Irrati, árbitro de VAR del PSV-Sevilla, vuelve a liarla en el Atlético-Feyenoord
Sevilla FC
Letexier validó un gol de Morata procedente de un despeje de un defensa por un pase a Saúl, en clarísimo fuera de juego, y el italiano no anuló el tanto
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Massimiliano Irrati, el árbitro de VAR del PSV-Sevilla que fue protagonista por anular el gol de Pedrosa por unas presuntas manos involuntarias no inmediatas a la consecución del tanto, y que no rectificó a Daniel Orsato en el penalti de Sergio Ramos a Tillman, ha vuelto a liarla. O no, según se mire. La regla 12 del fuera de juego por desvío es pura controversia.
En este caso ha sido en el Atlético de Madrid-Feyenoord del Metropolitano. Con 0-1 en el marcador, Morata marcó en el minuto 12 aprovechando un despeje de Wieffer hacia dentro para impedir que un balón llegara a Saúl, en clarísima posición de fuera de juego. La pelota cayó a Morata, quien fusiló al meta Wellenreuther.
El colegiado sobre el césped, François Letexier, dio gol pese a que su asistente había levantado la bandera por la posición adelantada de Saúl. Pero Irrati le advirtió de que debía verlo, porque no lo tenía claro, cuando se clarísimamente que es lo que los árbitros entienden una salvada o desvío, es decir, un despeje forzado sin posibilidad de controlar el balón para impedir que progrese un ataque prometedor. Es lo que hizo el jugador del Feyenoord para que, con Saúl a su espalda en fuera de juego, el balón no llegase a éste. Tras verlo en el monitor, Letexier validó el gol.
A raíz del gol en la final de la Liga de Naciones de Mbappé, en fuera de juego, tras una salvada de Eric García se produjo una gran controversia. Tal fue aquel revuelo, que la norma fue explicada para distinguir entre juego voluntario o desvío, aunque no fue cambiada exactamente la regla 11 por parte de la International Football Association Board (IFAB), que sí hizo hincapié en distinguir acciones defensivas voluntarias, que habilitarían al jugador en fuera de juego, o desvíos, o sea, acciones involuntarias que no habilitarían al jugador en fuera de juego que interfiere en la jugada.
La regla 11: juego voluntario o desvío
El fuera de juego: Aclaración de los criterios que distinguen el «juego voluntario» de los «desvíos»
Tras ser testigos de una serie de situaciones con gran repercusión mediática y partiendo de la asunción de que el jugador en fuera de juego no pasa a estar en posición reglamentaria automáticamente cuando el rival se desplaza y toca el balón, el IFAB y la FIFA —en colaboración con los grupos de interés del fútbol— desean aclarar los conceptos de «juego voluntario» y «desvío».
La sección correspondiente de La Regla 11 estipula lo siguiente (sin cursiva en el original):
2. Infracción por fuera de juego
Únicamente se sancionará a un jugador en posición de fuera de juego en el momento en que el balón toca o es jugado por un compañero de equipo si llega a participar en el juego de forma activa de una de las siguientes maneras:
- […]
- sacando ventaja de dicha posición al jugar el balón o interferir en el juego de un adversario cuando el balón: haya sido desviado o haya rebotado en un poste, en el travesaño, en un miembro del equipo arbitral o en un adversario
Se considerará que un jugador en posición de fuera de juego no ha sacado ventaja de dicha posición cuando reciba el balón de un adversario que juega voluntariamente el balón, incluida la mano voluntaria, a menos que se trate de una «salvada» por parte de un adversario.
Aunque no resulta necesario cambiar la Regla 11, a continuación se aclara la diferencia entre «juego voluntario» y «desvío», con el fin de reflejar las expectativas del mundo del fútbol:
Jugar «voluntariamente» el balón implica que el jugador tiene la posibilidad de controlarlo y:
- pasar a un compañero,
- recuperar la posesión, o
- despejar, ya sea con el pie o de cabeza.
El hecho de que el pase, el intento de recuperar la posesión o el despeje del jugador sea impreciso o no logre su objetivo no invalida la «voluntariedad» de la acción.
Los siguientes criterios se deben emplear, como corresponda, como indicadores de que el jugador tiene la posibilidad de controlar el balón y, por consiguiente, la acción es «voluntaria»:
- el balón llega desde lejos y el jugador lo ve claramente;
- el balón no se mueve a gran velocidad;
- se puede prever la trayectoria del balón;
- el jugador tiene tiempo para coordinar sus movimientos, es decir, no realiza una acción como un salto, extensión de las extremidades o movimiento instintivo con el que consigue un ligero contacto o control;
- Es más fácil jugar el balón cuando está sobre el terreno de juego que cuando está en el aire.
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