La presencia activa no basta
Real Sociedad-Sevilla | Análisis táctico
Retrasar la primera línea de presión otorgó densidad defensiva, pero mermó el ataque.
El repliegue funcionó; el depliegue jamás fue completo.
Quizá fuera inconscientemente al saberse con mucha menos pegada arriba, quizá de forma intencionada para tener más densidad defensiva y no facilitar así los centros al área en busca de Willian José. Pero, de una forma u otra, el Sevilla salió sin presionar como habitúa la salida del rival y basó su inicio defensivo en una presencia activa y un retroceso considerable de la primera línea de presión, situada casi en el centro del campo y en ocasiones hasta en campo propio.
Ello, junto con uno de los riesgos que asume Machín con este esquema de interiores cortos que desguarnece las bandas (como ante el Levante) le acabó dando mucho protagonismo a la Real Sociedad, que encontró una vía que explotó hasta el final con el trío que más sufrió, el que formaban Franco Vázquez, Arana y Sergi Gómez.
Ese repliegue más o menos intencionado, además, no tuvo la respuesta en el despliegue. Las transiciones ofensivas no tuvieron ese ímpetu de otras veces. Los actores de segunda línea no acababan de dar el paso y pensaban más en preparar el repliegue.
Defensa
El cambio de piezas en el ataque pudo descolocar a Machín, quien no mandó a sus puntas a incordiar a los centrales locales. Un repliegue que empezó a no ser completo con la tardanza del Mudo en cerrar la salida de la Real por la derecha, de tapar a Elustondo y de juntarse con Arana, siempre en inferioridad ante Januzaj y el lateral. Ello acababa proyectándose en Sergi Gómez, que necesitaba salir y bascular la defensa hacia la izquierda. El Sevilla no supo cerrar eso en todo el encuentro, ni siquiera cuando Machín lo intentó con Escudero y con Roque Mesa cambiando a Franco Vázquez de perfil.
Además, Amadou creó situaciones de desequilibrio, primero en salida con malos pases atrás y después saliendo de zona y abandonando su posición en arriesgados intentos de anticipación que costaron faltas y que pudieron pagarse de forma más grave.
Ataque
Evidentemente, el Sevilla echó de menos su funcionamiento habitual, el que posibilitan Andre Silva y Ben Yedder. Sarabia, por ejemplo, echó de menos sus asociaciones con el francés, aparte de que Promes y Muriel no tuvieron el acompañamiento de la segunda línea en el despliegue ni los robos adelantados que defender en alta intensidad proporciona a la mínima duda del contrario en fase de inicio. Eso, unido a que los delanteros partían desde muy atrás, hacía muy complicado que pudieran llegar al área con peligro de verdad.
Y ese freno de mano echado también mermó las opciones que pudieron ofrecer los contraataques, puesto que la salida en velocidad no tenía el acompañamiento necesario en número de jugadores con intenciones ofensivas.
Virtudes
Buen balance defensivo pese a las bajas y el nivel que al final tiene el plantel. Bastaba ver el banquillo.
Talón de Aquiles
Faltó ambición para dar el golpe.
Uno por uno
Vaclik Sin acciones directas para intervenir, dio seguridad.
Carriço Quizá el más entonado de la zaga. La Real atacó siempre el otro costado.
Amadou Empezó generando incendios con envenenados pases a Vaclik y a sus compañeros y acabó desequilibrando el sistema con sus salidas de zona sin medir. Se quedaron en faltas, pero...
Sergi Gómez Se le reflejaba todo el déficit que dejaban Arana y Franco Vázquez.
Jesús Navas Hay que pedirle más.
Sarabia Echó en falta a sus socios habituales en ataque.
Banega Lanzó contraataques con mucho sentido y, con un gran zapatazo, rozó el 0-1.
Franco Vázquez Mucho tiempo para todo. Llegaba tarde para tapar a Elustondo y para sumar en ataque.
Arana Superado siempre.
Muriel No acaba de dar el nivel que necesita el equipo.
Promes Interesante y con sentido todo lo que hace, pero solo, sin acompañamiento...
Escudero Machín lo sacó para frenar a Januzaj y no lo logró.
Roque Mesa Una máquina de perjudicar a su equipo.
También te puede interesar
Lo último