Imprescindible Gudelj: el sostén insospechado del Sevilla

Ante la falta de centrales, Gudelj. Ante la falta de pivote defensivo, Gudelj. Ante la falta de ideas en ataque, Gudelj. Mientras se dirigía a saludar a los aficionados del Sevilla que habían visto in situ, dando su aliento, el derbi, Gudelj iba mirando al cielo y lamentando su suerte y su falta de tino. En su bota derecha no sólo había estado el empate que permitió al menos puntuar y de esa forma dar un pequeño balón de oxígeno y un impulso moral, por ser el partido que era, al equipo de Sampaoli. En esa bota derecha con la que marcó un golazo, otro, estuvo a punto de dar la victoria y los tres puntos. Los que sí dio en Mallorca, donde también solventó la falta de ideas ofensivas con un tirazo desde larga distancia.

Se le acercaban futbolistas que sabían que la procesión de Gudelj iba por dentro: Óliver Torres, que ni siquiera jugó, es el primero que se le abraza, luego Alex Telles, los dos capitanes, Jesús Navas y Rakitic, su compatriota Dmitrovic... Son abrazos de consuelo y de alivio. Se abrazaban a un hombre que, insospechadamente, se ha convertido en el sostén de este Sevilla que lucha por salir de la crisis, por alejarse lo antes posible del angustioso pozo de los puestos de descenso.

Gudelj marcó en el Benito Villamarín su segundo gol esta temporada. Otro zapatazo impresionante, otro golazo como el de Mallorca, esta vez en un partido de la trascendencia de un derbi y desde 29 metros. Un golazo que pudo redondear con otra volea espectacular que se estrelló en el larguero y con aquel otro disparo que, demasiado centrado y por arriba, lo sacó con una no menos espectacular parada Claudio Bravo, en el minuto 95, en el último instante del derbi.

Eso es lo que lamentaba el polivalente futbolista internacional, que acudirá al Mundial con Serbia. Sabía que si hubiera estado un pelín más acertado Bravo no habría llegado: "En este momento sigo con la adrenalina del partido, tenía que marcar sobre todo el último, en el último minuto, era una pelota muy buena, un pase atrás de Jesús y a una zona en la que tuve que pegarle un poco mejor, iba demasiado al menos. Al final se queda un sentimiento agridulce", dijo a los medios del club Gudelj.

Ahora central por obligación fue el futbolista que más peligro creó con ese trío de disparos con el que rompió la ofensiva roma y previsible de un Sevilla que no termina de romper. Gudelj, sorprendentemente, es el futbolista que juega esta temporada: 17 partidos y 1.440 minutos y dos goles. Alex Telles es el único que lleva 18, pero con muchos menos minutos.

Era un fijo con Julen Lopetegui y lo sigue siendo con Jorge Sampaoli. Ya sea como central, por pura necesidad y precariedad en la zona tras las lesiones de Marcao y Nianzou, ya sea como medio centro defensivo, que fue para lo que llegó en 2019.

Gudelj es un futbolista de club que llegó para completar la plantilla de la revolución de Monchi en 2019. Llegó como agente libre desde el inflado mercado chino, que paga muy bien a los europeos, con lo que se hizo con un ficha importante pese a que nunca ha tenido la vitola de titular, de jugador imprescindible. Hasta este año, en el que los problemas en la zaga y la baja indeterminada de Fernando, de nuevo, lo han colocado como el sostén insospechado de este Sevilla en crisis.

Afortunadamente, Sampaoli poder contar con su compromiso y su polivalencia y su buen hacer, después de dos veranos en los que era de los futbolistas que podían salir. Pero su alta ficha lo impidió y ahora el técnico argentino se congratula de esa circunstancia. Así están las cosas tras una planificación fallida y a corregir en enero. Menos mal que se quedó Gudelj, el futbolista al que muchos sevillistas veían fuera del equipo ya hace dos años...