Isco, un fichaje de otra dimensión

Sevilla FC

El Sevilla anuncia la incorporación de Isco, un jugador de un talento especial para un salto de calidad si logra volver a su nivel

El malagueño se suma de inmediato a la disciplina del equipo para recuperar ritmo de competición

Isco, ayer a su llegada a Sevilla. / Juan Carlos Muñoz
Jesús Alba

08 de agosto 2022 - 06:21

Isco. La magia de Monchi surgió en un domingo de pleno agosto, con los pitos del Sánchez-Pizjuán aún resonando y el sevillismo esperando un central. Ahora le toca hacer la magia al malagueño, un jugador que llegó a ser de otra galaxia y que se convierte en la apuesta a contracorriente del afamado director general deportivo, que toma una dirección valiente con el ex madridista para contentar al técnico que mejor lo entendió jamás, con el clímax de ese binomio estrella-entrenador con España en la fase de clasificación del Mundial de Rusia.

Fue también ese Real Madrid que eliminó de la Champions a la Roma de Monchi el que enamoró al de San Fernando. Su responsable en el banquillo era Julen Lopetegui Agote.

El anuncio por sorpresa del Sevilla al filo del mediodía de ayer es una declaración de intenciones. Francisco Román Alarcón Suárez (Benalmádena, 21-4-1992) firmó por dos temporadas con el Sevilla tras llegar con la carta de libertad del Real Madrid y tras acordar unas condiciones económicas especiales con la entidad sevillista, que pasan por que la continuidad en el tiempo tenga que ver con su rendimiento, así como su sueldo, rebajado de salida con respecto a lo que percibía en el vestuario del Real Madrid y que subirá bastante si logra una serie de objetivos en Nervión. Para empezar, la duración del mismo, un año más otro ampliable.

El jugador llegaba a Sevilla casi a la vez que era anunciado el acuerdo. Monchi lo recibía en el hotel Los Lebreros y pasará este lunes el reconocimiento médico para ponerse a las órdenes de Lopetegui, aunque su estado físico aún no da para que pueda jugar ante el Osasuna, ya que lleva un largo periodo de inactividad competitiva por mucho que el jugador haya estado trabajando con un preparador físico de manera individual.

Isco es un futbolista de otra dimensión que encaja a la perfección en el modelo futbolístico de Julen Lopetegui, basado en la posesión de la pelota y en superar al rival desde este dominio de la situación.

Se trata de un centrocampista con una facultad especial cuyo rendimiento puede generar dudas pero que recuerda de alguna manera a la llegada de Éver Banega y la capacidad que demostró después el argentino pese a las reticencias iniciales.

Su trayectoria es muy conocida. Destacó en el Valencia, donde dio el salto al primer equipo pero no tuvo toda la confianza necesaria por parte de Unai Emery, aunque se trataba de un Valencia habitualmente tercero en la Liga y un proyecto de futbolista con sólo 16 años. En el verano de 2011 decidió a volver a Málaga, al club de la Rosaleda, que abonó su cláusula de rescisión con el que se clasificó para la Champions. Con sólo 21 años fichó por el Real Madrid, jugando hasta 53 partidos en su primera temporada, anotando 11 goles y dando 9 asistencias, casi igual número de duelos en los años siguientes (52, 45, 43, 42, 49 y 37 hasta la campaña 2018-19). En total, ha jugado 352 partidos en el Realísimo, con 53 goles y 56 asistencias firmadas. Con la selección ha disputado 30 encuentros, anotando una docena de tantos.

Y a sus 30 años, aún le queda fútbol por dar –aunque la duda del tiempo pasado está– con el estímulo del Mundial de Catar y el respaldo del entrenador que mejor ha sabido entenderlo y al que ha respetado para llegar a Sevilla aun teniendo ofertas económicas más interesantes. Sin embargo, Isco sabe que en Nervión, aparte de estar cerca de su casa, tendrá la oportunidad de jugar la Champions y formar parte de un proyecto ambicioso y ganador.

Sin duda, un fichaje de otra dimensión si es capaz de volver a su nivel, como lo hizo Banega en unas circunstancias parecidas.

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