Isaac, en la tierra que conquistó Rodri

Era otro Sevilla. Los goles de Isaac Romero tratan –y lo van a conseguir– de sacar al Sevilla de la zona caliente para alejar definitivamente la amenaza de un descenso, y aquel reverso imposible de Rodri servía nada menos que para ser cuarto en la Liga y jugar la previa de Liga de Campeones, un play off que el equipo nervionense acabaría perdiendo tristemente ante el Sporting de Braga, un equipo de medio pelo de la liga portuguesa. Frustraciones de entonces y frustraciones de ahora. Así ha variado el nivel de exigencia del Sevilla. Hasta catorce años han pasado con la velocidad de una estrella fugaz. Trece tenía entonces la pareja de baile de Youssef En-Nesyri.

El Sevilla viaja el lunes a Almería y se repite de alguna manera la historia. No es muy habitual que un delantero canterano debute en el primer equipo y menos aún (eso es casi imposible) que se asiente con el paso del tiempo. ¿Ramón Vázquez puede decirse que fuera el último? Rodri irrumpió y estuvo de paso. Con Isaac las pretensiones es que eche raíces en Nervión, y después ya el destino dirá, porque de momento en tres meses entrará en su último año de contrato si el Sevilla y sus agentes no lo remedian antes.

Rodri Ríos era un soriano criado en Dos Hermanas que reclutó el Sevilla de la AD La Motilla. Fue campeón de Copa juvenil ante el Athletic en Nerja con Ramón Tejada. En aquel equipo había talento, pero a ninguno lo agarraron fuerte. Curioso que con los años el Sevilla estuvo dispuesto a pagar millonadas por ellos. Luis Alberto, José Campaña…

Y fue una temporada movidita, como la actual. Lo que ocurre es que las exigencias, ya lo hemos repetido, eran otras. Manolo Jiménez, el último que logró un tercer puesto y que había metido al equipo en la final de la Copa del Rey, había sido destituido tras un gol de Aythami en el Ramón Sánchez-Pizjuán que le daba un punto al Xerez CD. El Sevilla era quinto. Monchi y Del Nido apostaban por Antonio Álvarez en un final de campaña tremendamente irregular que acabó en aquel acrobático remate de Rodri en Almería, en el estadio entonces llamado de los Juegos Mediterráneos apenas unos días de la final del Camp Nou ante el Atlético de Madrid en la que Jesús Navas y Diego Capel hicieron posible que el Sevilla alzara su último título nacional conocido desde entonces.

Isaac tiene sus cualidades.

Guarda algún parecido con Rodri en esa impulsividad que muestra en el área. El ejecutar a la primera, el no pensárselo dos veces y el bregar con el más pintado. El lebrijano tiene infinitamente más potencia en carrera y ocupa más campo. Rodri era (y es porque aún hace goles en el Ceuta, en Primera RFEF) más de área, más ratonero y de espacios cortos. Un jugador de otros terrenos.

La carrera de Rodri, que hoy tiene 33 años, no llegó a donde prometía. Isaac está ahora en esa mezcla de sueños, ilusiones y también realidades. En este punto preciso en el que claramente se encuentra el soriano, o nazareno, en el ocaso de su carrera.

Del Sevilla, igual que Luis Alberto o recientemente Luismi Cruz, se incorporó al Barcelona B y desde ahí un rosario de clubes y destinos. También muchos goles: Sheffield Wednesday, Zaragoza, Almería, Munich 1860, Valladolid, Córdoba, Cultural Leonesa, Granada, Bristol, Oviedo, Logroñés, Ceuta, Murcia y vuelta al equipo de José Juan Romero. Curioso, que empezó la presente temporada en una categoría superior a la de Isaac, a la que el salto le ha llegado como llegan estas cosas, de imprevisto.

El lebrijano tiene la ocasión de hacer historia. Es difícil, pero tiene todo el hambre del mundo. Lo que sí es curioso es cómo ha cambiado la exigencia del Sevilla y lo poco que lo ha hecho el papel de la cantera.