Ilusión acaba en ene... de Negredo
La llegada del delantero eleva las expectativas de un equipo que quiere ser callada alternativa a los dos grandes.
EL Sevilla de Manuel Jiménez ha atravesado el largo y cálido verano entre dudas, entre esas miradas escépticas que, visto lo visto tras el tercer puesto de la pasada Liga, tan inevitables se antojan ya mientras agarre el entrenador de Arahal las riendas del equipo. En este fútbol estival y de laboratorio que es tan engañoso, con dos partidos en dos días y un equipo para cada tiempo, el proyecto blanco ha mantenido su solidez estructural. Pero no ha terminado de convencer la fluidez de su ataque. Y entre la hinchada, el debate sobre el pragmatismo de su equipo y su obligada mejoría desembocó en una disyuntiva: ¿Es preferente la contratación de un medio organizador o de un delantero con llegada?
La respuesta llegó la semana pasada, ha costado nada menos que 14 millones de euros, el desembolso más caro en la historia del club por un jugador, se llama Álvaro Negredo y su capacidad de ilusionar ha sido tal que, de momento, ha puesto sordina a ese afán por el debate... al menos hasta que el balón eche a rodar el domingo en Mestalla.
Efectivamente, la ilusión del sevillismo se ha reactivado con la llegada del punta vallecano, que redondea una delantera de primer nivel internacional: Kanoute, Luis Fabiano y Negredo. El nivel se ha elevado, pero también las exigencias. Con semejante pólvora, todo lo que no sea acabar entre los cuatro primeros será un evidente fracaso. Y más teniendo en cuenta que el presupuesto que se anuncia para esta campaña se elevará, aproximadamente, hasta los 120 millones de euros, unos 30 más que en la pasada.
Desde las entrañas del club se mira de frente a ese listón aún más alto. Al discurso de José María del Nido, gestor ambicioso donde los haya, se han adherido el propio Jiménez y las voces más acreditadas del vestuario. Nadie rehúye la presión, todos aceptan el reto: Barcelona y Real Madrid están por encima, pero... ¿por qué no aspirar a ser alternativa al título si ambos colosos dan síntomas de debilidad?
La confianza de los rectores, el cuerpo técnico y la plantilla reposa en el esfuerzo por mejorar las prestaciones deportivas del equipo. Esta vez, a diferencia del verano de 2008, en que se marcharon Daniel Alves, Poulsen y Keita, el club no ha vendido a ninguno de sus principales activos. Sigue la columna vertebral que integran Palop, los centrales franceses Squillaci y Escudé, Jesús Navas, Kanoute y Luis Fabiano. Además, la secretaría técnica ha tratado de paliar el déficit de músculo y despliegue físico en el centro del campo con el fichaje de Zokora (9 millones). Y para otro de los talones de Aquiles de la pasada campaña, el lateral derecho, ha contratado a uno de los valores emergentes del fútbol español, el espanyolista Sergio Sánchez, por unos 4 millones.
Total, que el consejo sevillista ha desembolsado unos 27 millones para consolidar al club entre los mejores del país y, por qué no, entre la élite continental. En cambio, sólo ha recaudado algo más de 7 millones: 4,2 millones por Mosquera, 1,5 por Maresca y 1,5 por De Sanctis.
El gasto supone una apuesta fuerte, cuya viabilidad estará supeditada a la continuidad de la entidad en la competición que inyecta liquidez a los verdaderos aspirantes, la Liga de Campeones. En el vestuario de Nervión, ganar más de un millón de euros limpios es lo normal, y ya no son pocos los que ganan más de dos. Y eso, un club como el Sevilla, difícilmente lo puede sostener sin Champions. O vendiendo, claro.
Pero, de momento, no ha tenido que vender, y Jiménez tendrá una mejor plantilla que la que acabó campeona de la otra Liga, la que no jugaron Barça y Real Madrid. Ahora está por ver si el técnico dará un paso adelante y sacrificará pragmatismo en favor de un juego más alegre, léase jugar siempre con dos puntas. Eso es lo que quieren muchos y con Negredo ya parece obligado. Pero ya se sabe que, a veces, las decisiones populares no son las más convenientes.
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)