Lo jodido de traspasar el espejo

Es algo normal, suele pasar en el transcurso de las temporadas. Los rivales, porque también tienen profesionales a los que paga para eso, analizan el juego de este Sevilla de Pablo Machín que ha llamado la atención en el inicio liguero. Pero aunque no lo llamara... El caso es que los dos últimos adversarios que se han presentado en el Sánchez-Pizjuán han cambiado su esquema habitual para contrarrestar el modelo del soriano adoptando casi la misma fisonomía para mostrarse como un espejo del propio Sevilla. Lo hizo el Celta, aunque Mohamed también había jugado con tres centrales en algún partido fuera, y lo hizo ayer el Huesca en el segundo partido con Francisco al frente. Los maños, con Semedo con libertad para salir tras Andre Silva, plantearon el mismo esquema: tres centrales para fijar a sus dos puntas y, a partir de ahí, plantear duelos individuales par con par no dejando recibir a los hombres fuertes en la creación de los nervionenses: Banega, Franco Vázquez y las salidas fuera de zona de un Andre Silva al que le hicieron cogerle asco al partido.

En esa fase del encuentro, que duró más de la cuenta, al Sevilla le faltaron automatismos para buscar el tercer hombre, para generar superioridades y para, en definitiva, traspasar ese espejo imaginario. Con el delantero portugués atado en corto y sin posibilidad ni de darse la vuelta ni de esperar la llegada de la segunda línea, al Sevilla se le echaron de menos ideas frescas, automatismos alternativos y movimientos para crear superioridades, que no aparecían ni en la banda ni por el centro.

Fue la salida del campo de Andre Silva la clave para que la función de unir las líneas recayera en Ben Yedder, quien logró abrir los huecos como siempre ha hecho, atrayendo rivales y dejando el pasillo a quien mejor lo entiende, Pablo Sarabia.

Defensa

El Huesca planteó problemas con el Cucho atosigando a Banega y con transiciones en las que el sistema defensivo fue superado puntualmente, más en la banda de Arana y Sergi Gómez que en la de Jesús Navas y Carriço primero y luego Mercado. La lesión de Kjaer originó un cambio de piezas tras el que el equipo se acopló bien.

También al final, con 2-0, el paso adelante de Semedo llevó a generar superioridad por el centro junto a Gallar que, particularmente, sorprendió a Roque Mesa.

Ataque

Hubo momentos de atoramiento en los que la luz no aparecía. El ataque posicional no era capaz de progresar sin la aparición de un hombre libre y sin que nadie saltase una línea para ser uno más que el contrario, para crear superioridad numérica en determinadas zonas del campo. Sólo lo encontró con la inteligencia táctica de Ben Yedder y de su socio preferido, Sarabia.

Virtudes

Evidentemente, tener paciencia fue fundamental y también merece su reconocimiento. El Sevilla superó a un rival pegajoso aunque tardara con dar la fórmula para atravesar sus líneas.

Talón de Aquiles

El equipo no supo acompañar a jugadores que perdían la mayoría de sus duelos: Andre Silva, Jesús Navas o Arana...