Isco rompe la baraja y ataca a Monchi: "Me agredió"
Sevilla FC
El malagueño rompe su silencio tras un lustro, se salta el código de los profesionales del fútbol y cuenta su versión de la ruptura con el ex director deportivo del Sevilla
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Entre bastidores ocurren muchas cosas, y no sólo en el fútbol. Las tensiones suben cuando la realidad de los acontecimientos negativos aprieta y en el deporte rey, como en otras actividades humanas, saltan chispas que a veces prenden una llama de desencuentro grave. Luego las aguas suelen volver a su cauce, aunque hay rupturas irreconciliables. El Sevilla de la temporada 22-23 fue un ejemplo de constantes tensiones. Y la guinda la acaba de poner Isco acusando a Monchi de agredirlo.
El futbolista malagueño, que sigue sin equipo desde que el Sevilla le rescindiera el contrato en enero, ha concedido una entrevista en un medio afín, la edición madrileña de Marca, para romper la baraja y saltarse el código, casi deontológico, de que lo que ocurre en el vestuario o el césped se queda en el vestuario o el césped.
Un silencio de un lustro
Tras un lustro de silencio, Isco ha hablado para contar sus verdades, claramente presionado por la realidad de que está sin equipo a sus 31 años, tras su frustrado fichaje el pasado enero por el Unión Berlín, un club que hace de la modestia y la implicación colectiva de equipo y afición un modus vivendi.
Se trata de un alegato de defensa ante el mundo del fútbol, aunque también reconoce que él tiene sus culpas: "Me han pasado muchas cosas; de algunas tengo yo la culpa, de otras no...", saca como uno de los títulos de la entrevista el subdirector del diario Marca.
En ella cuenta muchas cosas, como que ha necesitado la asesoría de un psicólogo. Pero lo más llamativo es su claro ataque a Monchi por la ruptura con el Sevilla cuando el club de Nervión viró en enero para enderezar el rumbo de una travesía que llevaba a la nave a pique... hasta la irrupción de José Luis Mendilibar.
La discusión en la ciudad deportiva
El titular ya es más que llamativo y, más que ir a la esencia de lo que quiere expresar, viene a ser como una justificación exculpatoria de su salida del Sevilla: "Monchi me agredió, me cogió del cuello y nos tuvieron que separar".
Isco realiza su relato sobre lo que sucedió un día en la ciudad deportiva, tras una concatenación de hechos en los que tuvo algo que ver el absentismo de Jorge Sampaoli en todo el lío, cuando era el entrenador del Sevilla y quizá desatendió su obligación de mediar en el conflicto abierto con el malagueño desde la salida de Julen Lopetegui, su mentor para la llegada a Nervión.
Todo se embarró cuando el comité de dirección del Sevilla decidió dar un golpe de timón en enero en el que era necesario rescindir el contrato a Isco para darle a la plantilla lo que necesitaba: la vuelta de Ocampos, la de Bryan Gil y el fichaje de Loïc Badé.
La llamada a su agente, Jorge Mendes
Así lo cuenta Isco: "Despiden a Julen, viene Sampaoli y bien también. Pero cuando se va Lopetegui y se acerca la ventana del mercado de invierno yo veo muchas cosas raras dentro del club. Para empezar, llamaron a mi representante para buscarme una salida, sin hablar nada previamente conmigo, así que, en cuanto me enteré fui a hablar directamente con Monchi. Le dije: "Oye, me ha llegado esto, no sé qué pasa, no sé si me queréis, si no me queréis... Sé sincero conmigo y lo arreglamos sin problemas. Estoy a vuestra disposición".
Isco va a más y cuenta al detalle la ruptura, en la que hubo un fuerte agarre entre ambos. Comienza por esas conversaciones en las que, con Sampaoli sin implicarse, Monchi tuvo que coger el toro por los cuernos. "No sé qué crisis económica podía tener el Sevilla, pero tras esa conversación se tuerce todo. Yo sólo quería saber los pensamientos del club y me dijo que si encontraba algo que me fuera".
Las presuntas filtraciones de Monchi
A raíz de ahí sube el tono el malagueño, que culpa al actual presidente de fútbol del Aston Villa de filtrar informaciones interesadas a la prensa. "Tras esa conversación, Monchi fue diciendo que yo me quería ir, algo que no era cierto, y comenzó a llamarme cada día tanto a mí como a mi abogado atosigándonos para firmar la rescisión. Entonces fui a hablar con él de nuevo y le dije: "Mira Monchi, tú no estás siendo sincero ni conmigo, ni con la gente a la que le cuentas las cosas. Yo me quiero quedar y tú vas diciendo que yo me quiero ir". Y ahí entonces hubo un poco de conflicto".
Y ahí es cuando habla de la agresión, en la ciudad deportiva, "camino de los vestuarios": "Es fuerte lo que te voy a decir. Le dije que era la persona más mentirosa que me había encontrado en el mundo del fútbol y me agredió. Vino hacia mí, me cogió del cuello, nos apartamos y ya nos tuvieron que separar del todo. Como comprenderás, tras eso, yo no quería seguir ahí bajo ningún concepto. Y aunque me daba pena, porque hice muy buena relación con mis compañeros y la afición me trató de maravilla, yo no podía estar a gusto en un club en el que el director deportivo me agrede y nadie se pronuncia, ni se disculpa. Ni por la agresión, ni por todas las mentiras que iba filtrando. Así que perdoné mi contrato y me fui".
La intervención de la seguridad del club
El desencuentro con Monchi centra prácticamente este primer capítulo de la entrevista. ¿Qué hizo Isco al ver que el gestor isleño se le abalanzaba? "Pues lo primero, apartarle y luego ya los de seguridad nos separaron del todo. Me consta que tanto Monchi como el club estaban pasando por momentos delicados, pero sobrepasar la barrera de la violencia no es algo que podía dejar pasar", afirma.
Además, acusa a Monchi de que no estaba de acuerdo con su fichaje, que fue poco menos que una imposición de Lopetegui: "Yo estaba contento en el Sevilla, jugaba siempre y aunque estábamos pasando por un momento deportivo complicado, estaba convencido de que íbamos a salir adelante, como al final así ha sido. Pero no es como se va diciendo en muchos sitios, sobre todo en la prensa de Sevilla, donde se dice que me bajé del barco. Ni mucho menos. Eso no entra dentro de mi mentalidad".
En realidad, en la prensa de Sevilla no se contó así el relato. Es más, entre líneas sí dejó caer ese fuerte agarre. Más que bajarse del barco, Isco estaba sobrando en una plantilla que necesitaba otro perfil de futbolistas, dado que en el plantel ya había bastantes futbolistas con más calidad técnica que calidad futbolística: Suso, Papu, Lamela...
Monchi y el capricho de Lopetegui
Así que el relato de Isco también falla en cuanto a lo de las filtraciones. Que haya querido contar tan al detalle aquella fuerte discusión va en su conciencia, como asegurar que Monchi nunca creyó en su fichaje, algo que, si no por parte del ex director deportivo del Sevilla, sí era una realidad en buena parte de la afición, la prensa e incluso el comité de dirección del club de Nervión.
Pocos creían en Isco y puede que precisamente Monchi fuera uno de esos pocos, quizá el único parapeto de la exigencia de Lopetegui. De hecho, tal fue su apuesta que condicionó una planificación fallida. Pero fue el que dio la cara en un momento así fue Monchi. Y así se lo ha pagado Isco, que no cuenta qué le dijo al gestor isleño para sacarlo de sus casillas hasta el punto de que se le abalanzara de esa forma tan agresiva.
"Yo fui al club porque me había llamado Lopetegui, diciéndome que me quería, que me quería, que había buen equipo... -sigue contando-. Y yo fui encantado. Me bajé el sueldo cuatro veces con respecto a lo que ganaba en el Madrid y ya al llegar, gente del club me dice que Monchi no estaba de acuerdo con mi fichaje. Yo iba con la idea de jugar con el entrenador que siempre ha apostado por mí y de ganarme a la gente que no estaba tan confiada, pero sucedió esto", asegura.
El frustrado fichaje por el Unión Berlín
Isco también cuenta por qué rompió con el Unión Berlín. Todo fue por desacuaerdos a la hora de firmar el contrato, que según Isco estaba acordado en una cantidades superiores de una temporada más otra más, además de su inviable inscripción en competiciones europeas en enero. "Me mandaron el contrato y yo se lo reenvié a mi abogada. Todo en orden. Preparé la maleta y viajé solo a Berlín, ya que en cuatro horas era imposible organizar la mudanza de toda la familia, con dos niños tan pequeños... Y al llegar, me recibió una persona del club. Estaba todo hecho", relata. Sólo faltaba el reconocimiento médico, que pasó. Y luego llegó el desacuerdo con las cantidades. "Ya por la mañana, en el coche hacia el hospital me dicen: "Al final no te podemos inscribir en Europa". Y contesto: "¿Me lo dices ahora?". Su respuesta fue que lo intentaron hasta el final y que no pudo ser, así que bueno... Paso el reconocimiento médico, que lo pasé, aunque mucha gente lo pusiera en tela de juicio... Una cuestión bastante absurda, ya que los médicos del Sevilla pueden corroborar que mi estado físico en ese momento era uno de los mejores de mi carrera. El caso es que paso el reconocimiento y de camino a firmar el contrato me llaman de nuevo. "Oye, que al final no es esta cantidad... Que es menos". Y yo, por segunda vez, vuelvo a aceptar esos cambios que no estaban en el preacuerdo por el que volé a Alemania. Pero a los diez minutos, me llaman una tercera vez diciendo que la cantidad de la temporada que viene tampoco es la del contrato y que hay que revisarla. Y ya me planté. Viajé con muchas expectativas e ilusión a un equipo que juega Europa League y en quince minutos me habían cambiado la mitad del contrato. Contrato que estaba aceptado y revisando tanto por nosotros como por ellos. Era una falta de respeto. Yo no tengo 18 años, ni es el primer contrato que firmo, así que dije que así no firmaba. Si en doce horas en Alemania había pasado todo eso, en un año no lo quiero ni pensar... Les dije que lo sentía mucho y que me volvía a España, que no era serio lo que estaba pasando". Y ahí terminó el único intento de fichaje de Isco desde que saliera del Sevilla.
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