Del "día más triste" de la carrera de Rakitic a la salida del Sevilla de su estadio: crónica de un terrible sábado
El croata habló en zona mixta tras la destitución de Diego Alonso
Ambiente muy caldeado en los alrededores del Sánchez-Pizjuán
Orta: "La situación no daba más de sí"
La situación del Sevilla ha tocado fondo. La derrota (0-3) ante el GetafeGetafe y la imagen dada ante su propia afición, en el último partido del año en Nervión, ha sido la estocada final para Diego Alonso, que fue destituido al término del encuentro. Pese a todo, Ivan Rakitic, como altavoz del vestuario, quiso defender a su, ya, exentrenador en una zona mixta cargada de momentos para la posteridad.
Protesta y golpes en la puerta de cristales
El pitido final de Pulido Santana no hizo más que dar comienzo a una de las tardes más trágicas de la historia reciente en Nervión. Al término del encuentro, cuando, aún, no había comunicado oficial sobre el despido de Diego Alonso, la afición se agolpó en la puerta de cristales, la cual converge con zona mixta.
La tensión fue máxima, necesitando el club 'doblar' la seguridad con la ayuda de la Policía Nacional. Cánticos de todo tipo, desde "¡Jugadores, mercernarios!" hasta los ya clásicos en el Ramón Sánchez-Pizjuán "¡Directiva, dimisión!".
Los aficionados que se agolpaban en la mencionada puerta, debían abandonar la zona lo más rápido posible, pues es la habitual salida de jugadores locales y visitantes en Nervión. En ese momento, se vivió una situación límite, que acabó con, incluso, un arrestado.
Pasaron bastantes minutos, en los que el ambiente se fue, aparentemente, calmando. Fue entonces cuando, justo con el comunicado oficial del despido de Diego AlonsoDiego Alonso saliendo del horno, apareció Ivan Rakitic en zona mixta. El croata asumió toda la culpa de la situación, dejando al margen el hacer del técnico uruguayo: "Sí, somos nosotros, y somos nosotros los que tenemos que dar la vuelta a esta situación. Yo como capitán me voy a poner por delante, porque soy el máximo responsable del equipo. Es claramente el día más duro y más triste de toda mi carrera, pero no me queda otra cosa que, primero, pedir disculpas a nuestra gente, a nuestra afición, pero también prometerles el máximo trabajo, dedicarnos 24 horas a lo que tenemos que hacer. No pensar en ninguna otra tontería ni en otra cosa, sino prepararnos, ganar en Granada y devolver al Sevilla Fútbol Club donde tiene que estar".
"Es fácil ponernos aquí cuando se ganan cosas y celebrarlo y reírnos un rato, pero también cuando no, pues, me pongo aquí y no hay ningún problema. Porque los máximos responsables somos nosotros, y lo tenemos en nuestras manos y nuestras piernas para dar la vuelta a esa situación y levantarnos lo antes posible. Tenemos la calidad que necesitamos, pero tenemos que levantarnos y ganar ya en Granada. Quiero agradecer a Diego por todo su trabajo, a él y a su cuerpo técnico, creo que tuvimos momentos y partidos muy buenos que al final no pudo hacer", añadió.
Para terminar el día en Nervión, sólo quedaba una cosa: la salida de la plantilla. En el Sevilla eran conscientes de que no iba a ser tarea sencilla y que la lluvia de insultos, cánticos y recriminaciones por parte de la afición sería tormentosa. Por ello, organizaron a todos los jugadores para salir juntos, gesto que se demostró cuando Januzaj y Soumaré ponían ya rumbo al autobús, pero acabaron esperando al resto de sus compañeros.
Una imagen que mezcla el poco orgullo que le queda a un equipo vacío con la desesperación absoluta de una afición que ve como su club se cae a pedazos. El final de un día fatídico para el sevillismo, que no podía acabar con otra banda sonora distinta a los pitos.
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