eso sí, está siendo seriamente desafiada por la acumulación de esfuerzos a la que lo obliga Lopetegui.

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